Pero lo que había comenzado siendo una broma pesada y de mal gusto terminó convirtiéndose en una autentica pesadilla cuándo descubrí que, en mi primer contacto s****l con penetración, uno de los varones, probablemente Daniel, había aprovechado los momentos de entrega y de relajación que tuve al final de esa nefasta velada nocturna, cuándo mis fuerzas se encontraban bajo mínimos, para mojarme vaginalmente con su leche “dando de lleno en la diana” ya que me había dejado preñada. Como no quería lucir “bombo” ni convertirme en madre soltera pensé en abortar lo que me obligó a contar a mis padres lo sucedido. Ninguno de los dos estuvo de acuerdo conmigo aunque conseguí convencer a Joanna para que me llevara al centro de planificación familiar en el que la habían puesto el DIU unos meses después

