¿Dato curioso sobre mí? Me ducho muchas veces al día, no exactamente porque quiera estar limpia, sino por el efecto tranquilizante que logra tener sobre mí, es uno de los pocos momentos en los que tengo paz, y me encuentro únicamente yo, la verdadera Noelle. Encuentro en el agua una extraña compañía, un ritual secreto en el cual obtengo la fuerza necesaria para dejar mis problemas a un lado y continuar con mi día.
He decidido mandar a la mierda la nueva medicación, será como todas las anteriores, sólo me dará efectos secundarios espantosos y pareceré un zombie que apenas habla y duerme, y no quiero eso para mí. Mi abuelo daría cualquier cosa con tal de callarme y verme actuar "normal" sin importarle realmente las consecuencias que pueda tener. Porque créeme, todos los tratamientos tienen efectos adversos, de los cuales a veces no se habla, y, en otras ocasiones, son minimizados.
¿Te digo un secreto? Cuando vas a terapia, o en general a una consulta médica y te encuentran algún problema, ya sea físico o psicológico te recetarán un tratamiento y hablarán sobre lo mejor que te vas a sentir y lo pronto en que podrás volver a tener una vida normal, pero nadie te dice lo difícil que es el proceso, lo duro que es resistir a los efectos secundarios, lo jodido que es no contar con el apoyo de nadie en tu entorno, la culpa que se siente por no poder cambiar.
Porque, es ahí, en ese momento, cuando te das cuenta de que las personas que están a tu alrededor esperan que te arregles, como si fueras una pieza defectuosa de un reloj, o un foco reemplazable, no se dan cuenta del proceso lineal que implica tu mejoría, y que más que quejas necesitas un abrazo, un apretón de manos, simplemente que alguien esté ahí, y te haga saber que todavía eres humano.
Y muchas veces, ocurre lo contrario.
Ese lamentable momento en el cual dejas de ser una persona, y te conviertes en un defecto, en una enfermedad, en un problema que todos quieren erradicar.
Sostengo el frasco y lo escondo en lo más profundo de mi cajón, nadie puede descubrir que el frasco está intacto. Al ingresar a mi baño me debato mentalmente entre reírme y gritar, mi cabello se ve espantoso. Definitivamente no debí cortarlo yo sola. Lo amarro en un moño simple y me alisto para ir a la universidad.
- ¿Te irás sin desayunar? - pregunta Ally desde la cocina - Aún es temprano.
- Quedé en estudiar con unos amigos - miento, la verdad es que no tengo ánimos de enfrentar a mi abuelo, con su interrogatorio por "el nuevo medicamento".
- ¿Qué amigos, Ellie? Si no tienes ninguno - se burla mi prima y me toma de la mano - estamos solas, los abuelos salieron muy temprano.
- Odio que me llames así - respondo de inmediato ante su estúpido apodo - y no entiendo esta extraña amabilidad tuya.
- Somos primas, deberíamos llevarnos mejor ¿no lo crees? Mira, incluso preparé avena para las dos - me encojo de hombros y me siento a su lado, descubrí algo en lo que la perfecta Allison es mala: cocinando. Es la peor avena que he comido, no tiene sabor a nada, malditos productos dietéticos.
- ¿Me dirás por qué me estás mirando así? - pregunto incómoda ante la excesiva atención que detecto en ella.
- Déjame arreglarte un poco para que vayas más linda a clases - dice y toma un mechón de mi cabello, intento alejar su mano antes de que suelte mi cabello, pero es más rápida que yo, y descubre el desastre que ocasioné en mi cabeza - pero ¿qué mierda te has hecho en el cabello? - exclama horrorizada y toca con recelo algunos de los mechones que el moño no pudo sostener y los cubre detrás de mi oreja - Si tienes ganas de un cambio de look anda donde un profesional, Noelle, mira cómo te has dejado la cabeza.
- Gracias Ally, fíjate que en mi habitación no tengo espejo, si no me lo decías tú ni cuenta me daba - respondo poniendo mis ojos en blanco nuevamente.
-Bueno, cambiemos de tema, es muy temprano para discutir – dice mientras revuelve la avena de su plata – sí sabes que hoy es Halloween ¿no? Y me preguntaba si …
- No - la interrumpo - ni siquiera lo pienses.
- Por favor - me pide - el abuelo jamás me dejará llegar tarde si salgo sola con Jason, en cambio si vienes con nosotros todos ganamos: yo puedo divertirme y pensará que estás mejorando.
-No hay forma que vaya - me niego - estoy teniendo jaquecas muy seguidas y no tengo ánimos para celebrar - ¿salir con ellos? No gracias.
-Oh, por favor, Jason y yo llevamos planificando esta salida desde hace mucho, la pasaremos bien y hasta te servirá para relajarte un poco de toda esa ansiedad que tienes – sinceramente, no sé qué dice, pero parece un intento desesperado de negociar.
-¿Si vamos a esa puta fiesta dejarás de joderme la existencia? - me resigno a la idea de ir a esa estúpida fiesta, intentando ser positiva implica alcohol gratis.
