Nunca te olvidé

La mañana era como cualquier otra, las personas entraban y salían de la cafetería, estaba un poco agotada porque la noche anterior no dormí por estar leyendo w*****d, así es soy una adicta a la lectura, pero creo que ya se me está empezando anotar por las pequeñas ojeras que se posaban debajo de mis ojos. Después de despachar el último capuchino, me siento un rato suelto un gran suspiró, saco mi móvil y empiezo a leer la novela que no termine la noche anterior, escuchó la campanilla de la puerta y exhaló pero no le prestó atención y sigo leyendo escuchó a alguien carraspear detrás de mí. Sigo leyendo de nuevo vuelven a carraspear volteo los ojos y giró hacia el cliente—¿Qué....?—Me quedé en blanco, caos total, tierra tragame y escupeme a cinco millones de kilómetros de aquí o no mejor escupeme en otra galaxia. —Chica un café con leche. Me quedó hay plantada como una estatua sin poder hablar o moverme, no, no ,no maldición santo de las casualidades me estás jugando una mala broma, tengo en frente a mi amor platónico Nehemías. Él era mi amor de la infancia, pero...¿Qué hace aquí?, Se supone que el estába fuera del país. —Diana, necesitó...—Fatima me saca de mis pensamientos, sacudo la cabeza. Hay una posibilidad de que esto sea un sueño, descartó mi idea cuando escucho entrar a otra persona un hombre rubio de ojos verdes. —Por favor señor coloquése el tapaboca. ¡Upps! Si me descubrieron hay pequeño detalle, se estarán preguntando cómo carajos reconocí a Nehemías después de cinco años, bueno les voy a ser sincera soy una acosadora en silenció, estos últimos tres años no hay un día en el que no me meta en su f*******: a revisar sus publicaciones... Okey, okey sé que suena loco, no loco es poco eso es de demente, pero... Es que realmente Nehemías está bueno, no bueno no buenísimo, fue fácil reconocerlo por el tatuaje de una rosa que lleva en su cuello, recuerdo que el día en que subió la foto de su nuevo tatuaje estuve a punto de darle me gusta, pero no me atreví estúpida cobarde.... Él rubio obedece y se pone el tapaboca. —Diana despierta—Fatima agita su mano enfrenté de mí rostro. Nehemías me observa detalladamente tal vez mi nombre le suene o tal vez ni se acuerda de mí. —Que mal servicio. Me quedó mirándolo con cara de pocos amigos si se me había olvidado lo odioso que puede llegar a ser. —No me mires así, tengo diez minutos pidiendo un café y tú solo me miras. Se inclina me mira fijamente con esos ojos marrones, me giró y empiezo a preparar el café. Fatima se coloca a mi lado—¿Qué te sucede estás temblando—Susurra muy bajó. — Después te explicó—Vuelvo a girar mi cuerpo hasta Nehemías. Colocó el café en la barra, él me da su tarjeta y veo más detalladamente el tatuaje de su mano es lo que parece la sonrisa de una Carabela. Le cobro y vuelvo a regresarle la tarjeta antes de tomar el café hace un gesto que me confunde con el dedo índice se toca el medio de las cejas y después me señala a mi, ese mismo gestó lo realizaba cuando éramos niños era su forma de decir “Te tengo entre ceja y ceja”, toma el café y sale de la cafetería. Será que me reconoció no creo, primero he cambiado mucho han pasado cinco años en aquel tiempo solo teníamos 16 años yo era bajita delgada, cabello n***o ondulado largo, ahora el cabello lo llevo de un color castaño claro con unas cuantas mechas, mi cuerpo se ha anchado, no es que tenga el cuerpazo pero las ida al Gym me han sentado bien,para ser sincera si no fuera por mí obsesión de estar revisando su perfil de f*******: y ver sus fotos ni lo reconociera, aunque si lo detallo bien el cabello lo lleva rebajado igual que años atrás, y esa mirada de odioso y arrogante que me conquistó aún la tiene. Fátima despacha a los otros clientes, y se sienta a mi lado se baja el tapaboca y yo hago lo mismo. —Ahora si me vas a contar que fue lo que pasó con el chico tatuajes. Sonrió —“El chico tatuajes” que apodo. Ella se encoge de hombros —Fue lo primero que se me ocurrió. —Se llama Nehemías, estudió conmigo en la secundaria y... Fátima me mira con una risita en sus labios—¿Y te gusta?, si está bueno, pero tiene un aire de arrogante. Suspiró—Me gustaba, tiempo pasado, él era algo así como mi Crush, él bueno entre nosotros una vez pasó algo... —Te gustaba, no lo creo te gusta, tus ojos te delataron estabas helada de los nervios, no es por dañarte el momento pero y Gabriel Vuelvo a suspirar—Gabriel es... Bueno mi novio lo quiero— Si así es tengo novio Gabriel Stebanelli un chico rubio alto ,cabello dorado alborotado, y que decir de su cuerpo esculpido por los mismísimos dioses, tenemos casi dos años saliendo pero... Pero... Siempre hay un bendito pero... Fátima pone su mano sobre mi hombro —No te escuchas muy convencida, que te parece si llamo a Carlos y salimos los cuatro esta noche al club de su hermano Pienso por unos segundos—No, está noche yo... Ella me interrumpe—Dejame adivinar tienes que leer Warpad. La corrijo —w*****d, y si tal vez ya estoy que llegó al capítulo final. Fátima vuelve a insistir y hace puchero —Te prometo que te regresaremos temprano a casa anda si, anda siiiiii. Sonrió —Esta bien, llamaré a Gabriel para decirle.