Soy su esposa

2016 Palabras

NIKOLAI El doctor se marchó, dejándonos con ese número maldito flotando en el aire. Trescientos mil dólares que para mí eran nada, y para Zoe representaba la vida de su hermano. Iba a pagarle la cuenta de hospital a su hermano aunque ella no se casara conmigo. Estaba viviendo una situación muy cruda. A pesar de que era una mujer con una lengua muy suelta, verla así de rota me incomodaba y. . . sí, me daban muchas ganas de protegerla. Zoe seguía junto a mí, rota, con los ojos brillantes de lágrimas y los labios temblando, aferrándose a ese chocolate como si fuera su única tabla de salvación. Mis pensamientos de esfumaron en el momento en el que mi celular vibró en la bolsa de mi pantalón. Lo saqué y el nombre iluminó la pantalla como una pesadilla. — Mierda. —Murmuré de mala gana. C

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