Capítulo 1
La decepción te enseña a que la gente, no siempre es lo que dice ser y uno aprende que aunque a veces duela, no cualquiera merece un lugar en nuestras vidas. (tomado de Internet)
Narra Mariel.
No puedo creer que hoy es el día, hoy uno mi vida al hombre que amo. Él es el hombre de los sueños de cualquier mujer, pero es mío y será mío para siempre, es un hombre muy apuesto con un 1.90 de estatura, un excelente cuerpo, que parece que ha sido tallado por los mismos dioses. Soy tan feliz ya todo esta listo y en una hora y media, estaré siendo la señora Volkova.
Mi mejor amiga, que también es mi dama de honor y mi madre me han ayudado a arreglarme — oh mi pequeña, te ves hermosa — dijo mi madre, queriendo soltar unas cuantas lagrimas — oh no señora Irina, si usted llora echara a perder todo mi trabajo — dice mi amiga y es cierto, Anya es muy buena maquillando y peinando — tienes razón, pero espera que la vea su padre y veras — contesta mi madre y mi amiga sonríe.
— me lo imagino, después de todo, Mariel saco la belleza de su madre — contesta mi amiga y mi madre y yo sonreímos porque es verdad, saque la belleza de mi madre y la inteligencia de ambos — bien te dejo por un momento Mar, vuelvo en un rato por ti — asiento con la cabeza y mi amiga sale del cuarto — en un rato traigo a tu padre, iré a ver como van esos dos, lo mas seguro es que ya le haya puesto la corbata mal a tu hermano — dice riendo mi madre y antes de salir me da un beso — te quiero mucho mi pequeña — me dice y sale del cuarto. Me quedo sola en mi habitación, estoy nerviosa, muy nerviosa, pero feliz. Amo a Nicolai con toda mi alma, es mi primer amor, nos conocimos en el segundo año de la preparatoria y desde entonces hemos estado juntos, y cuando me propuso matrimonio, me sentí tan feliz que ahora dos años después, nuestro sueño de compartir nuestras vidas para siempre se hace realidad.
Mis nervios y mi ansiedad me hacen bajar a la cocina, necesito calmar esto que siento, necesito apagar mis nervios y un poco mi hambre si, no he comido nada desde anoche. Salgo de mi habitación y me dirijo a la cocina, pero antes de llegar a las escaleras paso por la habitación donde duerme Anya cuando se queda aquí, la puerta esta entre abierta y sin querer escucho algo que hace que mi sangre se congele
— dime Nicolai ¿Cómo le vamos hacer después de que te cases? ¿Qué pasara con lo nuestro? Sabes muy bien que los dos nos amamos, desde hace mucho tiempo.
Mi mente, trata de procesar todo lo que ha escuchado, pero lo que rompe mi corazón es lo que sale de la boca de mi futuro esposo.
— lo sé Anya, lo sé pero entiéndeme, esto lo hago por los dos y por mis padres, sabes bien que nuestra pequeña empresa no está del todo bien y al casarme con Mariel eso mejorará, ve esto como una inversión mi amor — contesta él — lo sé, pero eso no quita a que me den celos, porque pasaras tus días y tus noches con ella y yo, y yo ¿Dónde quedaré? — dice ahora ella y él se acerca a ella y la toma de la cintura — no te preocupes por eso, encontraremos la forma para estar juntos, te amo y lo sabes.
Veo como se unen en un beso y es ahí donde entro. Azoto la puerta, para llamar su atención y los dos me miran estupefactos, y yo trato de esconder mi dolor y no demostrarles cuanto me duele su traición.
— Bravo, felicidades. Los felicito por haberme visto la cara de estúpida por mucho tiempo — les digo acercándome a ellos — Mariel, mi amor esto no es lo que parece — dice el estúpido este y río ante eso — me dirás que todo lo que escuche y lo que vi es mentira, me crees estúpida o que — le digo dándole una cachetada.
— Mariel por favor — habla ahora mi querida amiga (nótese mi sarcasmo) — Mariel nada, creyeron que se saldrían con la suya no, tu Anya te abrí las puestas de mi casa, eras mi mejor amiga y te consideraba mi hermana y te atreviste hacerme esto y tú — digo señalando al remedo de hombre ese — tú, ni siquiera se que decirte, lo único que se es que me he librado de dos arpías porque ustedes son tal para cual, ahora largo, largo de mi casa no los quiero ver ni en pintura, los odio a los dos.
— no Mariel, mi amor, mi cielo, esto tiene una explicación — YA BASTA — grito — LARGO DE MI CASA, LARGO DE MI VIDA LOS DOS, FUERA DE AQUÍ — ¿Qué pasa? — pregunta mi padre, al llegar a mi lado — no es nada suegro, solo es un mal entendido, los nervios de Mariel la han visto ver cosas donde no las hay.
Escucho eso y lo único que hago es correr escaleras abajo, llego al jardín y la música empieza a sonar, los invitados me miran extraño, y llego al altar, tomo el micrófono y aclaró mi garganta.
— Buenos días, queridos invitados — digo, y veo llegar a el par ese, junto a mis padres — quiero informarles que no habrá boda, pueden creer que hoy era el día más feliz de mi vida, pero casualmente encontré a mi prometido con mi mejor amiga, en una situación amorosa — ¿de que hablas? — preguntan ahora los padres de Nicolai — su querido hijito me ha visto la cara durante estos años, al igual que esa mujer que se decía ser mi amiga.
