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Casada con el CEO

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multimillonario
matrimonio bajo contrato
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pelea
brillante
Oficina/lugar de trabajo
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Descripción

Desde que era pequeña Cristina Spencer siempre tuvo la ambición de una gran soñadora, deseaba ser una actriz famosa reconocida a nivel mundial, a pesar de todos sus esfuerzos a sus 25 años apenas había logrado trabajar como actriz en un teatro en Los Ángeles. Su vida cambia repentinamente cuando llega la propuesta de trabajo más inusual: Ser la esposa del CEO por un año.

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Capítulo 1: “La nueva novia”
Llevábamos al menos una hora con el carro estacionado a unos metros de la casa del ex novio de Susan, realmente parecíamos dos agentes del FBI esperando a un criminal. Cualquier persona pensaría que solamente somos dos locas esperando afuera planeando la venganza perfecta, o como Susan prefería llamarlo: Justicia. Resulta que su exnovio termino con ella, todo normal, ella no termino siendo la novia psicópata, todo eso cambio cuando toda la verdad salió a la luz, unos días antes de que ellos terminaran la camioneta de Oswaldo se había arruinado y estuvo en el taller por tres días, durante ese tiempo Susan de buena fe le prestó su auto para que él fuera a su trabajo, mientras que yo me encargaba de llevar a Susan conmigo al trabajo ya que trabajamos en el mismo lugar. Una vez terminaron Susan se dio cuenta que aparte de que Oswaldo le había sido infiel, él muy imbécil todavía había tenido el valor de meter a esa chica al auto de Susan y llevarla a muchas partes, y para empeorar las cosas, la sagrada camioneta de Oswaldo una vez salió del taller él dejo que su nueva novia la utilizara como si nada, mientras que a Susan jamás la dejo manejarla. - ¿Estas segura que esta es la casa de Oswaldo? – le pregunté después de dar un gran suspiro mientras miraba el reloj en el carro. - ¿Cómo no voy a estar segura? Yo mismo ayudé al imbécil a mudarse aquí – su voz se escuchó con tanto odio que mejor preferí no decirle nada más. Si seguíamos aquí una media hora más perdiendo el tiempo íbamos a llegar tarde al trabajo y ya había llegado tarde dos veces en lo que va del mes, una tercera vez llegando tarde seguramente iban a comenzar a descontarme dinero. - ¡Allí viene! – me dijo al mismo tiempo que agachaba la cabeza para que no la vieran, yo también me agache. Ni siquiera era mi exnovio el que estaba afuera y sentía la misma adrenalina que Susan seguramente estaba sintiendo ahora. Después de unos segundos levantó un poco su cabeza para ver, yo hice lo mismo, vimos como Oswaldo estacionada la camioneta frente a su casa, se tardó unos segundos antes de salir de la camioneta y cuando se bajó él también se bajó del lado del copiloto su nueva novia con la que le había sido infiel a Susan. Nos quedamos escondidas viendo como bajaban algunas cosas del baúl de la camioneta, una vez sacaron las cosas entraron a la casa. -Ahora – en ese momento abrió la guantera del carro y de allí saco un cuchillo. Tape mi boca para no reírme al verla sosteniendo el cuchillo, realmente parecía que estaba a punto de asesinar a alguien. Estiré mi brazo hacia atrás y le alcancé la gorra y un cubrebocas, ella se puso ambos para que no fuera reconocida, si acaso había alguna cámara de seguridad cerca grabando igual no podrían reconocer su rostro y aunque grabaran las placas del carro tampoco sabrían que fuimos nosotras porque este carro es de Alex un compañero del trabajo y él tiene a la venta este carro lo cual significa que se deshará de este carro y quedaremos limpias. -Solo una llanta Susan, después regresas corriendo y nos vamos de aquí lo más rápido posible – le dije en tono de amenaza, ella me miró con una sonrisa cómplice. - Sí, regresaré más rápido de lo que piensas – se puso la mascarilla y la gorra, en ese momento abrió la puerta del auto, ella estaba a punto de cerrarla cuando volví a hablar. - ¡Solo una llanta! – le dije y ella levantó un pulgar y asintió con la cabeza. Empecé golpear el timón el carro impaciente mientras veía como Susan se acercaba casualmente a la acera e iba directamente a la camioneta de Oswaldo, para nuestra suerte no había nadie afuera así que esto sería fácil. El plan era que ella le ponchara una llanta a la camioneta y saliera corriendo de regreso al carro e irnos lo más rápido posible. Ella miró a