Casi sin darnos cuenta estuvimos conversando en ese lugar por horas, las tazas de café siguieron una tras otra, vimos como las personas entraban y salían del lugar, como algunas familias y también parejas llegaban y salían de ahí desde esas que no se dicen nada y sólo comen y se van a esas otras de enamorados que apenas si se sueltan las manos solo para poder comer porque necesitan sentirse cerca en cada momento, las parejas de abuelitos que los veíamos llegar caminando pausado sabiendo que el tiempo ya es para disfrutar cada segundo y que ya no hay prisa y que al mismo tiempo veían con cara de desapruebo a una niña que tenía una rabieta porque si, donde la madre sólo quería comer algo pero no podía y de pronto terminó con el jugo sobre la ropa y vimos su rostro frustrado queriendo que nadie notara lo que acaba de suceder aun sabiendo que todos ya lo vieron y que en cada mesa hubo un comentario de lo mal educada de su hija y en medio de ese casi organizado caos nuevamente Claudia trataba de retomar fuerzas, yo sabía que decirle que una venganza no le ayudaría pero si estuviera en sus zapatos lo más probable es que quisiera agarrar al tal Sebastián por las bolas y cortárselas, creo que es lo mínimo que se merece y si alguien no piensa lo mismo que yo le invito a que viva la historia de esta chica.
—Veo que esa libreta es importante para ti —le dije ya que no pude evitar ver como la miraba y la mayor parte del tiempo mantenía su mano sobre ella como queriendo tratar de proteger lo que de seguro para ese momento era su más preciado tesoro.
—En esas páginas están escritos mis miedos y mis momentos más difíciles además de los más hermosos, aquí guardo mis recuerdos que es lo único que me queda.
Claudia dio un respiro profundo como queriendo buscar fuerzas en el corazón esas mismas que de seguro ya no tenía o si aún tenía no me explico cómo, sacó otra carta la puso en su pecho cerró los ojos no se si era como cuando nos despedimos de un ser querido al que no sabemos cuándo volveremos a ver o tal vez porque al hacer eso ella estaba permitiendo que alguien entrara y conociera su intimidad, tomé la carta sin decir nada más, lentamente la abrí, por los pliegues y el color del papel esa carta tenía algunos años, antes de leerla cerré los ojos por unos segundos respiré profundo y comencé.
“Mi vida, no tienes una idea la cantidad de veces que soñé con ese momento y ninguno de mis sueños fue tan especial como lo vivido, estábamos tan decididos que era claro que ya no podíamos esperar más, al menos yo te lo confieso, sentirte mía, saber que por fin después de tres años un mes y cuatro días éramos uno, aunque aún somos muy jóvenes ha sido maravilloso, gracias por regalarme ese momento tenía tanto miedo y aun lo siento de no poder hacerte sentir todo lo que has soñado, quería con todas mis fuerzas que nuestra primera vez fuera maravillosa, por fin recorrer todo tu cuerpo con mis manos y mis labios, conocerte plena y ver esas lágrimas rodar por tus mejillas pero no de tristeza sino por al fin poder estar juntos aunque fuera en ese lugar.
Te prometo que cada vez trataré de ser mejor para ti en todos los aspectos porque aprenderemos juntos el arte de amarnos porque quiero que seas completamente feliz en mis brazos como yo lo soy en los tuyos.
No me importa lo que digan los demás de cuantas mujeres tienen en su lista, yo esperé por ti y no necesito a nadie más.
Te amo, Luis”
La verdad era imposible no emocionarse esa había sido la forma más bonita de expresar lo que sentían después de su primera vez cuando ambos tenían solo 18 años y desde entonces siguieron juntos, eran de esas muy pocas parejas que son como las palomas que después de encontrar a su alma gemela ya no necesitan a nadie más y ahora esa chica con sólo 25 años estaba sola, le habían quitado todo incluso el deseo de vivir.