Escucho un golpe y mi padre está encima de Nicolai y mi madre ha cacheteado a Anya.
— mil disculpas por este espectáculo — digo a los invitados — ahora si ustedes dos largo de mi vista, largo de mi casa y de mi vida también — digo y tiro el micrófono y salgo corriendo hacia la casa, subo a mi habitación, y solo ahí es donde me derrumbo.
Tal vez piensen que tome todo con calma pero no, ya a solas en mi habitación comienzo a aventar mis cosas, rompo mi vestido y me quito el peinado. Me veo al espejo y me río de mi misma — hay Mariel, que estúpida fuiste — me digo a mi misma.
Caigo al suelo, las cosas que estoy sintiendo no se las deseo a nadie, mas sin en cambio estas cosas pasan y no queda mas que ser fuerte, pero no puedo, las lágrimas no paran, mis padres tocan la puerta desesperados por querer entrar, pero lo único que quiero es estar sola, desahogarme.
No se cuanto tiempo ha pasado y me levanto casi sin fuerzas, me meto a la ducha con todo y vestido y abro la llave del agua fría. Mis lágrimas no cesan y se mesclan con el agua. Me quedo ahí como por una media ahora, hasta que mi madre entra a sacarme.
— ya mi pequeña, esto te puede hacer daño, mi amor y ese maldito no vale la pena mi cielo, mamá está qui para ti — me dice tratando de secarme con una toalla — NANA – grita mi madre, y mi nana entra, entre las dos me quitan el vestido y me ponen mi pijama. Me siento muerta en vida, mi mundo se destruyó en unos minutos.
Las dos me ayudan a acostarme, mi nana intenta darme un té, al cual apenas y solo le doy unos cuantos tragos, mi madre acaricia mi cabello y escucho entrar a mi padre — ¿Cómo está mi pequeña? — pregunta él y mi madre solo niega con la cabeza — nana puedes irte a descansar, nosotros nos quedaremos con ella — escucho decir a mi madre, pero nana niega con la cabeza.
Yo me siento como una muñeca en estos momentos y entre las caricias de mi madre, me quedo dormida.
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Ya han pasado unos cuantos días, no les mentiré no estoy mejor, jamás en mi vida creí sentir este dolor que siento, mi corazón duele y mucho, esta destrozado, fue destrozado por las personas en las que más confiaba, las que creí que eran sinceras conmigo, y no se cuanto tiempo me lleve superar esto.
Casi no tengo apetito, mi familia está preocupada por mi y los entiendo, pero no puedo dejar de sentirme como me siento, no salgo y me la paso en mi habitación todo el día, hay noches en las que no duermo o hay noches en las que me despierto llorando, no sé cómo le haré, pero tengo que salir de este hoyo en el que me encuentro.
Ya es de noche y mi nana me ha llamado a cenar, pero no tengo ánimos para hacerlo, así que le digo que no iré y que me disculpe con mis padres, pero escucho a mi padre detrás de la puerta, discutiendo con mi madre.
— esto no puede seguir así, ella tiene que salir de ahí, no dejaré que la tristeza y el dolor la consuman — lo sé mi cielo — contesta mi madre — entiende que no ha sido fácil para nuestra hija.
Mi padre parece pensarlo un poco ya que se quedan callados — entraré hablar con ella — entraremos — dice mi madre y tocan mi puerta — pasen — digo después de escucharlos.
Mi padre suspira antes de hablar — Mariel, mi pequeña princesa, sabes bien que tú y tu hermano son mi todo, los amo con toda el alma, pero esto que paso te esta consumiendo mi vida, así que he tomado una decisión y creo que es lo mejor para ti — dice y mi madre lo mira extraño —¿de que hablas Sergei? — pregunta mi madre.
— Creo que lo mejor es mandar a Mariel fuera de Rusia — ¿QUÉ?!!! — dice mi madre alzando la voz — quieres que nuestra hija huya — dice ahora en tono molesto — claro que no mi amor, pero es lo mejor, estar aquí solo la lastima y no estoy dispuesto a ver como mi hija se hunde en el abismo, así que será mejor que ella tome el mando de la empresa que está en New York — acepto — digo sin pensarlo y los dos me miran sorprendidos — papá tiene razón mamá, es lo mejor para mi, prefiero tener mi mente ocupada en otras cosas y también prefiero estar lejos de casa.
— ¿Estás segura? — pregunta mi madre y yo asiento con la cabeza — si mamá, estoy segura, es mejor estar lejos de aquí — digo y mi madre me abraza — esta decidido, te iras pasado mañana, ordenare que arreglen la mansión para ti — que nana se vaya con ella — menciona mi madre — estaré más tranquila si alguien se va con ella — mi padre parece pensarlo y acepta — estoy de acuerdo, nana se irá contigo.
No sé lo que el destino tenga para mí, saldré de mi país, y tal vez piensen que soy cobarde, pero es lo mejor, para mí estado mental y emocional, ya no quiero estar encerrada, quiero vivir un poco mi vida de nuevo, eso si, ya no seré la chica de entes, esa Mariel ya quedó enterrada y sepultada mil metros bajo tierra, hoy nace una nueva mujer, que ya no le importara las demás personas y sólo buscaré lo que a mí me haga sentir bien, ya no confiaré en nadie mas que en mi, New York haya te voy.