capitulo 3

2216 Palabras
—¡Vete niña!, ¡solo eres una mujerzuela! y dejate de insultos, agradece que no vales nada, de lo contrario ya estarías muerta—me dice mientras toma un sorbo de cerveza. —¡Eres un imbécil!, ¡no te tengo miedo y no soy una mujerzuela como tú crees!— le digo enérgicamente, más enojada, arreglo mi ropa, salgo del baño mientras camino veo el enojo en sus ojos verdes, miro hacía delante y salgo rápidamente directo al ascensor. Romina no está por ninguna parte, no logro verla, espero que se abra la puerta del ascensor, que para mi fortuna se abre rápidamente, bajo hacia la entrada del hotel, cojo un taxi mientras voy camino a mi pobre apartamento, comienzo a llorar desconsolada, pienso, pero porque me pasa ésto a mi, pensé que con este trabajo iba a conseguir todo lo que quiero, ¡pero no! ahora aparece este hombre, me hace sentir tantas cosas extrañas, ¡lo odio! ¡por su culpa perdi mi trabajo! ¡es un imbécil!, ya no voy a llorar más, soy una mujer fuerte y siempre logro todo lo que me propongo. Llego al apartamento le pago al señor del taxi, me bajo, camino hacia el apartamento con la cabeza agachada sientiendome destruída. Entro con mis llaves, prendo las luces, hay mucho silencio, mi padre no ha llegado, decido darme un baño y acostarme, ya puesta mi pijama rosa de pantalón y Sueter me acuesto, apagó la lámpara de mi mesita de noche, miro hacía el techo, se viene a mi mente ese hombre, Frank Costello, todavía siento su olor, sus manos tocando mi cintura, sus labios rosando mis labios, ¡pero que me pasa! ¡es un pedante!, ¡grosero!, mejor voy a dormir, mañana será otro día, estoy cansada cierro los ojos y duermo profundamente. Al otro día... Son las 11:30 de la mañana, despierto y me quito la pereza, bozteso, miro a la nada, amanecí sin trabajo, ¿que voy hacer ahora? me levanto de la cama, voy al baño cepillo mis dientes desanimada, termino y salgo a la cocina, mi estómago se retuerce de hambre, miro el mesón de la cocina, mi padre me dejó una nota que dice... Mi princesa pensé que habías dicho que ibas a dormir en lo de Romina, anoche llegue muy tarde, me asome a verte y estábas profundamente dormida, te dejo café y pan, puedes preparar huevos, te amo mucho, besos mi niña. Tan bello mi padre, si supiera todo lo que he pasado en un solo día se volvería loco de nervios, mientras pongo un sartén empiezo a preparar huevos, tocan a la puerta... ¡Pum! ¡pum! —Quien es —respondo sin energía, con voz suave. no quiero ver a nadie —Soy yo Romina, abre la puerta Isabella—golpea más fuerte. —Ya voy amiga, ya te abro— le abro la puerta, la hago seguir, y que se siente. —¿Que estás haciendo?, ¿porque no me dijiste que te ibas anoche? hablé con Gary, me dijo que ya no te podía dar más trabajo, que el señor Frank costello te anda buscando, amiga ese hombre esta divino, trae a todas locas por el— me lo dice en tono coqueto y suspirando. —¡Que! ¡Romina ese hombre me va a matar! ¡el me lo dijo! tengo miedo, en este momento no puedo pensar en la belleza de ese engreido— empiezo a dar vueltas por toda la sala, moviendo mis manos deseperada. —¡Cálmate amiga! lo dudo, Gary quiere saber tu dirección, pues el señor costello le dijo que quería proponerte un trabajó—me habla mirándose en un espejito que saco de su bolso. —¡No lo creo Romi! esas son mentiras de el, ese hombre quiere, ¡matarme!, ¡descuartizarme!, ¡meterme en bolsas negras! y ¡tírame al río!