Capítulo 7

2214 Palabras
Narra Alexander La vi terminar de cenar, y salir del restaurante, y yo también me levante, y la seguí, quería ver a dónde iría, pero me sorprendió al verla entrar al bar del hotel. Ella se sentó en la barra, yo lo hice en una mesa, solo la observó de lejos, no quiero que piense que soy un acosador. Ya ha pasado un rato, la vi discutir con un hombre y cuando yo estaba a punto de levantarme, e ir ayudarla el barman intervino y el tipo ese la dejó en paz. Suspiro de alivio al verla ya más tranquila, y me vuelvo acomodar en mi asiento, el timbre de mi celular hace a que me levante de ahí, es una llamada importante. Después de unos veinte minutos regresó a mi mesa, la veo pagar su cuenta y se marcha, me sorprende verla tambalearse, así que pago mi cuenta para ir tras de ella. Antes de llegar a ella, puedo ver al mismo tipo que la estaba molestando, y mi instinto es tomarla de la cintura, para que aquel hombre vea que no está sola. — Mariel ¿te sientes bien? — pregunto y ella niega con la cabeza. Gira quedando frente a mi — necesito tu ayuda Alexander — dice ella poniendo sus brazos al rededor de mi cuello, acto que hace que mi piel se erize, ya que empieza a jugar con el final de mi cabello. Veo como me observa y lo único que veo es como se para de puntitas y me hala, para estar a su altura, uniendo mis labios con los de ella. Me quedo sorprendido por su acto, pero no tardó en profundizar el beso, subiendo una de mis manos a su nuca, para pegarla más a mi, Cuando por fin nos separamos noto como su respiración está igual que la mía. Mariel no se ve bien, de eso me doy cuenta, así que la cargo y subimos a mi habitación, no la dejaré sola. Al llegar a mi piso, Jair me ayuda con la puerta y antes que salga le doy una orden — ve al bar de nuevo e investiga al tipo que molestaba a Mariel, también revisa las cámaras de seguridad. — Si señor, enseguida — contesta él, saliendo de la habitación. Regresó donde Mariel se encuentra. Ella está sentada en medio de la cama y al verme trata de levantarse. — No Mariel, no te levantes — digo poniéndome enfrente de ella. — tengo calor Alexander, mucho calor. Termina de decir ella, quitandoce su chaqueta — ¿que haces Mariel? — preguntó, pero ella no me hace caso e intenta quitársela de nuevo. —Por dios, que demonios paso para que actúe de esta manera — digo ya frustrado al ver como Mariel se ha quitado su chaqueta y ahora va por la blusa. — No, que estas haciendo — digo tomando sus manos. — quitandome esto que me estorba, tengo calor y solo quiero quitármelo ¿Me podrías ayudar? — dice ahora ella, dejándome mudo. — Yo... — ¿Me tiene miedo? — niego con la cabeza. — Estas jugando con fuego pequeña, te podrías quemar. — es lo que quiero, deseo consumir el fuego que siento por dentro. Dice ella y no se en que momento paso, pero ya estoy tumbado en la cama con ella encima de mi. Puedo ver en sus ojos el deseo y sin mas me lanzó a sus labios. Muerdo su labio inferior y chupo su labio superior, escuchando un gemido de su parte, rápidamente giro en la cama quedando encima de ella. Deleitó mi vista con su cuerpo semi desnudo, Dios ella es tan perfecta. Ella comienza a desabotonar mi camisa torpemente, alcanza mi boca y la devora a su antojo, yo solo me dejo llevar por ella. Acaricio su piel blanca haciéndola estremecer con cada toque de mi parte, quito poco a poco la ropa que aun nos estorba hasta quedar completamente desnudos los dos. Beso sus deliciosos labios, y hago un camino de besos hasta llegar a sus senos, me entretengo un rato con ellos, y solo puedo escucharla gemir y suspirar cada que paso mi lengua en ellos. Llego a su intimidad y me doy cuenta que esta totalmente húmeda para mi, me abro paso entre sus piernas y me a comodo para penetrarla, mi