Abigail ¿Qué demonios decía ese tatuaje? Esa pregunta pasó por mi mente al menos cincuenta veces durante toda la mañana. Mientras revisaba mi correo electrónico, devolvía llamadas y actualizaba mi calendario. Las palabras estaban de lado, demasiado lejos, y había gastado demasiado espacio mental tratando de descifrar qué eran. ¿Una línea de escritura? ¿Su cita favorita? Diablos, ¿cuál era su cita favorita? Probablemente algo de Einstein, o de un jugador de fútbol. Cada vez que cerraba los ojos, evocaba la imagen de Peter. Desnudo y mojado, el cuerpo decorado con tinta. No importaba cuánto intentara descifrar qué eran esas palabras, mi mente volvía a la visión de él en toda su gloria natural. Esa imagen en particular, de él levantando la vista con solo un muslo cubierto con mi toalla, se