— en tono triste y tirandome en el sofa se le digo. —Estás loca Isabella, no lo creo, deja de ver tantas novelas, ahora es en serio— Romina suelta una risa fuerte y no para de reírse —Por que te ríes te estoy hablando en serio, ese hombre es un mafioso, lo sé, tiene guardaespaldas y todos están armados, el me dijo que ya debería estar muerta por todos los insultos que le dije anoche, debo esconderme, el no me puede encontrar— le hablo temblando de miedo —Isabella cálmate ya!, mira hagamos algo, voy a llamar a Gary en este momento y el nos va a decir de que se trata esto, espera le marco. —Esta bien, mientras tú lo llamas me ducho rápido y salgo otra vez contigo—le digo, dejo que haga la llamada, paso a la ducha, me doy un baño rápido, no lavo mi cabello, me visto rápidamente con ropa cómoda, licras lilas, zapatos deportivos y una camisa corta, peino mi cabello con una colita, y vuelvo otra vez a la sala de prisa, quiero saber que es lo que quiere ese hombre conmigo Romina acaba de colgar el teléfono. —¿Que paso Romina?, ¿que te dijo Gary?— salgo con cara de preocupación y le pregunto ansiosa. —Amiga siéntate, y escucha, Gary me dice que el señor costello quiere que vayas hasta su casa en calabazas, en los angeles county, su chófer pasa por ti a las 6 de la tarde, quiere proproponerte un trabajo importante ya le di tu direccion— Romina se escucha tranquila —¡En serio! ¿será verdad que es para un trabajo?, ¿tu crees que debo ir? —Mira isa, tu eres mi amiga, yo te quiero muchísimo, soy sincera contigo, si ese hombre quisiera hacerte algo o ¡matarte! como tú cabecita loca piensa, no te llevaría a su casa, manda a sus matones, te desaparece y ya, entonces creo que de verdad si quiere darte trabajo, déjate de bobadas y arreglate, mira que necesitas el dinero, así que relájate y preocupate mejor por ponerte linda, y salir a esa cita con es bombón. —Está bien, voy hacerte caso, tu siempre me has ayudado, has sido mi única amiga —la abrazo y ella corresponde mi afecto. —Amiga te voy ayudar para que te arregles y salgas hermosa, muéstrame que ropa tienes, creo que debes ponerte muy sexi, un vestido rojo o n***o, que muestre tus curvas, lleva el cabello suelto, te haré hondas en la puntas— me habla romina con cariño. —¿Tu crees que debo ponerme tan sexy? ¿y si solo quiere que sea su sirvienta? después de como lo trate, debe querer verme en la cocina, el quiere humillarme estoy segura. —Entonces ponte algo menos sexy, pero que se te vean la curvas— romina saca una prenda del closet— que tal este enterizo n***o corto de flores que tienes aquí, es lindo, no es tan llamativo, pero se ven tus curvas, y estás sandalias nude están hermosas. Pero yo estoy en otro mundo, perdida en mis pensamientos, me preocupa mucho que pasa con este hombre, me intriga después de como lo trate, quiere darme trabajo, ¡está loco! pero me motiva el hecho de volver a verlo, todavía siento su olor, sus ojos verdes que me hipnotizan mirándome con fríaldad, aunque es un fastidio, por lo menos quiere darme un trabajo, espero que no sea de sirvienta, porque no se lo voy aceptar, mi destino es ser millonaria, no una criada y menos de el, que es un ser bastante creído y petulante vuelvo a la realidad. —¡isa! ¡isa! despierta, te estoy hablando hace un rato, quiero saber si te vas a poner la ropa que te escoji para esta noche, porque déjame decirte que es lo más bonito que tienes, lo demás está viejo y gastado, te urge ganar dinero pero pronto, no puedes seguir viviendo como una pobretona —Romina me habla cruzando los brazos y levantando la ceja. —Lo se amiga, tienes razón, por eso voy a ir a la cita con ese patán. pero quiero que me digas algo y me respondas con la verdad —me siento en la cama mientras le agarro las manos. —Dime amiga que quieres saber, que es eso que te hace pensar tanto. —Ayer cuando iba saliendo del pen house, mire para todos lados y tú no estabas parecía que tú eras la única que había desaparecido de la sala, ¿dime dónde estabas?— le pregunto frunciendo el ceño. —A ver, voy a ser muy sincera porque tú eres mi amiga y te quiero, pues mira me puse hablar con uno de aquellos hombres en la reunión, es un mafioso muy importante, viene de otro país, hablamos por un rato, después decidimos ir al privado y ya sabes... ¡tuvimos sexo!