Azua me enseñó mucho al respecto al show y los vestuarios, al igual que caminar y que gestos hacer. Michelle le agradó a Azua, se llevaron de maravilla casi al instante. Resultó que aquel trágico suceso se convirtió en algo agradable. Michelle estuvo a mí lado, y hubo instantes donde los tres parábamos riendo en cuanto ponía cara de susto al caminar por la pasarela. Muchos también ensayaban sus pasos y su manera de caminar. En poco, varios estaban con nosotros, riendo y conversando. Todo terminó en bromas y risas. Tal como lo había pensado, Michelle se quedó en el camerino de cambio de vestuario con Azua mientras rodaba la presentación. Hice como doce cambios y todo resultó ser un éxito. En realidad, al principio me sentí un poco raro, después se me dio sin problema. Después hubo una