—Nuestra primera vez fue maravillosa, Luis había ahorrado por meses porque quería que estuviéramos en un lugar especial y rentó la habitación de un hotel que aunque no era cinco estrellas hizo que tuvieran la cama lista con pétalos de rosas como para una luna de miel, logró que nos rentaran la habitación pagando extra porque ni siquiera teníamos una tarjeta de crédito y creían que aun éramos menores de edad, teníamos tanto miedo, ambos estábamos muy nerviosos creo que tal vez él más que yo, antes de eso nuestros encuentros cada vez nos dejaban más entusiasmados por decirlo de alguna forma, nuestros besos y caricias eran cada vez más intensos, meses antes visité un médico sin que mami que aún vivía se enterara y me colocó el dispositivo en el brazo, ambos sabíamos que algún día queríamos ser padres pero ahora era el momento de prepararnos, si por lo menos hubiese tenido un hijo suyo, pero ni eso tengo conmigo me siento tan vacía.
—Claudia has comenzado tu renacer y siento que sacar tu historia del corazón te ayudará no puedes seguir callando sola tanto dolor eres una chica muy joven.
—Sabes una cosa, me pasa algo especial, no sé si es porque yo no vi el cuerpo de Luis como me pasó con mis padres, pero yo no siento que se haya ido tal vez es mi deseo y mi esperanza, tal vez irreal de que algún día nos volveremos a ver.
—A veces en estos casos es el negarnos a aceptar una realidad porque de esta manera podemos bloquear de alguna forma el sufrimiento.
—Imagino que así es.
—¿Qué pasó con tu casa?
—Esta sola, no puedo hacer mucho nadie quiere hacer nada en ese lugar ya que primero mi madre murió ahí y después fue mi padre, las personas tienen miedo de estar ahí.
—¿Qué piensas hacer en estos momentos?
—No lo sé… aunque quisiera hacer todo lo posible para que ese Sebastián pague por todo lo que me ha hecho, aunque será difícil probarlo.
—Yo entiendo que no será fácil pero antes de enfrentar a un enemigo como lo creo es él debes estar bien primero es hora de recobrar fuerzas.
—No sé cómo hacer eso, ni siquiera sé por dónde empezar y ni se si tengo fuerzas para poder enfrentarlo.
—Sabes una cosa… no creo haber conocido a nadie con más fuerza que tú, pero como todo ser humano necesitas recargarte de energía y esta vez debe ser buena además necesitas prepararte, algo me dice que ese tal Sebastián y su padre deben ser unos corruptos y de seguro tienen comprado a más de uno.
—Claro que sí, su padre Ronald Manzano no es para nada como el apellido.
—O tal vez sí, pero ya podrido —respondí con una casi pequeña sonrisa que no pude evitar.
Ese simple comentario trajo también una sonrisa a los labios de Claudia, tal vez, aunque muy pequeña era su primera real sonrisa en mucho tiempo.
—Comprendo que lo que se viene será complejo y no es fácil lo que te diré, pero debes volver a sonreír —dije casi tímidamente sabiendo que la pobre no tenía muchas razones para eso.
—Eso no es fácil para mi —respondió ella mientras rápidamente esa suave sonrisa desaparecía de su rostro, tal vez sintiéndose culpable si lo hacía.
—Yo no digo que será fácil lograrlo es más imagino que desde ya es muy difícil, pero recuerda que fue tu sonrisa en la cara de Sebastián la que lo descolocó, él buscaba verte sufrir es de esos hombres que eso los excita y simplemente sabía o sentía que lo podría conseguir y cuando le falló su poder terminó.
Claudia tomó su libreta, la abrió y me mostró la primera página para que yo la leyera, esta vez ponía en mis manos una parte más de su vida que quería compartir conmigo, con una mujer desconocida que se sentó junto a ella porque no podía ni siquiera verla sufrir tanto y no hacer nada o tal vez porque fui demasiado egoísta, no lo sé, pero ahí estaba yo recibiendo esa libreta que contaba ya un poco más de su vida.