todos lados como para asegurarse de que no la viera nadie. -Apúrate Susan – dije en voz baja mientras los nervios empezaban a matarme. Vi como Susan empezaba a darle golpes con el cuchillo a la llanta pero al parecer no lograba penetrar la llanta, quizás le dio unos cinco golpes hasta que finalmente logró perforar la llanta, vi como literalmente con toda su fuerza empujaba todo el cuchillo en la llanta para que el aire se saliera más rápido, mi cara cambio a preocupada cuando vi que corrió a la otra llanta para hacerle lo mismo, quizás exagerando se tardó unos tres minutos ponchando todas las llantas de la camioneta, después salió corriendo lo más rápido posible hasta el carro. -Mierda, mierda, mierda ¡Arranca! – en cuanto se subió al carro ni siquiera había cerrado la puerta cuando yo ya estaba acelerando para salir de allí lo más antes posible – Creo que escuche a alguien en la sala a punto de salir de la casa. Miré por el retrovisor y alcancé a ver como Oswaldo salía de la casa, en ese momento cruce a la derecha para que ya no alcanzara a ver nuestro carro. -Salió de la casa – le dije asustada. -No me jodas, ¿Enserio? – me dijo riendo. -Te lo juro. -Acelera – dijo riendo eufóricamente. Literalmente las manos y los pies me temblaban del miedo, sabía que Oswaldo no había logrado ver el carro, pero aun así sentía mucho miedo, mientras que Susan iban felizmente riendo a mi lado. Una vez ya estuvimos lo suficientemente lejos empecé a reírme de lo que acabábamos de hacer. -Maldita, te dije que solo una llanta – le dije riendo y ella se empezó a reír más. - Pensé que iba a costarme más ponchar las llantas, pero al ver que no fue tan difícil decidí hacer lo mismo con las otras llantas. -Pude haberte dejado allí. - No lo habrías hecho – me dijo apretando una de mis mejillas. - No le mencionaremos nada de esto a Alex, solamente le diremos que tu carro y el mío estaban en el taller y le agradeceremos por habernos prestado su carro – le dije riendo mientras frenaba en el semáforo. - Exacto, y aunque no nos crea, ni siquiera será necesario decirle la verdad. Ambas estábamos felizmente riéndonos, cuando de repente escuchamos como alguien nos chocó por la parte de atrás, inmediatamente puse el freno de mano y miré por el retrovisor, un motociclista nos había chocado por atrás. Casi por inercia ambas nos quitamos el cinturón de seguridad para bajarnos del carro y ver que había sucedido, el motociclista empezó a hacerse para atrás alejándose del bumper del carro que evidentemente él había chocado. -Fíjate por donde vas – le dijo Susan enfadada. Miré el bumper del carro y realmente estaba bastante abollado. -Yo no hice eso – dijo el motociclista todavía sin bajarse de la moto y sin quitarse el casco. - Bájate de la moto y arreglemos esto – le dije acercándome un poco a él. - Viejas locas yo no les he arruinado el carro – sin más simplemente acelero con la moto y se fue de allí sin pagarnos, todavía cuando paso de largo de no haber sido porque Susan se hizo a un lado la moto la habría golpeado a ella. Ambas nos subimos de nuevo al carro rápidamente para seguir al de la moto, pero el semáforo seguía en rojo, pero él había cruzado a la derecha a pesar de que estaba en rojo. -Ya está en verde ¡Acelera! – me dijo Susan y yo acelere para seguir a la moto. Entre la cola de los carros iba a unos cinco carros más delante de nosotros, empecé a rebasar algunos carros para alcanzar la moto, pero como era más pequeña fácilmente podía irse en medio de la fila de carros e ir más rápido, en el siguiente cruce antes de que el semáforo cambiara a rojo la moto cruzo a la izquierda y yo tuve que frenar, cuando el semáforo cambio a verde cruce a la izquierda, pero ya no vimos a la moto por ningún lado.  -Mierda – dije golpeando el timón del carro - ¿Y ahora que le diremos a Alex de su carro? -Hay que llevar el carro al taller antes de que lleguemos al taller, dejamos el carro allí todo el día y regresamos por él en la tarde antes de que salga Alex y con suerte ya han arreglado el golpe del carro y se lo entregamos a Alex. -Hay que dejarlo en el taller donde están nuestros carros – le dije y ella asintió. De cierta forma si había sido verdad que nuestros carros estaban en el taller, pero no porque tuvieran algún problema, yo solamente lo había llevado para que lo polarizaran un poco por el sol y Susan en realidad había pagado un día por dejar el carro allí estacionado. - ¿Tienes dinero? – me preguntó Susan mientras revisaba su cartera. - ¿Ah? – le dije frunciendo el ceño. - No es que no te vaya a