Capítulo 4

2509 Palabras
-¡Rhoesia basta, no puedes seguir comiendo dulces de esa manera! – Ceddy me riñe desde su escritorio. –Tienes catorce años, es el momento ideal para que cuides de tu salud y crezcas lo suficiente, no tanto como yo pero no te quedes enana. – me advierte con diversión. -¡No soy una enana! ¡Y no trates de verme desde arriba! – gruño molesta, detesto que haga alarde de su altura y me mire desde arriba como si quisiera preguntarme si estoy haciendo amistad con las hormigas. No es que me sienta pequeña. No soy pequeña, soy mayor. -Soy una mujer adulta, no necesito de tus reprimendas, se lo que estoy haciendo. – me llevo otro bocadillo dulce a la boca. -Si lo dices mientras comes golosinas, disculpa si no puedo tomarte para nada en serio. – se ríe, oi, no tiene nada de malo comer golosinas. -Podria ordenar una masacre mientras como golosinas. – llevo un trozo de chocolate a mi boca. Cedric se queda callado y parece advertirme algo, no me importa, son mis decisiones y yo sé lo que está bien o está mal. No dejare de comer golosinas aunque las prohíba en toda Austria. Nos miramos, nos retamos con la mirada y termino ganando porque tocan la puerta y mi hermano desvía la mirada. -¡Ha. Gane! – me comienzo a reír. -Adelante. – gruñe mi hermanito menor, porque aquí, yo soy la mayor en todos los sentidos. Me quedo sentada como la dueña y señora, claramente con un bombón en la boca porque no fumo y a mi edad es lo más cercano a lo que puedo tener para verme más interesante. Cedric me mataría de ser lo contrario. La puerta se abre, Clark el asistente personal de Cedric entra seguido de Steven y King, sus dos guardaespaldas. Exagerado a mi punto de vista, en mi caso como no puedo salir de casa no tengo ningún guardaespaldas principal pero si tengo que elegir uno, elegiría sabiamente y seria uno con el que pueda divertirme. Lastimosamente seguramente Cedric elegirá uno fortachón que me cuide de todo mal, no tendría problema pero sé que será un viejito. -Señor, el presidente Kang está aquí, pide una inmediata reunión con el presidente Husher. Solicita hablar solo con el presidente Husher. – saboreo mi bombón sabor vainilla. ¿Una reunión con mi padre? ¡Pero si papá lleva un mes lejos de casa y mamá esta con él! -¡Pues ya somos dos quienes queremos reunirnos con papá! – me burlo, Cedric me vuelve a ver con la mirada obvia. Sé que simplemente puedo llamar a nuestros padres pero no estoy interesada en hablar con ellos cuando solo dicen cosas como; "Rhoesia seras la próxima líder de la Organización" "Rhoesia tu deber es observar, aprender y prepararte" "Rhoesia tu hermano no es apto para este trabajo, debes aprender y superarme incluso a mi" Tonterías por todos lados, Cedric es capaz y estoy segura. -El presidente Kang no aceptara reunirse con nadie más que no sea el presidente Husher. – repite Clark. -Mi hermanito es capaz de reunirse con él y aclarar cualquier situación. – espeto más segura. Mi hermano parece pensarlo, más de la cuenta y me pregunto si realmente sabe de lo que están hablando. Este es el momento justo para molestar a mi hermano y hacerle pagar por llamarme enana. -Nuestros padres no se encuentran y no estoy autorizado para... - le interrumpo. -Vale, hermanito, eres quien está a cargo ahorita ¿no puedes hacer un trabajo tan sencillo? Además, el presidente Kang no está en la posición de exigir nada, he estudiado los negocios que la Organización Husher tiene con KangJoong P.T Corp y no hay nada que se pueda hacer, la decisión más sabia es absorber dicha empresa y hacernos de ella, desmantelarla o hacer que comience a producir. – me encojo de hombros. Cedric, Clark, Steven y King me observan, los tres últimos con la sorpresa marcada en el rostro; y mi hermanito, molesto, furioso y sobre todo con ganas de asesinarme. No puedo evitar reírme, sin embargo mi hermano me mira con desdén. ¡Nunca le digas enana a una mujer que está en desarrollo! -Clark llévate a Rhoesia a su clase de física. – le miro sin comprender. -Bruto, no tengo clases ya he pasado el examen y mi tutor dice que estoy lista para estudiar física avanzada. – me encojo de hombros. Cedric resopla. -¡Solo llévatela! – gruñe. Clark se acerca a mí y me mira con una disculpa. Cedric se ha enfurecido y es mi culpa. -Eh, no es tu culpa, mi hermano no acepta bromas de su inocente hermanita de ¡Tan solo catorce años! – termino gruñéndole. Cedric no me vuelve a ver y se sienta tras su escritorio. –Cuando tenga a mi propio asistente personal, le hare la