ASHLEY
Mientras Greyson y yo caminamos juntos hacia los ascensores, quiero bailar de alegría, gritar y golpear el cielo. Pero ya habrá tiempo para eso más tarde. Ahora mismo, necesito ser profesional. El hecho de haber visto el pene de este hombre atractivo no me da derecho a mirarlo con lascivia. Así que pongo mi mejor cara y pretendo que mi estómago no está hecho un nudo gigantesco.
—Creo que será una gran colaboración— logro decir.
—Yo también lo creo. Y prometo que lo haré de manera profesional— Greyson extiende su mano hacia mí.
Mientras miro su palma abierta, mi mente inmediatamente se dirige a como se sentirán sus dedos largos y gruesos contra mi piel.
Dios mío, ¿de verdad tengo tanta hambre de sexo que un apretón de mano hará que se habrán las compuertas? Para ir a lo seguro, opto por colocar una tarjeta presentación en su palma.
—Absolutamente profesional— digo con una exhalación temblorosa, esperando poder estar a la altura.
Greyson guarda mi tarjeta de presentación en el bolsillo y su boca se curva en su característica media sonrisa que envía chispas de calor bailando por mi columna vertebral.
—Todo irá bien— dice, deteniéndose justo después del área de recepción. —Incluso en situaciones inusuales, trato de hacer lo mejor que puedo para cerrar un trato fantástico—
Miro hacia abajo en un esfuerzo para ocultar el rubor que siento extenderse por mis mejillas.
¿Está cerrando un trato? ¿Esta insinuando algo o estoy interpretando demasiado las cosas? ¿Se trata de otro ejemplo de su terrible coqueteo?
—Estoy muy emocionada de hacer negocios contigo— Estoy haciendo todo lo posible por ser profesional, pero cundo repito en mi cabeza las palabra que acabo de decir en voz alta, también suenan extrañamente coquetas. ¿había algo en el agua embotellada?
—El negocio es realmente apasionante— Hay un indicio de algo más en sus ojos azules, una chispa incluso. —Gracias de nuevo por venir. Y no dudes en llamarnos, o incluso enviarnos un mensaje de texto, si tienes alguna pregunta sobre los tramites del contrato—
—Estoy segura de que me pondré en contacto contigo pronto— le doy lo mejor de mí, mi sonrisa de “todo esta genial y no me atraes en absoluto”
—¿Tienes una tarjeta de presentación que pueda llevarme? —
Saca una del bolsillo de su chaqueta y la coloca en mi mano. Sus dedos rozan mi piel, dejando un rastro de calor a su paso.
—Gracias, Greyson— murmuro.
Agarrando la tarjeta en una mano, le hago el último gesto con la mano al personal que está detrás del antes de pasar rápidamente por su lado y dirigirme directamente hacia la zona del ascensor. Una parte de mi está preocupada de que mi rápida salida se vea de mala educación, pero el resto de mi sabe que cuanto más tiempo permanezca en esta oficina, mayores serán mis posibilidades de hacer el ridículo.
Mientras las puertas del ascensor se cierran, me permito echar un último vistazo. Efectivamente, ahí está Greyson, aflojándose la corbata y lanzando esa sonrisa diabólica.
¡Cabrón! No es justo que me haya mostrado sus partes privadas sin querer, y sea yo la que este enfadada.
Una vez que el ascensor empieza a moverse, finalmente libero toda esa compostura que he estado fingiendo y tomo la primera respiración profunda que he logrado en toda la mañana. Pensé que los últimos dieciocho meses de construir este negocio fueron difíciles, pero tengo la sensación de que las cosas están a punto de volverse mucho más difíciles. Sin juego de palabras.
Quiero que mi negocio tenga éxito, y eso significa que tengo que ser profesional, y eso significa que tengo que mantener la vista puesta en el objetivo y no en el peso de Greyson. Si él dice que puede mantenerlo profesional, yo puedo hacer lo mismo. Y sé que cuando reciba mi primer gran cheque de pago de esta empresa, toda la moderación valdrá la pena. Tengo que hacer lo que tengo que hacer y, por desgracia, lo que tengo que hacer no es con Greyson, por mucho que cada parte de mi le gustaría que así fuera.
Una notificación llega a mi teléfono. Hora feliz con Sandra y Diana a las cinco.
Gracias a Dios. Seguro que me vendría bien algo fuerte para frenar estos nervios y ayudarme a olvidarme de Greyson y todas sus hermosas partes.
….
A pocos minutos de las cinco, me dirijo a nuestro bar favorito Rossi´s. Una vez dentro, miro nuestra mesa favorita en la esquina junto a la ventana. Efectivamente, Sandra y Danna ya están allí, riéndose, cada una de ellas ya en su primer Martini de la noche. Sin duda están charlando sobre los detalles de sus bodas de este verano.
