—Solo te daré unos días Lisie. Vendré por ti y la mocosa —Amenaza el sujeto subiéndose a la camioneta. La rubia asiente mientras ve marchar al hombre que decía llamarse esposo. Cuando la camioneta se aleja por el horizonte Lisie aprieta la mandíbula conjuntamente con los puños. —¡Maldito! Y ya te creíste que te daré todo el dinero que me saque aquí —Masculla por lo bajo. Gayla observo toda la escena desde la ventana, sin poder escuchar absolutamente nada entre esos dos al menos agradeció que ese hombre se fuera sin cometer una locura. Por un momento pensó en que entraría en la casa produciéndole un temor espantoso. Pero luego vio a la rubia detenerlo, no supo que le dijo pero agradeció que no le permitiera que entrara en la casa. Lo que más sorprendió a Gayla fue cuando ese hombre la a

