***
—Mmm. —empiezo a gemir cuando siento el tacto de unas suaves manos recorrer parte de mi cuerpo —¿Qué haces? —asombrada pregunto cuando veo a Helena encima de mí.
—Solo déjese llevar jefa.
Se inclina para deslizar sus delicados labios por mi cuello dejando pequeños besos húmedos, mientras sus suaves manos se deslizan de mis piernas hasta llegar a mi pecho, entonces desabrocha lento la parte superior de mi pijama.
—¿Me desea jefa? —pregunta entre un susurro inclinada a mi boca esto con un ligero movimiento de sus caderas contra las mías.
—Demasiado Helena. —contesto con más que deseo en mi voz, así que después tomarla de la cintura la empujo sobre la cama, ahora me monto en ella.
Su cuerpo caliente me hace desearla más.
Me acerco a su boca, muerdo su labio inferior para después besarla sin control, meto mi lengua jugueteando con la suya mientras me froto en su cuerpo.
—¿Así jefa? —gime deseosa mientras atrapa mi cintura con sus piernas y frota su intimidad en mí.
—Si. —gruño sintiendo su humedad.
—La deseo tanto jefa. —deja salir un último susurro.
***
—¡Buenos días niña! —la voz de Carmela me sobresalta.
Abro los ojos.
Mi pecho sube y baja sin control.
Maldición fue un sueño.
Tuve un sueño húmedo con Helena. Pienso.
—La niña Helena se marchó temprano.
—¿Por qué no me avisaron cuando se fue? —pregunto mientras trato de controlar mi respiración extasiada.
—Ella dijo que no era necesario despertarla.
—Gracias Carmela. —agradezco mientras ella se retira.
Me tumbo en la cama, siento unos deseos enormes de que no hubiera sido un sueño.
Estoy deseando a mi asistente.
Ella es fuego para mí.
Pero debo de controlarme.
Paso la mayor parte de la mañana en mi habitación.
No hago mucho, solo me la paso viendo series inconclusas que he dejado desde hace meses.
Dando las 12:35 del mediodía, decido levantarme para arreglarme, ya que más tarde tengo el compromiso de acompañar a mi hermana a su última prueba del vestido de novia.
—Carmela. —le llamo desde las escaleras —En 20 minutos tendremos que irnos.
Regreso a mi cuarto y escucho mi celular avisarme sobre un mensaje que ha entrado.
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Y si, el mensaje es de Helena.
Para esta ocasión y con un poco de calor que hace, elijo un vestido de Chanel con transparencias para que se ventile el cuerpo.
Recojo mi cabello en una coleta alta y dejo maquillaje natural.
Bajo las escaleras.
Carmela ya está esperándome afuera junto a mi bebé y Brat.
—Regresamos más tarde. —aviso y tomamos camino a la boutique de la gran diseñadora Meredith Agnes que afortunadamente tiene en crecimiento su empresa si no hubiéramos tenido que ir hasta New York y eso sería mucho tiempo perdido.
—Cow. —me abraza Anne —Carmela me alegra verte de nuevo. —dice feliz saludándole.
Entramos a la boutique, esperamos en la sala de espera en lo que Anne va a ponerse el vestido.
A decir verdad, me conmueve mucho que se vaya a casar y más a un verla de blanco, las veces anteriores no pude acompañarla por cuestiones laborales, pero desde que llorando me rogo más de atención a ella y mi madre, comprendí que tenía que esforzarme por dejar un poco de trabajo y tener más convivencia en mi familia.
—Cierren los ojos. —pide antes de salir. —bueno 1… 2 … 3.
Mi madre, Carmela y yo nos quedamos en silencio, parece una princesa de las películas de Disney.
—Hija. —mi madre se levanta tratando de limpiarse las lágrimas de sus ojos.
—Niña Ana, parece una muñequita de porcelana de esas bellas. —comenta Carmela.
—¿Y? —pregunta esperando mi opinión.