m***bro esta listo para entrar y lo hago de una sola estocada Ella se queja por mi invasión y es ahí donde me doy cuenta que ella es virgen, es su primera vez. Veo una lagrima rodar por su mejilla y la seco con mis labios — ¿me detengo? — preguntó y ella niega con la cabeza, me muevo a un ritmo lento, que después poco a poco  no puedo controlar, imbistiendola cada vez más rápido, nuestros cuerpos vibran al mismo tiempo llegando a si al límite los dos. ••• Unos toques fuerte en la puerta hacen que me despierte, veo al otro lado de la cama y ya se encuentra vacía. Mi mente empieza a recordar todo lo sucedido anoche. Era su primera vez y me siento bien al haber sido yo con quien estuvo. Me levanto de la cama y puedo ver la mancha, la prueba de lo que paso. La puerta es tocada de nuevo y me cubro el cuerpo con una bata de baño y salgo a abrir. — Jair, que son esos toquidos. — Lo siento señor, pero necesitaba decirle que la señorita Mariel se ha marchado, no se como pasó pero los medios de comunicación se han enterado de lo de anoche, además de que hay fotos en Internet y un video tambien — él se calla por un momento y después continúa. — Tengo al tipo de anoche, descubrí que puso un tipo de droga en la bebida de la señorita Mariel. — Lo sabía ¿hace cuanto se fue la señorita Mariel? — pregunto. — Hace hora y media señor, eso fue lo que me informaron. Suspiro, después hablaré con ella, ahora lo que tengo que hacer es hablar con él desgraciado ese. Me doy una ducha rápida y veinte minutos después Jair y yo salimos a dónde tiene al maldito ese que le quizo hacer daño a Mariel. — Jair, por lo pronto encargate de desaparecer cualquier fotografía y videos de la red, yo me encargo de este hombre. — Pero señor eso puede ser peligroso. — Sabes bien que puedo defenderme, ahora has lo que te digo. Jair asiente de mala gana y me deja en el lugar, entro y veo al hombre sentado y amarrado en una silla. — Tú — dice él y yo sonrío. — Veo que me has reconocido, dime ¿siempre haces este tipo de cosas cada vez que una mujer te rechaza? — No sé de qué me esta hablando señor, así que dejeme ir, esto es secuestro. Río ante lo que dice — y lo que tú haces ¿Cómo se llama? — Ya le dije a su hombre que yo no hice nada, no se de lo que me habla y será mejor que me suelte porque. — Porque ¿Qué? Me denunciaras y dime ¿Qué dirás? ¿Qué le dirás a las autoridades? Qué te secuestre, que eres inocente, cuando tengo en video poniendo una sustancia en la bebida de la señorita anoche. — Yo... Esa maldita perra — masculla, yo no lo soporto y le doy un golpe en la cara. — Se terminaron tus días de abuso  maldito desgraciado, eres una vergüenza de persona — digo y el se pone pálido, al escuchar las sirenas de las patrullas. Salgo de ahí y Jair ya me espera — ya te encargaste de lo que te pedí. — Si señor, solo que las fotos y ese video están por todo el Internet y en algunas revistas. Paso mi mano por mi cabello, Dios esto es peor de lo que pensé, no quiero ni imaginarme como estará ella. — Alista todo nos vamos hoy mismo. — Si señor, como usted ordene. ••• Son las ocho de la noche, por fin pude llegar a casa, mañana a primera hora iré a ver a Mariel, necesitamos hablar de lo sucedido, porque de algo estoy seguro ya no la dejaré escapar, fue mía y será mía por el resto de mi vida y no se lo que tenga que hacer para conquistar ese corazón de hierro que ella posee, pero se que lo lograré. Narra Mariel Ya es lunes, y no se como le haré con todo ese escándalo que se ha formado, desde aque día no había mangado algo como esto. Salgo de casa sin desayunar, se que Dimitri quiere regañarme, pero al ver en el estado en el que me encuentro, no dice nada y me lleva a la firma. Tal como lo pensé, la entrada está llena de reporteros, acaso no