Despierto temprano, me doy un rico baño, al salir me cambio la venda que me pusieron, me visto tomo mis cosas para irme a la universidad, no quiero ver al pesado de mi hermano así que no desayuno, agarro mi auto deportivo, manejo a todo lo que da es lo que amo de hacerlo por mi cuenta.
Aparco en la universidad y saco mis cosas, se me complica un poco por mi herida en mi mano, con todo en mis manos cierro el auto y termino haciendo un desastre, pasan a mi lado y no me ayuda
—Acaso no piensas ayudarme? –Pregunto
—No ayudes si nadie te pide hacerlo – Es un tarado pero tiene razón yo le dije que no me ayudara si no le pedía ayuda.
Con mi coraje me agacho a levantar mis cosas, no le daré el gusto de que le pida ayuda, se agacha y empieza a levantar mis cosas
—Solo tienes que pedir ayuda, tan difícil es para ti hacerlo, por eso no perderas los millones, sino que ganaras educación –Coloca mi ultima cosa y se va, gracias digo suave para que no escuche al menos le agradecí es lo que cuenta.
Asisto a las clases así se va la mañana, todos andan con sus amigos solo yo soy la única que anda sola, tan mala seré para tener amigos que todos me huyen, bueno que es mejor así nadie esta a mi nivel y eso es mejor así, por que si se acercan es por mero interés y odio a las personas que son así, vengo de una familia importante tanto en la mafia como en la sociedad y por eso me hace el doble de importante, a lo lejos veo que se acerca Prisila y sus amigas, es allí donde me gusta mi soledad y la prefiero, camino rápido para que no me vean
—Emma, espera –Mierdas fallo mi misión de escape, puedo burlar a mafiosos a la DEA y no pude escaparme de un trio de chismosas, esto es absurdo
—Que cosa es absurdo? –Pegunta Amelia que ya estan cerca de mí a lo que tampoco había notado
—Pensaba en voz alta
—Emma querida –Detesto esa voz chillona, que siento que me revientan los oídos
—Quieres ir a ver el partido de fútbol
—No gracias, prefiero hacer otra cosa que ir a ver a un grupo de idi.. chicos corriendo un balón
—Enserio no te gusta, que lástima queria que formaras parte del grupo de porristas
—Gracias pero no me gusta nada de eso – Pasan los chicos y no se que tienen pero los veo guapos solo que son unos imbéciles
—Deberias ir, ellos se ven muy sexis jugando –Menciona Amelia, derepente si me dan ganas de asistir al partido al menos me distraigo
—Pensandolo bien si iré a ver como bailan ustedes
—Eso es genial, se que te va encantar y vas a querer formar parte de nuestro grupo –Me llevan hasta donde esta la cancha me siento en las gradas para ver el partido.
En lo que inicia le respondo a mi prima Loren, es la más cercana a una amiga que he tenido, pero ahora que nosotros nos venimos para acá y ella se fue para Indonesia, nos hemos distanciado bastante.
—Ya vaciaste todas las tiendas? –Pregunto porque si alguien es adicta a ellas esa es Loren
—No me jodas mi padre me esta dando la matada de mi vida, me duele hasta las pestañas
—No exageres, yo recibí entrenamiento desde los 15
—Tu eres de hierro porque yo me voy a morir en esto –Desearia ver la cara de Loren en estos momentos, ella siempre es la niña fresa y ahora mi tío la quiere en las filas de la mafia y para formar parte hay que recibir un buen entrenamiento, mi padre me lo exigio desde los 15 años a lo que yo no me negué pues yo si quería formar parte del grupo.
Sigo leyendo las ocurrencias de mi prima a lo que no puedo evitar sonreír algo que no es muy común en mí
—Tienes la sonrisa mas hermosa que he visto –Dejo de hacerlo volviendo a mi cara seria que siempre cargo, también veo al chico que me habla y creo que lo he visto en algunas clases, no es el típico chico popular el mas deseado pero si se ve que es un buen chico, con unos ojos azules cabello rubio, aspecto Alemán
—Buscas Algo
—No, solo vine a ver el partido
—Por que no formas parte del equipo
—No me gusta jugar
—Entiendo
—Me llamo Simón
—Soy Emma
Salen los chicos listos para jugar, dan inicio al partido y siempre mis ojos están puestos en el chico bipolar, domina el balón como un profesional, logrando marcar un gol que todos celebran, me lanza una mirada Diego, ese chico es muy extraño, pero lo peor de todo es que me gusta, es que es muy guapo, esa maldita sonrisa que me prende solo al verlo.
La verdad que si se me hizo divertido el partido, se ven sexys los chicos sudando, pero me tengo que ir, solo que antes pasare al baño, antes de llegar escucho unos gemidos y si algo me caracteriza es que soy curiosa, me acerco y no puedo creer lo que mis ojos ven, el profesor de física con Priscila en una posición algo caliente, esto tiene que ser grabado no se sabe cuando se va a necesitar cierta información, saco mi teléfono y grabo todo lo que hacen.
Mierdas se separan y me escondo pero al hacerlo voto una maseta, ahora si la regué feo, salgo de ese lugar pero a donde sin ser descubierta "piensale", entro al vestidor de los chicos me escondo detrás de un armario y ahora si que no me descubran o estoy frita.
Escucho pasos y un monton de voces, mierda lo que me faltaba, son los chicos ahora que demonios aré si me ven aqui, creerán que soy una pervertida que los quiero ver en calzones.
me agacho y la curiosidad es grande asi que veo por un agujero y diablos que traseros mas bellos para ser solo unos simples universitarios se ven bastante bien, pero él trasero mas redondo es el de Diego lo que me hace imaginarme tocándolo y dándole unas nalgadas, mientras está encima de mi, tengo que sacar esas estupideces de mi cabeza
Es una linda vista pero ya me canse de estar aquí, quiero que se larguen y así poder salir de aquí, se empiezan a despedir y por fin ya se van, espero unos minutos y es momento de salir me arreglo mi camisa y ahora si lista para salir, esperando no ser vista por nadie, camino lentamente.
—Asi que te gusta ver a hombres desnudos –No puede ser lo que no quería, volteo a ver, Encontrándome con esos ojos tan bellos, ahora como me libro de esto, a mala hora tuve que entrar en este lugar, además creia que ya se habían ido todos
—No, solo andaba buscando el baño y entre aquí por mera curiosidad
—Vi de donde saliste, estabas escondida y la pregunta es desde cuando estabas allí –Como me pudo ver, debí haberme quedado mas tiempo allí metida a esperar que se fuera, bien Emma ahora inventa una buena excusa
— Bien te buscaba para hablar sobre el trabajo, por eso entre aquí, pero al ver que venian todos no me quedo de otra que esconderme –Se queda pensativo dudando si me cree o no.
—Sera mejor que cada quien haga el trabajo por su cuenta
—Asi no funcionan las cosas, yo quiero algo bueno no algo improvisado
—Esta bien, lo haremos juntos
—¿Tu casa o la mía?
—Te espero en la cafetería, te envio la dirección, se puntual no me gusta esperar –Toma sus cosas y sale, al menos de esta me salve, aunque me toque que trabajar con él, fue la única mentira que se me ocurrió decir.