Mientras disfrutamos del helado en silencio, no podía evitar sentirme cada vez peor. Y aunque estaba disfrutando el momento ya no veía la hora en que terminase para poder irme a mi casa. En momento como estos quería tener una máquina de teletransportación que me llevará a casa en un segundo.
— ¿Sabes? desde el primer momento en que ti vi me pareciste hermosa —
— Claro que no lo soy —
Respondí con ironía
— Por qué me dices tal cosa cuando sabes que no es verdad —
Replique, con algo de molestia
— Si lo eres, tienes un hermoso rostro tu cabello es sedoso y brillante, eres perfecta —
Contesto José con un tono dulce y amable
— ¡No! no es así, mi rostro está destruido tengo ojeras hasta los pómulos, mi cabello está seco, quebrado y opaco —
— ¿Por que te refieres a ti de esa manera? —
— Hablemos de otro tema por favor —
— ¡Está bien! , dime ¿te gusta mucho el libro que estabas leyendo hace un momento? —
— Pues sí, claro que me gusta ¿Por qué la pregunta? —
— ¿Te vistes la película? —
— ¡No! , he querido comprarla para verla en casa —
— Y si la compro al salir ¿Querrías ir a mi casa a verla conmigo? —
Por más que quisiera no podía, y tampoco quería decirle que quería irme a casa. Me sentia tan mal que cada ni minuto me parecía una eternidad
— No, debo llegar a mi casa —
— ¿y mañana? —
— No puedo, debo estudiar tengo examen —
— ¡Está bien! Dime tu ¿Cuándo puedes ir? —
— No lo sé, además mi madre no le gusta que llegue tarde de la casa —
— ¡a qué hora debes estar en tu casa, yo te pago un taxi! —
— ¡Niño!, he dicho que no, y ¡ya basta! si deja la insistencia —
No me había dado cuenta que había levantado la voz por lo que la chica que nos atendió y unos clientes que de encontraban allí nos observaron, o mejor dicho posaron su mirada en mi
— Esta bien, discúlpame solo quería pasar un tiempo contigo —
— ¡Pues ya lo estamos pasando! —
— Tienes razón, disculpa —
— Sabes debo irme, Gracias por el helado —
Me levante del asiento y tomo mis cosas y cuando me dispone a salir de la heladería José se levanta y me toma la mano.
— ¡Te acompaño! —
— No es necesario, y por favor no me vallas a seguir —
José me suelta la mano y por un momento pensé que me dejaría sola. ya que tomo asiento de nuevo.
Narra José Angel
Durante unos minutos estuve pensando que pude haber dicho o hecho que la molestara de tal manera que la hiciera reaccionar como lo hizo, y por mas que lo intentara repasando una y otra vez cada palabra no logre entender que había hecho mal.
pensé
¿Quizás fui muy intenso?
¡No debí insistir con el tema de la película!
¿Será que le enojo que la invitará a mi casa?
Al cabo de unos segundo decidí levantarme y me acerca a la caja a cancelar la cuenta y al salir del lugar observa detalladamente si María se podía encontrar cerca de allí y para mí sorpresa reconocí a lo lejos una joven blanca, de cabello castaño y lacio, sin duda alguna se trataba de ella
Aunque me dijera que no la siguiera algo me decía que no debía dejarla sola, por lo que decidí acercarme, pero cuando ya me encontraba a solo unos metros de distancia decidí no hacerlo.
pensé
Ella me dijo que no la siguiera, si me ve quizás de enoje aún más conmigo. quizás solo quiere estar sola.
Así que se me ocurrió ubicarme cerca de algún lugar donde pudiera observarla sin que ella se diera cuenta y decidí escribirle un mensaje de texto
— ¿Por qué te fuiste? ¿Que dije o que hice mal? Vamos hablar por favor —
— Tu y yo no tenemos nada de qué hablar, no me molestes —
— ¿Eso quieres que haga? —
— ¡Sí! No me molestes más por favor —
Observaba si María estaba en el mismo lugar, pretendía ir a confrontarla. No me parecía justo que luego de pasar un rato agradable simplemente me pidiera que la dejara de molestar.
Pero entonces note que ya había levantado, y se dirigía a la avenida, si la dejaba ir así quizás sería la última vez que la vería. Así que sin pensarlo dos veces me fui tras ella.
Pero, María se percató que alguien la está siguiendo y sin voltear acelera el paso pero eso no me iba a detener así que empecé a corre detrás, cuando por fin la detuve y la voltee ella esta con los ojos cerrados y llenos de lágrima.
— ¿Que ocurre María, por qué lloras? —
Y justo en ese momento de desplomó en mis brazos
¿Podría ser posible que se desmayará del susto?
-pense-
Sin saber que hacer la tome en mis brazos y me fui a la parada de taxis
— ¡Por favor! Ayuda valla para el hospital más cercano por favor —
De inmediato uno de los taxista se apresuró a encender su auto mientras que otro de ellos me abrió la puerta del auto
— Muchas gracias —
— No hay de que joven, espero que de mejore —
— Si yo también espero lo mismo. Gracias de nuevo —
Aquel amable señor de al menor unos 40 años de edad asiente y cierra la puerta del auto para arrancar de inmediato al hospital
— Joven el hospital mas cercano está al menos a unas 20 calles de aquí —
— Que sugiere entonces —
— ¡Vamos al seguro social! —
— Ok pero apresures que no se por que se desmayó —
— La joven no se ve nada bien, debe tener problemas de hemoglobina, los jóvenes de hoy en el día no se alimentan bien —
No puedo negar que este señor no estaba diciendo nada que no fuera Cierto, pero me parecía que este no era el mejor momento para dar una clase de nutrición.