persona más importante para mi e incluso dejare de quererte, mal hermano. – gruño saliendo de su oficina. Nadie me comprende. Clark me escolta hasta mi habitación pero en el camino nos encontramos con el presidente Kang que a gritos exige hablar con mi padre. Clark le explica que mis padres están de viaje y que mi hermano está a cargo, que él les recibirá. -¡No pienso tener una reunión con un crio que aún no está listo para este negocio! ¡Ese chico es un cobarde que no puede atreverse a llevar este trabajo, no tiene las agallas que Husher tiene! – gruñe como que si sus palabras no pudieran dañar a nadie. Clark le ignora y vuelve a verme, me pide con la mirada que me retire pero no puedo hacerlo. No lo hare. Venga, ¿Qué es lo que ha dicho? -Señor Kang, le pido que respete esta casa y la presencia de la señorita Husher quien es también futura heredera de la Organización Husher. – el tipo vuelve a verme. -Clark ya he dicho que no soy la futura heredera, mi hermanito puede con este trabajo mejor que yo. – trato de tranquilizarme. El presidente Kang me mira de arriba abajo y termina carcajeándose. -¿Futura heredera? Niña espero que puedas seguir los pasos de Husher, aun eres muy joven para que puedas aprender, no seas como el maricon de Cedric Husher. – se ríe, el estómago se me contrae. – Con razón el mismo Husher no confía en su propio hijo. – mis manos se convierten en puños. ¡De quien se cree que está hablando! Clark se apresura a sujetarlo pero yo se lo impido. Soy yo quien se acerca a él, y le miro con la furia instalada en el rostro. Mi padre no tiene idea alguna, y este hombre no es quien para hablar de Cedric. -¿Qué es lo que has dicho de mi hermanito? – gruño apretando los dientes. Como ha podido... como es que se ha atrevido... El hombre me mira con diversión, pues claro para ellos aun soy una niña. -¿Le has dicho maricon a mi hermanito? – insisto. Voy a matarle, nadie se ha atrevido a llamar a mi hermano de esa manera y que un tipo desconocido venga y trate de verlo de menos... no puedo perdonarlo. El presidente escoria Kang me mira y retrocede, si, es lo mejor. Doy un paso más para acercarme y este vuelve a retroceder. -Señorita Husher, la llevare a su habitación. – me dice Clark tratando de tranquilizarme. Ya es imposible. ¿A mi habitación? ¿Por qué iría ahí cuando un imbécil de bajo rango acaba de ofender a mi hermano? -Clark, ¿puedes prestarme tu arma? – pregunto con calma. Estiro la mano esperando que me la entregue, parece dudarlo pero estoy segura que mi expresión de seguridad lo está doblegando. -No hare nada dque pueda decepcionar a Cedric, lo prometo. – Clark sin hesitar me la entrega. Respiro profundo. Tomo la Walther P99 y la recargo, el tipo Kang me observa y por un segundo parece que recupera su seguridad. -Cedric Husher, es mi hermanito y es el futuro líder de esta Organización. – le explico. El presidente Kang se ríe burlándose. – Presidente Kang creo que realmente no sabes el lugar en el que te encuentras, que hablaras así de mi hermano realmente me ha molestado bastante y ahorita no puedo pensar en nada que no sea ponerte una 9mm en esa frente pálida que tienes. – me acerco a él, su mirada vacila entre el arma y mi rostro.  -Niña ni siquiera sabes cómo usar eso las armas no son un juguete. – vale, este hombre me está molestando mucho. – ¿No es hora de que te vayas a la cama? – me quedo en silencio y retrocedo. El parece complacido y se acerca, levanta la mano llevándola hasta mi cabeza, pero antes de que me toque un solo pelo, aprieto el gatillo. El estruendoso ¡Pam! Resuena en toda la mansión, en segundos el presidente Kang cae al suelo espantado, sonrío divertida, ni siquiera le dispare a él y está temblando. Esta arma definitivamente es una de mis favoritas, estoy segura que Cedric estará orgulloso de mí. -¡Mierda! ¡Maldita niña! ¡Eso no es un juguete! – grita. El miedo en su rostro es impresionante, me acaba de mostrar diferentes expresiones en cuestión de segundos. En menos de un minuto varios de nuestros agentes se presentan, todos apuntan hacia el hombre tirado en el suelo y su rostro parece perder forma. No puedes entrar a la casa de la familia Husher esperando hacer su voluntad, y esperar que nos quedemos sin hacer nada. -Por favor... baja el arma. – dice arrastrándose. -¿No te parece divertido? Desde ahí es donde realmente tienes que verme. – le observo desde arriba, levanto el arma y le apunto justo a la cabeza. –De ti depende que final tendrás, me has molestado mucho... de verdad lo has