-Por supuesto - responde emocionada y me da un abrazo - no te preocupes por nada, conseguiré un disfraz para ti y la pasaremos muy bien.
-Está bien, bueno, ahora sí tengo que irme, supongo que nos veremos en la noche- me despido y salgo directo hacia la universidad.
Sería una completa mentirosa si dijera que amo mi carrera o que siquiera presto atención a las clases, ingresé a esta universidad porque fue la única que no hizo problemas por mis antecedentes y aceptó algunos "bonos" de mi abuelo, la verdad es que no tengo la menor idea de lo que quiero hacer con mi vida.
Siempre que hacen esa típica pregunta de "¿cómo te ves en cinco años?" nunca sé qué responder, el futuro siempre me ha parecido incierto, y cada decisión que he querido tomar jamás ha recibido la aceptación de mis abuelos, por lo que tuve que inscribirme en la carrera que ellos querían para mí: derecho.
Intenté hablar con mi abuelo sobre mis sentimientos hacia esta carrera, pero lo único que obtengo son comparaciones entre lo perfecta que es Ally y lo problemática que resulto ser yo. Finalizando con la frase "Si tus padres vieran el desastre que eres ahora, seguramente los volvías a matar, Noelle".
Al llegar a casa me encerré en mi habitación, no tengo ánimos para soportar la hora de endiosar a la gran Allison, la reina de la perfección, ni de recibir malos comentarios de mi abuelo. Necesito un minuto de paz. Tengo que mentalizarme para poder asistir a esa estúpida fiesta a la que Ally quiere que vaya.
Arreglo lo mejor que puedo mi cabello, y preparo mi maquillaje, Ally no me dijo nada sobre nuestros disfraces, espero que no sean tan reveladores, aunque, conociéndola cualquier cosa es posible. Una hora más tarde mi perfecta prima aparece en la puerta de mi habitación con un traje sumamente corto y provocativo.
Mi mirada se dirige hacia sus manos, trae dos bolsas que deja sobre mi cama, en una está mi disfraz, el cual consiste en apenas un pedazo de tela roja que se hace llamar “vestido” y una bincha con cachos de diablo, y en la otra una peluca castaña larga, Ally prácticamente ruega para que me la ponga, pues según sus propias palabras “mi cabello se ve más desastroso que mi propia vida”.
Me resigno a aceptar, ya suficientes problemas tengo con lidiar ser Noelle Jennings, la huérfana descarriada que es la vergüenza de la familia, como para tener que soportar las quejas de mi abuelo por avergonzar públicamente a su nieta favorita. Es increíble todo el lío que se origina sólo por un tonto corte de cabello, que, dicho sea de paso, me agrada.
En momentos como este, en el que Allison hace comentarios similares cuestiono la razón por la que personas como ella tienen todo en el mundo, por qué mis abuelos la adoran, la consideran una excelente influencia y no conocen realmente que su cerebro está lleno de comentarios estúpidos y superficiales.
Aunque siempre he tenido la teoría de que Ally no es tan mala persona, y que, quizá de toda esa careta hay una persona a la que se puede rescatar.
Pero si son completamente sincera, algunas veces siento que ella y yo somos dos extrañas, hace mucho dejé de sentirme segura o de divertirme realmente a su lado. Odio ser una marioneta, sólo vivo para seguir las órdenes de mis abuelos y para tener ataques de pánico y tomar medicamentos con efectos secundarios de mierda.
Ally me apresura cuando escuchamos la bocina del coche de Jason, me despido de mis abuelos y subimos al auto.
Jason es el típico chico que es el sueño de todas las adolescentes, el aparente partido perfecto con el que todos los padres desean que sus hijas salgan, aunque siempre tuve mis sospechas respecto a él, me da la sensación de que algunas veces presiona a Ally a hacer lo que quiere, como ahora, que aparentemente cambió de planes y no iremos a donde acordaron.
Pero no es lo único, desde hace un tiempo percibo que Jason me mira de una manera extraña, incluso me atrevería a decir que con deseo, o no lo sé, sólo sé que me hace sentir incómoda, y no puedo contárselo a nadie porque no me creerán. Como hoy, que al verme con el traje de diabla que me consiguió Allison me sentí intimidada, me comía con la mirada.
Durante el trayecto no digo palabra alguna, ellos están sumergidos en su propia conversación – aunque más parece una pelea- sobre el lugar al que iremos y Jason asegura que la pasaremos bien, aparentemente es un local nuevo que se está poniendo de moda.
Las calles se ven un tanto peligrosas y solitarias, hay poca iluminación exceptuando el gran cartel luminoso que deja ver el nombre del club "Disturbia".
-Bienvenidas a Disturbia - anunció con emoción señalando al cartel luminoso en la entrada - el lugar donde tus pesadillas cobran vida. No se dejen guiar por la fachada chicas, verán que les encantará - Ally me brinda una sonrisa amigable animándome a ingresar al club, me resigno a entrar pues no tengo otra opción.