— Y entonces tuvieron que llevarla al nutricionista, para que le indicara una dieta —
No sé de qué rayos me estaba hablando pero lo que si sabía es que María no se encontraba bien y pensar que habría sucedido si no la hubiera seguido, ¿En brazos de quién estaría ahora?
Tan solo pensar en eso me entraban celos y no podía creer lo que estaba haciendo
(flashback)
— Eso es por qué aún no te has enamorado —
(final del flashback)
¿Sería posible que mi amiga tuviera razón? ,Y yo me estaba enamorando
— Ya llegamos joven —
— Muchas gracias, ¿Cuánto le debo? —
— Son 30.000 —
Juegue en mis bolsillos a como pude y saqué un billete de 20.000, empecé a jugar entre los bolsillos y no lograba conseguir el resto
— Tranquilo joven si no tiene más no hay problema —
— No es eso es que.... —
— Deme los 20.000 lleve a la chica a urgencia luego los arreglamos —
— Muchas gracias señor —
Le entrego el dinero y me bajo del auto. de inmediato un joven que se encontraba en la entrada grito
—¡Una camilla rápido! —
Era lo mejor que había escuchado en todo el día, aunque era pequeña y delgada pesaba al menos unos 40 kilos y ya mis brazos no soportaban más
Una vez ingresada en el centro médico el médico de guardia empezó hacer las preguntas de rutina
— ¿Que le ocurrió? —
Se desmayó ¿Que acaso no es evidente?
— Íbamos caminando y de desmayó —
— ¿Desayuno? —
— Pues supongo que sí —
— ¿Supone usted que si? —
— Si, pues... —
— ¿Cuando fue su última regla? —
— No lo sé —
— A ver joven si no me ayuda no podré saber la razón de su desmayó —
— Disculpe es que... —
— ¿Cuando tuvieron relaciones por última vez? —
— ¡Pero que clase de preguntas son esas! —
— Trato de conseguir un diagnóstico —
— Pero es que... —
— Joven tiene que ser honesto —
— ¡Es que apenas la conozco! —
— ¡Ha! Valla bueno en ese caso valla a la sala de esperas y le estaremos llamando si hay alguna novedad —
Que le costaba decir eso desde un principio
— Está bien —
Una vez estando allí sentado espere un par de horas alguna respuesta de los médicos, Caminaba de un lugar a otro solo veía entrar y salir Médicos y cada minuto que pasaban parecían horas, nadie le decía nada, hasta que sale un médico y pregunta.
— ¿Es usted es familiar de la señorita Parra? —
— Bueno Doctor vera yo solo soy un amigo pero dígame que le paso por que se desmayó ¿Qué tiene? —
— Bueno joven vera aquí no contamos con los equipos necesarios para realizarle un chequeo completo que nos permita llegar a un diagnóstico definitivo —
— ¿Pero ya despertó? —
— Si, ya está consiente y esperando los resultados del laboratorio —
— ¿Entonces no sabe la razón de sus desmayó? —
— La conclusión a la que llegue es que la joven tiene las defensas muy bajas ¡debería alimentarse mejor! y tomar hierro y ácido fólico, está demasiado pálida, por otro lado la joven se encuentra bien, ya debe estar por salir —
— Ok doctor muchas gracias —
Inmediatamente al retirarse el Doctor, salio María y aunque estaba muy feliz de verla en pie. de notaba a leguas que María no sentía lo mismo que yo. Se podía ver en su mirada que estaba a punto de darme una bofetada
— ¿Cómo llegue yo aquí me podrías explicar? —
replica María enojada
— Gracias José por traerme acá no sé qué habría Hecho si tu no me hubieras estado Allí
Respondí con un tono sarcástico
— Ok gracias por traerme, me voy —
responde María iragunda
Y se dirige a la salida pero me fui detrás de ella. la detuve antes de que cruzará la puerta
— ¡No me piensas decir que tienes! , ¿por qué te comportas de esa manera? ¿qué te dijo el médico? Por lo menos para saber que tienes o porque desmayaste, ¡claro ya eso debe ser normal para ti! El Doctor me dijo que no te estas alimentando bien y que tienes las defensas muy bajas ¿por qué no estas comiendo? —
Replique afligido
Me escuchaba y no me lo creía, Yo José Hernández preocupado por una mujer. Me parece que mi amiga tenía razón cuando le dije que yo no era de enamorarme.
Narra María
José se había convertido en todo un Manuel Sosa, ese chico en todas sus protagonizaciones hace el papel del novio y esposo perfecto. Así era José ahora en este momento el novio perfecto.
¿Sería posible que estuviera enamorado?
Y si le decía la verdadera razón por la que me desmaye y se marchaba
Debía decirle, así sabría si de verdad le importaba
Por unos segundos contemple su mirada, su rostro José estaba enamorado. Pero evidentemente se encontraba con sentimientos encontrados.
Yo también me estaba enamorando pero no quería demostrarlo así que decidí tratarlo un peor para que de fuera y no me buscará más. No quería que volviera a pasar por esto quizás hoy me trajo el médico pero luego quizás de moleste de que ocurra constantemente.
— ¿Por qué me estabas siguiendo? por tu culpa me desmaye, me asustaste eso es todo, y si no estoy comiendo bien eso no es tu problema, vete ¡no lo entiendes! —
Replique con molestia, pero realmente mi corazón se estaba partiendo en mil pedazos
E Ignorando completamente todas aquellas obscenas palabras que le había dicho a José, este respira profundo
— Vamos al médico debes hacerte unos exámenes el Doctor no te encontró muy bien —
Responde José tomándome de la mano
— ¡Suéltame!, no iré contigo a ningún lado —
Replico soltándome de la mano de José
— Ok... me voy, has lo que te dé la gana —
Replico José dándose la vuelta