Destino un viaje al infierno

Capitulo 5

Después de que vendaran mi tobillo, continúe mis clases normalmente, por suerte solo sufrí una torcedura así que será una semana sin clases de educación física.

En la salida Lucy me ayudo a caminar hasta el estacionamiento para ir a casa y de pronto Ian aparece

—Hola nena, supe que te caíste en la clase de Thomas—

Fruncí el ceño, este chico no me cae bien, su voz es arrogante y además se que él vio mi caída y no hizo nada

—Sí, me caí, pero estoy bien, Lucy vámonos a casa por favor—

Ella asiente y entramos al auto, Ian detiene la puerta antes de que se cierre

—Hey no seas así muñeca solo quería invitarte a salir—

—creo que no podrá ser, tengo torcido el tobillo—

 —Lo sé y es una lástima que te pierdas esa cena, será a la próxima—

Dice de la forma más antipática posible y una sonrisa burlona como la del gato de Alicia en el país de las maravillas surca su rostro.

Al fin nos vamos y Lucy toma la palabra

—Wow pero que idiota es Ian—

—Esta mañana te parecía perfecto para mí—

—Sí pero ya no—

—Al fin entendiste—

—Sí, es un patán pero, tenemos el plan b—

— ¿Plan b?—

—Sí, tú sabes queda el chico misterioso y el sexy profesor—

— ¡Lucy!—

—Si ya sé que tu favorito es Richard, pero el profesor es bastante sexy y... –

 —Y los alumnos no deben de fraternizar con los profesores—

—Mejor aun serian como Romeo y Julieta—

Meneé mi cabeza negando ella rió

—No me interesa el profesor, me interesa Rick—

— ¿Rick?—

—Richard me dijo que lo llamara así—

—Wow ya empezaron los diminutivos—

—Y a mí me dice Bombón—

— ¿Qué? ¿Enserio te dice así? Wow cinco minutos a solas y ya es todo tuyo, me tendrás que enseñar a hacer eso con Jack, aunque al paso que vas, este chico bailara entre tus piernas en una semana—

— ¡Lucy no digas barbaridades! —

Dije tremendamente sonrojada mientras que ella explota en una carcajada contagiosa.

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Al fin llegamos a casa, mi abuela está en la entrada y se acerca al ver mi pie vendado

—Mi niña, pero ¿qué fue lo que paso? —

—Me caí en clase de educación física es solo una torcedura abuela—

—Si señora Parker, su nieta tiene cuerpo de acero con tremenda caída solo se lastimo el pie—

—Santo cielo, vamos adentro cariño, necesitaras reposo—

Asiento y subo despacio los escalones del pórtico con ayuda de Lucy, entramos a casa y me siento en el mullido sofá de la casa

—Nena, ya debo irme, pero si necesitas que te traiga algo llámame— 

—Si Lucy, gracias—

—Hasta luego Señora Parker—

—Adiós cariño, gracias por haber traído a mi nieta y solo dime tía Mary, te conozco desde que eras una pequeña bebé—

Lucy asiente, se despide y se va, mi abuela se acerca y me acomoda el pie sobre una almohada

—Abuela—

—Dime cariño—

— ¿Crees en demonios? —

Mi abuela se tensa por mi pregunta, da un profundo respiro y dice

—Así como existe el bien, existe el mal cariño, entonces sí creemos en ángeles te puedo decir que existe su contraparte, o sea los demonios, pero ¿a qué se debe tu pregunta mi niña? —

—No, por nada abuela, quizás el golpe me afectó un poco— 

Me dio una sonrisa y fue a la cocina, yo me quede en la sala, necesito pensar, ¿me estaré volviendo loca?, tengo que averiguar qué es lo que sucede, sé que ese demonio fue real y el profesor Simmons en ese sueño y ahora con su comportamiento al ver mi marca, debe haber una conexión, pero ¿cuál será?

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Horas después mi abuela me ayuda a subir las escaleras, la verdad era innecesario llevarme, el dolor había cedido pero aun así quiso cerciorarse de que estaba bien; una vez en mi cuarto trato de buscar esa relación,  así que me levanto de la cama y me acerco al escritorio que está cerca de mi ventana y enciendo mi ordenador, entro al buscador y en la barra pongo Demonios, escojo la primera opción y aparece > Leo atentamente y veo imágenes espantosas como la tentación de san Antonio > no creo en los demonios buenos, aun así, sigo en mi búsqueda; > y de pronto como por cosa del destino entro a una página y aparece > sería bastante increíble que el profesor fuera un demonio, ¿será que estoy exagerando? Tengo que investigar.

De pronto suena mi móvil y brinco del susto, me tranquilizo y miro la pantalla, no conozco el número, pero aun así contesto

— ¿Diga? —

—Hola primor, habla Ian—

Ruedo los ojos, este chico es irritante, tengo que colgar

—Disculpa Ian estoy algo ocupada—

— ¿Vas a colgarme? —

—Si—

—Eres una chica mala, me gusta—

—Por favor Ian estoy ocupada no me molestes—

—Vas a ser mía Elena—

—Escúchame bien Ian...—

Corta la llamada, maldita sea la hora en que a Lucy se le ocurrió darle mi número, la obligaré a que le quite su móvil y borrarlo.

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Horas después de mi investigación y de una rica cena me doy una ducha para ir a dormir, mientras el agua cae trato de relajarme, pero mi mente se concentra en Balthasar el demonio; las luces empiezan a fallar, quizás una tormenta eléctrica se aproxima a causar estragos; termino de ducharme y salgo del cuarto de baño de mi habitación, me visto y cepillo mi cabello un poco distraída, de pronto en el espejo veo unos grandes ojos reflejado y la voz hueca

—Elena—

Grito, grito con todas mis fuerzas, pero la voz no sale, la voz se carcajea y los ojos no dejan de mirarme, no puedo moverme así que aprieto los ojos y me pongo a orar, > cuando abro los ojos el demonio no está y mi voz vuelve, me limpio las lágrimas y tomo la foto de mis padres del tocador y me acuesto abrazándola

—Oh mamá, papá, ¿por qué me dejaron? Los necesito tanto—

Las lágrimas ruedan imparables hasta quedar dormida.