entienden cuando uno les dice que no quiere hablar de su vida privada, no soy una figura pública, como para que me hagan esto. Dimitri evade sin dificultad a los periodistas y entramos al estacionamiento del edificio. — Gracias Dimitri, puedes venir por mi a las diez. — Si, como tu ordenes — dice él y sale del lugar, suspiro y subo al ascensor. — Buenos días señorita Mariel — soy recibida por una ronriente Gigi. — Buenos días Gigi — digo pasando junto a ella y entrando a mi oficina, con ella siguiendome el paso. — Necesito que canceles todas las citas de esta mañana, no estaré en la oficina, por un largo rato, también necesito que hagas todo lo posible por mantener alejado al señor Smith y a los reporteros. — ella asiente ante lo que he dicho. —Sí señorita, ahora mismo me encargo de eso ¿algo más en lo que la pueda ayudar? — pregunta y yo niego con la cabeza — es todo Gigi gracias — digo y ella sale de mi oficina. Suspiro de frustración, en este momento no quiero ver al señor Smith, me lleno de vergüenza, por lo que he visto y por lo que paso, no soy así, nunca en mi vida me había pasado algo así, y lo más frustrante de todo es no poder recordar lo ocurrido después de ese beso, es obvio que tuve relaciones sexuales con él, pero no recordarlo me frustra hasta mas no poder. Ya llevo una hora metida en mi oficina. Cómo lo ordene, los reporteros se han dispersado, lo dije antes Gigi es muy eficiente en su trabajo, empiezo a escuchar un alboroto en la entrada de mi oficina y al reconocer la voz mis nervios aumentan. — Señor Smith, ya le dije que la señorita Mariel no se encuentra, se ha tomado el día de hoy así que no vendrá a la oficina. Escucho a Gigi decir y suspiro de alivio tratando de hacer el menor ruido posible. — No me mienta se que se esta escondiendo de mi, la he estado llamando toda la mañana y no atiende mis llamadas. — lo lamento señor, pero yo solo recibí una orden y la estoy cumpliendo, ella no vino a la firma, solo aviso lo que se haría. Puedo escucharlo suspirar con total frustración. — Bien, cuando te comuniques con ella dile que me urge hablar con ella, que no se esconda de mi. — Si señor, yo le doy su mensaje — dice ahora mi asistente y escucho como su voz se aleja. — Es mejor no vernos ahorita Alexander — pienso para mi. No me siento lista para enfrentar la vergüenza que siento en este momento. ••• Ya son las diez con quince minutos, hoy es mi cita con la terapeuta que mi madre me recomendó, decidí venir ya que mi vida se ha vuelto un caos en estos momento y la verdad no se como manejarlo. Después de aquello en mi boda fracasada había decidido alejarme de las personas, es por ello que evite a toda costa relacionarme más allá del trabajo, y por eso había puesto mis tres reglas que jamás en dos años había roto. Pero aquí estoy, tratando de entender cómo rompí una de ellas y con quien. Ni yo misma se como me siento en este momento, tengo ganas de gritar, de llorar por que no solo rompí una de mis reglas si no lo peor de todo es que ni siquiera recuerdo como fue que pasó. Se que dirán que estoy haciendo un gran alboroto, que ya lo que pasó, pasó y ya, pero no puedo, no puedo dejarlo pasar así como así. Me acosté con un completo desconocido, el único consuelo que me queda es saber que ese hombre si quiera es libre y no tiene compromiso alguno. Pues con las fotos y el video rondando en Internet, me llenaría de coraje a mi misma por destruir un hogar o yo que se. Suspiro de nuevo y la recepcionista del lugar me hace pasar al consultorio. Bueno aquí voy, hablaré por primera vez con una completa desconocida y le diré todo lo que atormenta a mi alma espero, de verdad espero que esto sea de ayuda y me ayude a encontrarme de nuevo.
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