— me habla relajada mientras empieza a arreglarme el cabello. —¡De verdad Romina!, ¿y que tal estuvo?. —Amiga, el tipo tiene un m*****o no tan grande, sabe moverlo bien, besa rico, hice todo lo que me pidió y más, lo deje satisfecho, me pago 10.000 dólares y quiere verme otra vez está noche. Por eso traje esta bolsa con ropa para que nos arreglemos aquí en tu apartamentico. —¿Amiga y no crees que ese hombre así no te va a tomar en serio?, si soñamos con encontrar un millonario que se enamore de nosotras, no debiste mejor hacerte la difícil, no lo sé, y no me estés jalando tan duro el cabello— le digo quitándole el peine. —Isabella, mira las dos somos pobres, no tenemos dinero, mi madre está muy emferma, tengo que comprar medicamentos muy caros, y si Dios me dió este cuerpo y esta cara debo usarlos para mí beneficio o ¿dime tú dónde vamos a conseguir un trabajo donde nos paguen 10000 dólares por una sola noche?, ¡nunca amiga!, ¿entonces dime qué más hacer?, no seas mojigata o es que acaso ¿tú no lo harías?— me dice con voz fuerte, con sus mejillas rojas de enfado —¡No lo sé!, tavez si, no lo he pensado, no te enojes, pues no podría acostarme tan fácilmente con un desconocido, pero respeto tus decisiones y elecciones amiga tu sabes que te quiero mucho— le digo con voz suave. —Entonces que ¿que soy? ¿según tu? ¿una prostituta? claro como tú te crees una santa, sabes que, mejor me voy, no quiero seguir hablando contigo— sale apresurada del cuarto y tira la puerta de la entrada. —¡Romina! ¡Romina! no te vayas discúlpame— le grito que regrese, salgo a perseguirla pero no quiere escucharme y me deja hablando sola. Siento mucha tristeza, mi amiga se enojo, ella es la única amiga que tengo, ahora debo afrontar esto sola, me siento en la cama, hay está el enterizo que Romi quiere que use está noche, decido arreglarme y salir está noche a la casa de Frank costello, después buscaré a mi amiga para que me perdone creo que realmente la ofendí. Mientras se acerca la hora de mi cita de trabajo con el engreído haré algo de comer, Romina no dejo que comiera nada, ahora ya más tranquila voy a la cocina preparo sandwich de jamón y queso, no hay nada más en la despensa. Sirvo mi sandwich con un poco de refresco que hay en la nevera, me siento en la sala a comer, pues no tenemos comedor, le doy dos mordiscos al sandwich, tomo un bocado de refresco, enseguida pierdo el apetito, no puedo comer, estoy demasiado nerviosa, solo espero que sea algo bueno y pueda conseguir dinero. El tiempo vuela ya son las 5, debo prepararme y pronto, corro hacia mi cuarto, otra vez entro a la ducha, me doy un baño, está vez lavo mi cabello salgo muy rápidamente, me seco, aplicó cremas, perfume por todo mi cuerpo, seco mi cabello lo más rápido posible, cuando está seco, empiezo a vestirme con mucho afán, me pongo las sandalias, me siento en la cama, paso la plancha, un poco por mi cabello, no tengo tiempo para hacer hondas, y lo dejo totalmente liso, me maquillo un poco, pues no lo necesito mucho, veo la hora, faltan 5 minutos para las 6, entra una llamada a mi teléfono, es un número desconocido, término de ponerme aretes, anillos y contesto... —¿Hola quien es?— hablo ansiosa, mientras termino de abrochar mi sandalia. —Buenas tardes, la señorita Isabella Miller— me habla un hombre con voz gruesa. Pienso, debe ser el guarda espaldas del engreído. —Si, con ella, quien me necesita— respondo con firmeza. —Señorita estamos aqui para llevarla a la cita que tiene con mi jefe, el señor Frank costello. —Si señor ya salgo, deme un minuto— le digo mientras salgo rápidamente. —Aqui la espero— me dice y cuelga el teléfono. A los dos minutos salgo, ahí está el guardaespaldas con la puerta del carro abierta, esperando que me suba. subo al coche, el cierra la puerta y emprendemos el viaje hacia la mansión del engreído Frank costello....
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