ayudar a pagar… Es que creo que olvide mi billetera en la casa, en el taller nos pedirán un adelanto por sacarle el golpe hoy al carro. -No tengo dinero aquí, tendría que pasar al banco – le dije. - ¿Puedes pagar por ahora y después te pago todo? Después de que salgamos de trabajar. -Está bien – le dije y me desvié para ir al banco. Unos pocos minutos después llegamos al banco y me estacione a unos pocos metros de la entrada. - ¿Quieres que te acompañe? – me preguntó una vez me estacione. - No, creo que será rápido, solamente iré a retirar el dinero y regreso – le dije y ella asintió. Abrí la puerta del conductor y salí del carro, quizás caminé unos diez metros hasta la entrada del banco, en la entrada el agente de seguridad me pidió que le mostrara mi cartera para asegurarse de que no llevara un arma de fuego. Hace unas dos semanas atrás habían anunciado en las noticias que otra sucursal de este mismo banco en Nevada había sufrido un asalto, aunque realmente los ladrones no lograron salirse con la suya porque la policía logro llegar antes de que ellos escaparan. Realmente fue una gran noticia que sonó mucho, se podría decir que H&C Bank es uno de los bancos más importantes en todo el país, de hecho, la publicidad de este banco siempre dice “Hacemos que tu dinero se mantenga seguro” y por poco les roban todo el dinero de esa sucursal, en fin, toda su seguridad quedo burlada por diez hombres armados. Al entrar me dieron un numero para que esperara mi turno y me atendieran. Hace menos de un mes había sacado una gran cantidad de dinero para el depósito de mi nuevo apartamento y ahora que quiero hacer otro gran retiro ya no lo puedo hacer desde cualquier cajero tenía que venir personalmente a retirar el dinero porque había sobrepasado el límite de retiro de dinero del cajero en este mes. Unos pocos minutos después finalmente se llegó mi turno y me acerque a la ventanilla en donde iban a atenderme. -Buenos días ¿En qué puedo ayudarla? – me dijo la mujer que estaba detrás de la ventanilla, no sabía si había sido solamente mi percepción, pero su voz se escuchaba un poco molesta y hasta con un poco de fastidio. - Buenos días, quiero retirar esta cantidad de mi cuenta bancaria – le dije a la cajera pasándole mi libreta del banco y en otro papel la cantidad que quería sacar. La mujer tomó ambos papeles y los empezó a mirar, ella estaba a punto de hablar y casi como si estuviera leyendo sus pensamientos le entregue mi documentación y ella asintió con la cabeza. Me quedé ahí parada mientras ella escribía algo en su computadora, en ese momento sentí mi celular vibrando y supuse que era Susan, y me había tardado un poco más de 15 minutos y yo le había dicho que esto sería rápido. -Lo siento no puede retirar esta cantidad de dinero por el momento – me dijo la mujer regresándome mis documentos. - ¿Qué? – dije incrédula - ¿Por qué? - Si necesita que le den más información al respecto puede acercarse a la ventanilla de atención al cliente o llamando directamente. La miré incrédula por la forma en la que me había hablado, realmente había sido bastante descortés. Sin ni siquiera esperar un segundo más anunció por el altavoz otro número de cliente para que se acercara a su ventanilla, la otra persona empezó a acercarse a la ventanilla. - ¿Me disculpa unos minutos, es que todavía no había terminado? – le dije a la otra mujer que seguía después de mí, ella amablemente asintió con la cabeza y se volvió a sentar. -Si usted me está atendiendo y me está diciendo que no puedo retirar esa cantidad de dinero, usted también debe ser responsable de decirme la razón por la cual no puedo retirar esa cantidad – le dije frunciendo el ceño, la mujer ni siquiera me miraba, solo miraba la pantalla de su computadora. -Señorita, con todo respeto, no puedo tomarme todo el tiempo del mundo solamente porque usted no puede retirar una pequeña cantidad de dinero, si tiene algún problema vaya a resolverlo en el área indicada, esta ventanilla solamente es para retirar dinero, puede ir a otra sucursal o hablar con el mismísimo gerente y todos le dirán que vaya a atención al cliente, así que hágase a un lado y permítame hacer mi trabajo… siguiente. Esto no se va a quedar así. Rápidamente me dirigí a atención al cliente para comentarles mi problema y de paso a dejar un mal comentario en el buzón de recomendaciones, me aseguré de poner el nombre completo de la mujer del cajero que me había atendido, espero que esto lo lea su superior para que la despidan.  

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