Es extraño ser la única de las tres que no está comprometida. No me malinterpreten, estoy mas que feliz por las dos. Solo desearía al menos tener a alguien que me acompañara.
Al acercarme a la mesa, veo que ya me espera un Martini de pomelo y sonrió. Estas chicas me conocen.
—¡Mira lo que han traído las corporaciones estadounidenses! — bromea Diana mientras me siento frente a mi amiga pelirroja. —¿Te tuvieron hasta tarde ofreciéndote millones y millones de dólares? —
Pongo los ojos en blanco. —Ni de lejos. Pero las cosas salieron bastante bien, en general—
—Por supuesto que si— Sandra sonríe, de alguna manera logrando parecer más joven de sus treinta y un años. Algún día, juro que voy a lograr que revele todos sus secretos de cuidado de la piel. —Porque eres una estrella de rock—
Ella levanta su Martini y Danna y yo la imitamos, chocando nuestras copas.
—Por Ashley, que está viviendo su sueño— dice Danna antes de tomar un buen sorbo de su Martini. —Cuéntanoslo todo. ¿Crees que el trato va a funcionar? —
—Todavía tengo que revisar un montón de papeles— digo, dando un golpecito a mi bolso lleno de documentos legales que voy a pasar la próxima semana estudiando. —Pero las cosas pintan bastante bien. Parecen muy entusiasmados con las cajas, pero no creo que vaya a ser especialmente fácil trabajar con Greyson. Es uno de los propietarios.
—¿Por qué? ¿Qué pasa? — pregunta Danna. Ella es gerente de cuentas en una agencia de publicidad, así que sé que ella se asegurara rápidamente de que yo sea tratada justamente como cliente.
Tomo un sorbo de mi bebida acida y exhalo lentamente. —Lo que pasa es que es más que hermoso, y él lo sabe perfectamente. Y sabe que yo lo sé. La piedra se topa con un punto muy duro—
—Oh, no. Que te ofrezcan un contrato con una gran corporación y tener que mirar a un hombre sexy todo el tiempo sabiendo que te van a pagar por esta tortura. Suena horrible— bromea Sandra, sacando su teléfono y marcando el sitio web de la empresa. —¿Cómo se llama? — Ya está revisando las fotos y biografías del equipo directivo.
—Greyson Boyle—
Danna se inclina sobre el hombro de Sandra mientras se desplaza por la pantalla y luego se detiene en la foto de Greyson. Sus ojos se abren de par en par y, por un segundo, me preocupa tener que levantar la mandíbula de Danna del suelo.
—Mierda— susurra Sandra, haciendo acercamiento a la mandíbula angulosa de Greyson. —¿Estás segura de que es el copropietario y no un modelo que contrataron para intentar ganarte como cliente? — Gira el teléfono para mirarme, como para confirmar que, en efecto, se trata del tipo.
La foto no le hace justicia, pero reconocería esa sonrisa arrogante a kilómetros de distancia. Si supieran que puedo superar esa imagen con el “autorretrato” de Greyson que tengo en mi teléfono.
—Ese es el—
—Supongo que eso significa que después de cerrar el trato…bueno, que vas a ir tras eso, ¿no? — Diana apoya los codos sobre la mesa y se inclina hacia mí. Es la más aventurera sexualmente de mis amigas.
Normalmente, me encanta eso de ella, pero ahora mismo…necesito que deje de hablar. Lo antes posible.
—Si, claro. Eso sería muy inapropiado—
Danna hace una mueca como si acabara de chupar limo. —Lo que no está bien es el tiempo que ha pasado desde que te acostaste con alguien— dice un poco más fuerte de lo que me gustaría.
Sandra levanta su copa y bebe en señal de acuerdo. —Salud por eso. Por favor, dime que ha habido alguien, cualquiera, desde ese ex tuyo con pene de lápiz—
¡Caray! Primero la abuela, ahora Sandra y Danna. Mi total falta de vida s****l bien podría ser noticia de primera plana en este momento.
Es culpa mía trabajar sin parar, pensando que puedo vivir solo a base de trabajo, comida para llevar y mi página de Tumblr favorita y sucia por las noches, cuando no puedo dormir. Ha sido un grave error de mi parte permanecer en un estado de celibato autoimpuesto durante casi dos años.
Lo peor de todo es que tienen toda la razón. Necesito un hombre. Un macho de sangre caliente con un pene funcional. Y ya.
El pene de Greyson parece bastante funcional>>
Mi conciencia me recuerda.
Mierda. Soy lo bastante mujer para admitir que no será la polla de Greyson la que me toque en el futuro. Eso es seguro. No puede ser, por mucho que lo desee. Si tengo que elegir entre el éxito y mi impulso s****l. Mi vibrador siempre estará ahí para mi sin ataduras ni encuentros incómodos .
Pero oportunidades de negocio como esta pueden no existir.