Liam acababa de llegar a su oficina desde el Consorcio, vio una pila de trabajo que tenía pendiente sobre su escritorio y soltó un suspiro de resignación, todo indicaba que se iría muy tarde esa noche, igualmente, no era algo que le disgustara mucho ni era la primera vez que se quedaría más de lo habitual, ya lo había hecho cientos de veces. Pero esta vez los retrasos se debieron a que estaba bastante desconcentrado por los mensajes y las llamadas que se habían vuelto constantes por parte de Ruth y que no él quería contestar. Mientras estaba en el Consorcio, junto a Charlotte, lograba salir de sus pendientes, estar con ella le inspiraba, le hacía reír con sus ocurrencias y lo alejaba de sus malestares; sin embargo, en su oficina se le estaba haciendo algo difícil mantener la concentración.

