Capitulo 23

1313 Palabras
—Eres el sueño hecho realidad, eres mi aire que necesito cada día, mi luz al amanecer, la razón de mi felicidad –Siento emocion y una enorme felicidad escuchar que soy amada por alguien —te amo mi niña, amo verte feliz, si tu lo eres yo lo soy mas —Cuando tu estas conmigo yo soy feliz —Siempre estoy contigo, te amo –Me Abraza con esa calidez que siempre me da. ¡Mamá!, despierto del sueño que estaba teniendo con mi mamá, pongo mi mano en la frente, estoy sudando mi respiración esta agitada como si hubiera corrido un maratón, me levanto agarro una bata que coloco encima para cubrirme, salgo de la habitación, me quedo observando el enorme pasillo a oscuras, bien dicen que aunque la jaula sea de oro no deja de ser prisión, vivo en una mansión pero no soy feliz, no se porque mamá dice que si lo estoy si la necesito a ella para ser feliz, ella era la que me hizo sentir que tenia un corazón, si ella estuviera conmigo no fuera tan fría y sin corazón, probablemente fuera una mujer fuera de este negocio, con una vida normal fuera de tantas balas. Bajo las escaleras y me dirijo a la cocina, enciendo la luz, un susto es lo que me doy al ver a una persona sentada tomando algo, no admito que me asuste y vuelvo a mi postura de siempre, rígida y fuerte —¿Que crees que haces aquí? –digo caminando hasta la nevera —Solo vine por una taza de café, ¿algún problema con eso? —No, pero ¿que haces en esta casa? —Pertenezco al equipo de Demian y el me mando a llamar –Esto si se esta convirtiendo en una molestia, antes lo queria cerca le insistí tanto al idiota de mi hermano y nunca lo quiso traer, pero ahora que ya no lo quiero cerca, ahora si aparece aquí, no va a perturbar mi espacio, fue lindo pero ya paso y no pienso volver a repetir, no claro que no lo haré. —Te ves sexy con esa pijama, aunque te verías mas sexy desnuda abajo de mí, mientras te follo hasta el cansancio –Volteo a verlo con un gesto de desinterés y es lo que siento en estos momentos, es un hombre muy guapo, maduro solo que en estos momentos el que me esta haciendo perder la cordura es un nene universitario, algo irónico pero real. —Si vas a estar en esta casa es mejor que te comportes, recuerda que también soy tu jefa aunque pertenezcas al equipo de Demian —Que diría tu hermano si supiera que hace unos meses atrás no salias de mi apartamento —Probablemente se enoje conmigo, pero a ti te despide, solo eres un simple empleado —Soy de sus mejores hombres por no decir que él mejor —Ningun empleado es indispensable —Para ti, pero para Demian si sabe valorar el trabajo de sus empleados, al contrario de ti; eso hace a Demian ser un buen líder y puede ser un mejor sucesor que tú, es lo que se busca en esta organización y para ese puesto te falta mucho, no solo es que sepas jalar un gatillo. –Es un imbécil. —No te creas tan importante, ahora solo dedicate hacer tu trabajo y no te cruces en mi camino. Agarro mi vaso de agua y camino de regreso a mi habitación, él imbécil de Mauro me sacó de mis casillas, por el hecho de que fuimos amantes se cree con el derecho de insultarme de esa manera, solo que no se meta en mi camino porque de lo contrario me va a valer que sea el mejor de hombre de Demian, por algo nuestro padre nos a prohibido las relaciones con los empleados, pero allí vengo yo de idiota a enredarme con él. Es que como Resistirme si desde el primer momento que lo vi me gusto con su porte y elegancia que tiene, quien diría que es un asesino a suelto. Despierto mas tarde de lo normal, veo mi reflejo en el espejo y si que me veo horrible, con el cabello todo alborotado, voy a la ducha donde me doy un rico baño, me visto con unos jeans unas zapatillas deportivas y una playera. Agarro mi auto y salgo a dar una vuelta a despejar la mente, el sonido de mi teléfono me hace desconcentrarme, en la pantalla aparece su nombre, ese que esta poniendo mi mundo de cabeza, una sonrisa se marca en mis labios, respondo la llamada. —Hola princesa –Soy una princesa de la mafia, pero el me hace sentir especial por la forma en que me lo dice —Cariño —Te quiero ver –Me da un golpe de una puta felicidad al escuchar eso, hace que mi corazón se acelere —Nos podemos ver si quieres —Quiero que pasemos el fin de semana juntos en un campamento —Valla ya tienes planes —Eso si no vamos solos, van otros amigos, sino quieres esta bien –Con tal de pasar tiempo juntos no me importa si van sus amigos —No me importa eso, a que horas es la salida —Paso por ti en una hora —Esta bien –Termina la llamada y cambio de dirección, me dirijo a mi apartamento, pero antes me detengo en el centro comercial a comprar algo de ropa cómoda y suéter para el frío, compro algunos y una mochila para llevarla. Organizo asuntos con mi equipo, en mi ausencia Will se queda a cargo de nuestros asuntos, tocan la puerta al abrirla lo primero que veo es esa hermosa sonrisa en su rostro bello de Diego, ese chico es perfecto que me deja hipnotizada como una idiota, en sus manos trae un ramo de rosa, los recibo mas que feliz, se acerca y me da un beso en los labios haciendome sentir su sabor a menta en los labios —Lista —Creo que si, nunca he odio a acampar así que no se que llevar —Tu solo lleva tus cosas personales y lo demás aun pasaremos comprando, así que vamonos a comprar lo que nos hace falta –Pongo las flores en un florero con agua, para que no se marchiten. Pasamos al supermercado a comprar comida, toma un carrito; yo no se que hacer pues esto es nuevo para mí, nunca he hecho el súper, camino al lado de él mientras va echando latas de comida —Te sucede algo? –Pregunta —Solo es que no se que hacer, nunca he hecho las compras –Sonrie —yo tampoco lo hago muy seguido, solo en ocasiones, toma algo que te guste o quieras comer, eso si que no sea difícil de cocinar en un fogón – Busco algo para mí, pero tampoco tengo idea de que comprar, por que no tengo conocimiento en la cocina, reímos con Diego donde se le cayo encima unas cajas, intento correr y eso le causo un tropezón, nunca creí que hacer las compras fuera tan divertido, algo que si se me antojo son unas galletas con chispas de chocolate, agarro el paquete y le hago cara de niña buena para que me lo compre —¿Puedo llevarlo? –Se divierte con mi actitud, quiero que él me los compre y no es porque no tenga dinero, sino que me gusta que me consienta me encanta eso de él —No lo llevamos con una condición —Cuál? —Que compartas conmigo —Eres un tonto, claro que pensaba hacerlo –Le agradezco dándole un beso en los labios. Al terminar las compras pasa pagando y nos llevamos todo al auto, acomodamos todo para así ponernos en camino a nuestro destino.
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