—Recuerdas esas veces en las que jugábamos a ser princesas y siempre soñabas con verte igual a cenicienta cuando se casa. —tomo un poco de aire para contener la lloradera que quiero hacer —Pues has superado esas expectativas, tienes de todas las princesas que te gustaban un poco en ti. —finalizo mientras unas lágrimas traicioneras sales de mis ojos.
—Gracias. —me abraza con todas sus fuerzas.
—Serás la novia más hermosa que el mundo haya visto. —comento mientras la tomo de la mano y da una vuelta alrededor de mí.
—Bueno, solo falta esperar el día. —agrega mi madre.
Terminando la cita de la última prueba de vestido, me despido de ellas quienes partirán a un salón de belleza, mientras Carmela y yo nos regresamos a casa.
—Te equivocas un poco mi niña. —comenta Carmela cuando llegamos.
—¿De qué hablas? —me volteo a ella.
—Cuando usted se case, será un de las novias más hermosas del mundo.
—Carmela. —con voz suave camino para abrazarla.
Me gusta escuchar música en internet, pero ahora con el sol sobre mi balcón tomo la decisión de prender la radio y relajarme un poco mientras leo una revista.
I'm standing on a bridge
I'm waiting in the dark
I thought that you'd be here by now,
There's nothing but the rain
No footsteps on the ground
I'm listening but there's no sound.
Un clásico de mi adolescencia, esta canción es parte de mi vida, la letra representa mucho para lo que tuve que atravesar después de saber que quería a una mujer en mi vida y no a un hombre.
Isn't anyone tryin' to find me?
Won't somebody come take me home?
It's a damn cold night
Trying to figure out this life
Won't you take me by the hand?
Take me somewhere new
I don't know who you are
But I, I'm with you
I'm with you
Recuerdo las veces que la llegue a cantar para Dalia, sentada en el techo del departamento de Inglaterra, anhelando tenerla en mis brazos, protegiéndola, es increíble como esa mujer marco mi vida, ella fue quien me hizo tomar la decisión de no demostrar lo que era en verdad.
Cuantas ganas de querer regresar el pasado, de no haberme dejado de mis padres, aunque, a decir verdad, me asusta pensar que podría estar peor que ahora, ocultándome o siendo juzgada por la sociedad.
Mi celular suena, en la pantalla leo el nombre de Axel.
—Aló.
—Me vas a odiar.
—¿Qué paso? —pregunto.
—No podre ir a nuestra cita de hoy, tengo que salir de California.
—Me parece bien, no debes de disculparte, sabes que agradezco más que me avisaras a que me dejaras plantada.
—Sabía que lo entenderías, estamos en contacto.
Cuelgo y respiro aliviada, la verdad, no tenía ganas de salir el día de hoy.
—Bueno, así damos por terminada la sección de recordando los 2000´s, sé que para muchas personas Avril Lavigne marco nuestra vida con sus poderosa voz en cada una de sus canciones, me despido de ustedes así que nos escuchamos mañana a la misma hora y recuerden si amas a esa persona, no la sueltes no sabes que momentos importantes pueden marcar en sus vidas. —finaliza el locutor de la radio local.
Apago la bocina y tomo mi celular, no he contestado el mensaje de Helena. Recuerdo.
Abro la conversación y empiezo a teclear.
Nada que agradecer, lo hice de corazón, espero que tu corta estancia en mi casa haya sido de tu agrado. >>
Enviar.
Siento un poco de aceleración en mi corazón, ¿Por qué provocas esto en mí Helena?
Se que no provoco lo mismo en ti.
Fue más que de mi agrado, espero no sea la única vez que pueda estar ahí. >>
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Contesto rápido, al igual que ella.
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¿Pena?
Más bien quise ser educada, pero para la otra que estés aquí créeme que esa pena no estará presente.>>
Ha donde me llevara esta conversación.
Entonces ¿Cuándo podemos ponerlo a prueba? >>
Me está retando.
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Busco las llaves de mi bebé en mi bolso, bajo rápido las escaleras y salgo en camino hasta la casa de su amiga.