hecho, escúchame bien presidente Kang, de ahora en adelante no volverás a ver desde abajo a mi hermano, él es superior a cualquier tonto que esté jugando al rey del bajo mundo, mi padre es poderoso y mi hermano también lo será, si escucho en cualquier lado una sola ofensa hacia Cedric Husher, voy a acabar contigo. – Cedric me tiene a mí, siempre lo respaldare. -¿Quién eres realmente? – pregunta nervioso. -¡Rhoesia! – escucho a mi hermano. Cedric llega hasta mi lado con todo un escuadrón de los HK, me arrebata el arma y me hace volver a verle. Su mirada penetrante me revisa a cuerpo completo y yo simplemente le sonrío, tranquilo hermanito, súper Rhoss ha arreglado todo. -¡Sáquenlo de aquí! – gruñe furioso. No dice nada mas, me toma del brazo y me lleva a jalones hasta mi habitación. Trato de hablarle pero me ignora. No he hecho nada malo, solo no podía dejar que le trataran mal. -Cedric espera, me duele. – me quejo de su agarre. -¡Qué demonios estabas pensando Rhoesia! – grita. Me empuja haciéndome caer sobre la cama, su mirada repentinamente se torna en una oscura, furiosa y puedo ver algo en ellos que me asusta... -Cedric... hermanito... - dos palabras que pareciera que le enfurecen aún más. -¡No trates de verme como alguien menos! – grita.  Abro los ojos sorprendida, se lleva las manos a la cabeza y niega. No entiendo realmente lo que sucede, pero la mirada de Cedric es totalmente extraña. -Cedric, ¿Qué te sucede? Solo bromeaba, con lo del presidente Kang tu puedes tomar la decisión que quieras yo ni siquiera sé de qué es lo que realmente estaban hablando. – miento, Cedric parece no comprarlo. -Rhoesia yo soy el maldito sucesor de la Organización Husher, no soy un jodido cobarde que tiene que ser defendido por su hermanita menor. – aprieta los puños y me mira con gesto amenazante. – Este trabajo no es para niñas como tú... -- dice y se da la vuelta para salir. -¡Espera, porque estas tan molesto! No soy una niña que tienes que proteger. – Cedric me vuelve a ver. No dice nada por unos segundos. – Él estaba diciendo cosas sobre ti y reaccione sin lógica, lo siento, simplemente pensé en que nadie deber verte de menos. – me pongo de pie para acercarme a él pero lo evita levanto la mano. -No necesito que me protejas, no soy un... -- se queda callado. Escucho todo. -Sé que no lo eres y está bien ser diferente pero eso no tiene nada que ver con la clase de persona en la que te convertirás. Serás el mejor, serás el líder de esta Organización y siempre tendrás mi apoyo. – Cedric me mira como si tratara de aceptarlo pero finalmente niega. –Elegiré a tu tutor, puedes venir a la selección o lo elegiré por ti. Puede ser mujer u hombre, lo que tú quieras pero me encargare que sea de los mejores. – es lo único que dice.  -Iré a la selección. – me cruzo de brazos. -De ahora en adelante que salgas de la mansión tendrás que llevar un escolta o no saldrás, no quiero que pasees por los jardines sin tu escolta y no quiero verte así que no aparezcas por mi oficina, tengo trabajo y lo que menos quiero es que seas un estorbo. No te quiero cerca y mucho menos quiero que te metas en los asuntos de la Organización. – dice tras salir y cerrar la puerta de un golpe. Me siento sobre la cama tratando de analizar lo que acabo de escuchar. Me abrazo las piernas y pero soy capaz de contener las lágrimas. Es la primera vez que Cedric me grita de esa forma, no entiendo realmente cual es la razón solo no quería que alguien le viese mal. Es mi hermano y yo acepto todo de él. Mi corazón duele, sin embargo trato de sonreír. Él se disculpará... sé que lo hará. Es el estrés el que lo tiene así, nuestros padres no lo aprueban y eso ha de causar en él mucha presión. Mi corazón puede sobrevivir un poco más, por él, siempre lo cuidaré. Las preferencias de mi hermano siempre han sido la discordia en relación a nuestros padres, Cedric es débil cuando se trata de eso y ha vivido con miedo al rechazo de nuestro padre. Papá siempre le ha reprochado que un líder necesita una mujer a su lado que pueda acompañarlo en sus derrotas y victorias, para mí no es precisamente necesario pero mi padre es muy cerrado. Cedric vive esperando la aceptación de nuestro padre y eso lo hace decaer, es débil al tomar decisiones y en este trabajo lo que menos tienes que hacer es dejarte llevar por sentimientos innecesarios. Siempre apoyare a mi hermano y lo cuidare de cualquiera que se atreva a mirarlo de menos. Cedric para mi es perfecto.
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