Estaciono él auto, agarro mis cosas entro al establecimiento de la universidad, empieza mi primer clase y aunque mi vida ya la tengo resulta me gusta ser la mejor en lo que haga soy muy dedicada a estudiar para ser la número uno y no ser solo cara bonita.
En la clase siguiente, entra un profesor con cara de mierda que nos empieza a decir lo que haremos y como si fuera poco deja un trabajo que para mí no va ni al caso en la materia
—Este proyecto lo trabajaran en parejas – Que gracioso ni que estuviéramos en la secundaria para hacer parejitas y trabajar juntos
—Que esperan tiene un minuto para escoger su pareja –Todos empiezan a obedecer ahora yo me vale, lo que quiero es hacer yo él trabajo
—Señorita Rossi en vista que no hay pareja para usted entonces hará el trabajo
—Perdón por llegar tarde –Entra interrumpiendo el chico bipolar
—Diego llegas tarde, qué crees que mi clase no importa - Eso me da gusto que sea regañado como nene pequeño
—Disculpe profesor es que vengo de entrenar con él equipo
—Mi clase se respeta, debería sancionarlo, ahora tome asiento
—Olvide lo que dije señorita Di Rossi usted trabajará con Diego
—Profesor ya dije que no volveré a llegar tarde, no hace falta el castigo –Acaso para él canalla trabajar conmigo es un castigo, como si para mí no lo fuera
—No es castigo, les dejé un trabajo que harán en pareja y ella es la única disponible, se hubiera dado cuenta si llegara temprano a clases, ella le dirá de que se trata –Seré tan de mala suerte que me tocara trabajar con ese imbécil, que se joda yo puedo hacer bien las cosas sola sin necesidad que me ayude.
El día en la universidad termina y por lo visto el tal Diego no piensa hacer el trabajo conmigo, le demostraré que no lo necesito para ser siempre la mejor.
Sigo esperando que llegue mi adorado hermano, que no se le ocurra a Damian dejarme botada o ahora si lo mato, sigue pasando él tiempo y nada que aparece, necesito calmarme o enserio mataré a mi propio hermano como puede ser tan idiota y olvidarse de mí, ya es bastante tarde y no vino, tengo que caminar y como si conociera este lugar.
Empiezo a caminar hasta que encuentre un taxi o algún transporte que me lleve a casa, sigo caminando adelante hay dos tipos, deben ser unos ladrones y por su bien que ni se me acerquen porque no ando de buen genio.
—A donde tan sola muñeca
—A donde no te importa –Se atraviesa en él camino
—Estaba en espera de una mujer hermosa, sólo que no imaginé que tanto
—Será porque así como yo no hay dos, ahora quitate del camino que me estorbas
—De aquí no te vas hasta que consigamos pasarla bien
—No me hagan reir, ustedes me ponen una mano encima y están muertos
—Me gusta tú soberbia, eso me excita –Se acaricia la v***a, lo único que me da es ganas de vomitar
—Ya quítate mugroso
— A quien le dijiste mugroso
—Hay alguien más aquí aparte de ustedes dos, no verdad
—Ahora si puta te haré tragar tus palabras –Me intenta agarrar y le doy un golpe en la cara que cae, el otro saca una navaja, intento esquivar pero me roza parte de la mano, mierdas eso dolió, se la boto y le pateo hasta que me saco la furia que cargo, el otro intenta levantarse antes que lo haga le doy más golpes.
—La próxima vez que se me crucen por el camino los mato –Levanto mis cosas y por fin encuentro un taxi, le doy la dirección de la casa para que me lleve allí, me dormí en el trayecto del camino, el conductor me despierta que ya hemos llegado, le doy el dinero y me bajo.
Dentro de la casa llego hasta mi habitación y me quito la ropa para darme un baño, cuándo el agua me cae me empieza a sangrar la herida, duele una mierda me la desinfecto y me coloco una venda.
Bajo a cenar, en el comedor está mi padre
—Buenas noche papá
—Princesa –Le doy dos besos en la mejilla
La cena transcurre tranquila y disfrutamos de un rico estofado, la comida favorita de papá, estos momentos son lo mejor pasar momentos con mi padre, quiero aprovechar cada momento con él, así como no pude hacerlo con mi mamá que se fue dejándonos muy pequeños, aunque papá es un criminal, para mí es el mejor lejos de su mal carácter es muy sobreprotector conmigo.
Me veo la mano y se empieza a teñir de rojo la venda, afortunadamente papá no me ha visto la herida. Escuchamos un escándalo en la entrada, no es difícil adivinar quién es el causante de ese ruido.
Me levanto de la mesa y voy a dónde se encuentra Damián, está con un puto en la boca y si algo no funciona en mi es la paciencia y el muy perro me dejó por irse de fiesta, no puedo soportar esto
—¡Damian! –Grito y me acerco dándole un golpe con mi mano sana
—A la próxima te meto un balazo en los putos huevos cabron
—Estas loca o que mierdas te pasa
—Te olvidaste de ir por mi y me tocó venirme caminando, dónde dos tipos me atacaron –Mi padre se acerca y nota mi venda en la mano
Se enoja al ver que estoy sangrando y le proporciona un golpe a mi hermano
—Solo te pido una cosa y es lo primero que haces
—Lo siento padre, se me olvidó, es que…
— Ningún pretexto Damián, la familia es primero
—Será mejor que cargues seguridad y tu propio transporte así no te atienes a un irresponsable como tú hermano
—Ahora llévala que la atiendan esa herida –Mi herida no es para tanto, pero cuando papá dice algo ni como replicar, lo que dice se cumple sin decir ni pio.
Nos vamos a la Clínica donde trabaja, Bárbara la mejor amiga de mi mamá, siempre ella es la que nos cuida cuando se trata de salud, nunca le ha importado que seamos de la mafia ella siempre se preocupa por nosotros, de cierta manera la vemos como una tía.
—Lo siento Emma
—Ya no importa –En la clínica, Bárbara me satura la herida, me da unas vendas y unos analgésico para que no se me infecte
—¿Cómo te cortaste de esa manera?
—Me salieron dos tipos y me agarre a golpes con ellos –Abre los ojos como si se le fueran a salir
—¿Por qué no puedes ser una niña normal?
—Barbi yo soy una niña normal, solo que no soy ninguna débil o una pobre princesita en apuros en espera que su príncipe la rescate, por qué si lo hago en eso me muero y nunca llega, no lo hace ni mi hermano, menos lo hará otra persona.
—Bien Emma, ya estás lista solo no hagas esfuerzos para que no se te abra nuevamente la herida.
—Lo intentaré –Respondo y salgo del consultorio
Me subo al auto de Damián y nos ponemos en camino de regreso a la casa
—Ya flaca seguirás enojada conmigo
—Tu que crees pendejo
—No te enojes, te ves muy fea enojada
—Tu opinión me vale mierdas –El camino seguimos en total silencio, solo me tocó escuchar una cursi conversación de mi hermano con una pendeja
—Por andar con esa te olvidaste de ir a recogerme
—Ya Emma pareces nena y no una mafiosa
—Pudrete pendejo.
En la casa mi padre me espera para preguntar cómo estoy, le digo que bien y me voy a mí habitación, ahora solo quiero dormir y olvidar este día de mierda que he pasado, presiento que no será el único sino el principio de muchos.