Mila. Su orden manda una corriente deliciosa a mi cuerpo, a la vez que me dan ganas de escupirle su bonito rostro. Aparto mi cabello sudoroso, intentando cómo el infierno calmarme. Son sólo recuerdos.. Parte de mi pasado aún habita en mi, como si hubiese decidido aparecer de golpe para atormentarme justo ahora. El dolor punza en mi pierna y me observo la gaza medianamente manchada de sangre. Como puedo camino al baño a buscar algo con que desinfectar la herida que arder luego de haber desparecido la anestesia, logro encontrar un botiquín con todo lo necesario en el armario de las toallas y sin perder tiempo comienzo a limpiar mi nuevo tatuaje con algodón y agua oxigenada. En el proceso trato de quitar todos los recuerdos de las innumerables veces que hice esta acción en mi cuerpo y de

