Katerina besa a su marido e hijo y le sonríe a Darren quien se mantiene al margen de la situación, se baja del auto y camina hasta la puerta principal, al tocar y abrir la puerta un hombre anciano le recibe, ella sonríe porque lo conoce perfectamente bien. Al parecer todo sigue igual en su antiguo hogar. —Hola, Gaspar. ¿Cómo estás? Los años no han pasado por ti todo este tiempo. —Disculpe, con quien tengo el gusto. —el anciano se arregla sus anteojos para verla mejor. —No me conoces, ha pasado mucho tiempo después de haber salido de esta casa. —Señorita, Katerina, ¿es usted? Qué alegría volver a verla, se ve increíble. —La misma de siempre. —de inmediato el anciano se le cristalizaron sus ojos y la abrazo, ella con amabilidad regreso el gesto. —Pase por favor, no sabe que gusto tener