“Querido diario hoy mami está preparando todo para mi fiesta de quince años, sé que será algo pequeño porque así lo decidimos, aunque sé que mis padres siempre soñaron con esa fiesta grande con el vestido largo y todo lo demás pero en realidad prefiero que seamos sólo nosotros, un pastel sencillo acompañados de mis dos perros y tres gatos, tener a mis padres ahora conmigo es el mayor regalo que podría tener, celebrar estos quince años sabiendo que mis padres están junto a mí, mi madre no pudo vivir eso, mi abuela quedo viuda siendo ella una niña y yo no sé si egoístamente les estoy quitando ese sueño pero en realidad sé que las cosas no han estado bien en el negocio y no es justo que ellos se gasten hasta lo que no tienen en algo que no es necesario, aunque con mami hemos decidido incluso preparar una coreografía juntas, nos reímos mucho por semanas practicando porque las dos tenemos dos pies izquierdos, dijo que había grabado un vals en la radio antigua en un casete viejo pero que aún servía para que después lo bailara con papi, mi abuela nos visitará y de seguro su regalo será algo de ropa que no sabré ni donde ni cuando usar pero lo tendré que hacer en algún momento para mantenerla contenta aunque soy honesta la verdad no me molesta, mi amigo Luis prometió pasar a saludarme aunque si hoy me pidiera que fuera su novia sería mi mejor regalo después de estar con mami y papi si todo eso sucede no necesito más para ser feliz.
En mi casa que siento tan grande, aunque mi abuela dice que es pequeña con nuestra cocina donde siempre encontramos la manera de incluso estar los tres a la hora de preparar la comida tal vez es por eso por lo que papi siempre ha sido tan cariñoso con mami porque no hay mucho espacio donde escapar.
Mis gatos ya están tomando su siesta y su gran baño de sol junto a mis dos perros ninguno de ellos de r**a, pero al mismo tiempo de la mejor de todas que se llama la r**a del rescate como le digo yo, que es la más bonita.
Mi madre y yo preparamos la mesa con un mantel que saca para las ocasiones especiales que en realidad no son muchas, sólo cuando viene la abuela para los días de celebración y las copas para el brindis, aunque sea con jugo, ha preparado una lasaña que es mi plato favorito y una muy rica ensalada y de postre tendremos el pastel algo pequeño pero que con cuidado mi mamá le escribió Feliz Cumpleaños Hija y compró unas velas los números 1 y 5, pediré un deseo cuando las sople, pediré con todo mi corazón que Luis me pida ser su novia”
Que difícil entender que en ese momento de su vida esta chica fue tan feliz y ahora ya no quedaba nada de eso.
—¿Qué pasó con tu abuela?
—Ella murió un año después de esa fiesta, yo creo que mi abuela no hubiese soportado perder a su única hija y por eso Dios se la llevó primero.
—¿Dónde están tus animales?
—Gracias a Dios la vecina de mis padres los estará cuidando yo le dejé algo de dinero y las llaves de la casa para que les de comida cada día y prometí que apenas pudiera le enviaría más, mis gatos y perros la quieren mucho y ella quiso mucho a mis padres.
—En algún momento deberás volver, ¿has pensado en eso?
—Lo sé, y cuando lo haga juro que será para hacer justicia, ese maldito infeliz no puede seguir haciendo tanto daño y no recibir un castigo.
—Pero antes debes retomar fuerzas y renacer dame un segundo tengo una idea de quien nos puede ayudar —tomé el teléfono y marqué —Hola Luz, soy Lucy ¿Cómo estás?, pensé que ya te estabas tomando tus días por lo del bebé.
—¡Hola! tanto tiempo sin llamarnos —escucho la voz alegre de siempre de Luz la colombiana más simpática que jamás he conocido —yo aún estoy aquí, la jefa ha necesitado mucha ayuda y quiero trabajar lo más que pueda antes de que nazca Luciano, ya sabes mi mini Dios del Trueno.
—¿Sabes si Estrella está disponible ahora para poder hablar con ella?
—Claro que sí, recién llegó a la oficina yo te transfiero la llamada.
—Muchas gracias, Luz, cuídate mucho y saludos a Julio.
—Gracias yo le diré que hoy hablé contigo.
Sólo pasaron unos segundos y escucho —No puedo creerlo a que se debe el milagro de tu llamada.
—Hola Estrella, supe que estabas buscando a alguien que te ayudara por unos meses en el hotel y creo tener a la candidata perfecta.
—Si puedes venir hoy mismo…
—No lo tienes que decir dos veces vamos en camino Charles y yo nos estamos quedando en nuestro departamento en Manhattan, estoy relativamente cerca de ustedes así que no tardaremos mucho de hecho tenía pensado pasar a saludarlas.