Maldita Obsesión

Capítulo 6

HANS

Dejo a Allison en la puerta de su habitación y al entrar a mi despacho siento como la bragueta del pantalón me está molestando mucho.

«Joder»

Esta niña me va a matar.

Comienzo a leer cada parte de los papeles que traje de la empresa e intento despejar mi mente para no seguir pensando cosas indecentes con la hija de mi jefe.

Las finanzas de la empresa no concuerdan y lo más probable es que Travis, el antiguo jefe, haya hecho algunas maniobras para desviar el dinero. Para empezar una investigación por robo me tomará demasiado tiempo, lo mejor será intentar solucionar las cosas con lo que tenemos y ya lo demás solo dejarlo en el olvido.

Allison ha sido matriculada en la universidad de Oxford y solo espero que acá si no desapruebe ninguna materia.

—Estoy aburrida —dice Allison entrando a mi despacho sin tocar.

Tiene un short pequeño y un top de tirantes que marcan sus pezones. Sus piernas son cubiertas por unas medias hasta la rodilla y eso solo la hace ver aún más irresistible

—Estoy ocupado, desaparece de mi vista.

Sigo leyendo los papeles y se perfectamente que Allison sigue aquí.

—Hans, quiero jugar —dice ella y solo logra que mi polla se engrandezca.

—No tientes al diablo, que cuando quiere ser peligroso lo es y no le importara que reglas romperá —le digo y me levanto del asiento para que vea la notable erección que tengo.

—Déjame jugar Hans, también puedo ser una excelente jugadora —su mirada, su voz, su cuerpo me retan, pero no caigo.

—Te dejare jugar en cuanto estés lista Allison

—¿Cuándo será eso? — me pregunta y chupa la punta de su dedo índice

Sonrió de forma perversa y me acerco a ella.

—En cuanto vengas y te arrodilles para comerme la polla te dejare jugar, porque sé que estarás realmente lista —le digo y la saco de mi despacho.

Termino de leer cada papel de la empresa y ya entiendo lo que hace falta y como le voy a enseñar a Allison a manejarla.

Veo la hora y son más de las 12 de la noche, me acerco al cuarto de Allison y la encuentro dormida. Me acerco a ella y toco su suave piel.

Es como una obsesión que tengo desde que la vi, desde que la vi en ese bar bailando de manera provocativa, desde que me la puso dura sin siquiera mirarme, aquella niña que con tan solo 19 años provoca unas sensaciones que ninguna mujer ha provocado antes en mí.

Mis dedos recorren todas sus piernas y el pequeño short me da acceso a sus pliegues, tan rosados y gorditos. Los rozo y Allison da un pequeño salto.

Me deleito observando su pequeño coño, aquel coño que ya probé y que deseo poder hacerlo de nuevo.

Salgo de su habitación y comienzo a hacer unas llamadas para que me habiliten aquel cuarto.

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—Apúrate Allison, vas a la universidad no a un desfile de modas —le digo por quinta vez en estas 2 horas que lleva cambiándose más de 15 veces.

—Es que me veo horrenda —dice ella y sale con un vestido n***o de cuerpo pegado al cuerpo, unas botas negras altas y una pequeña casaca jean.

—Te ves bien —más que bien, pienso mas no lo digo.

Allison pasa por mi costado y se sienta a desayunar leche con cereal.

Necesitamos una cocinera con urgencia.

Después de 30 minutos por fin podemos partir a la universidad.

—Acompáñame Hans, no quiero entrar solita —me dice ella mirándome con cara de perro mojado.

Ruedo los ojos y bajo del auto para acompañarla, Allison salta a mi lado y agarra mi brazo como si estuviera a punto de romper algo.

Al entrar puedo ver como muchos muchachos la miran con deseo, pongo mi mano alrededor de su cintura y ella ni se inmuta. Las miradas no paran, pero ya se contienen más para recorrer su cuerpo como si la estuvieran desnudando.

—Deberías usar algo más oversize —sugiero y ella se burla de mí.

—Celoso Potter —me dice con burla

—Ja, ya quisieras pequeña —digo y seguimos caminando

—¿Pequeña? Pequeña la tuya —me dice y se ríe

—Sabes perfectamente que pequeña, no es —le susurro a su oído y ella se sonroja en segundos.

Llegamos a la dirección y vemos a más estudiantes extranjeros.

Muchas de las chicas me comen con la mirada, pero yo ni las miro. Allison me abraza como si fuera una niña abrazando a su padre.

—No me quiero quedar, llévame contigo ¿sí? —me dice haciendo morritos

Muchas la miran con envidia, otras con recelo y las que sobras solo la observan deseando ser ella.

—Tienes que quedarte bebé, te recogeré apenas terminen tus clases —le digo y ella solo se cruza de brazos queriendo hacer berrinche.

Ambos entramos a hablar con el director y este le da su horario a Allison.

—Lévame contigo —me dice y me abraza por la espalda

Saco sus manos y la miro a los ojos.

—Vendré por ti —le digo y ella me hace un morrito más grande.

—Besho —dice y señala sus labios

Me rio y cumplo lo que me pide.

—Nos vemos más tarde bebé

Al llegar a la empresa hago una videollamada con el señor Thompson y le informo como van las cosas en la empresa y los cambios que pienso realizar para que las ganancias sean notables y el reconocimiento incremente.

—Solo no quiero que Allison se entere de —mira hacia los costados para que vea que no haya nadie escuchándolo — el verdadero motivo por el cual están allá.

—No te preocupes Gregory, Allison no sabrá por qué estamos en Inglaterra.

Al terminar la videollamada con Gregory hago un par de llamadas para poder localizar al que fue el soplón y así poder terminar con esto por una vez por todas.

—УБЕЙ ЕГО — corto la llamada y espero a que se cumpla lo que pedí

Hace un par de años me entere de lo que pasaba en las empresas de mi padre con la empresa de Gregory. Al inicio fue algo chocante, pero después me di cuenta de todo y propuse ser el siguiente en la lista.

Gregory deposito su confianza en mí y ahora estoy a cargo de la central de Inglaterra.

—Señor Hoult lo busca un joven afuera —me dice la secretaria por el intercomunicador.

—Hazlo pasar —le digo

Enciendo un cigarro y espero a que pase la persona que me busca.

—Querido amigo, años que no te veo —volteo bruscamente al escuchar aquella voz.

Un joven de unos 25 años está en la entrada de mi oficina, aquel cabello rubio amarrado en un moño desordenado y ese look de cómo lo conocí aun no cambia.

—Qué alegría verte, Nikolai Petrov —digo estrechando nuestras manos y después darnos un abrazo amistoso.

—Lo mismo digo Hans Hoult —dice este

Conocí a Nikolai en uno de mis viajes a Rusia, siempre intenté destacar en todo y en ese momento Rusia era una potencia en tecnología, por lo que me fui a ver sus instalaciones.

—¿Cómo es que estas acá? —pregunto

—Problemas con la central, en estos últimos meses ha habido varios robos —me informa y solo asiento.

Nos quedamos conversando un buen rato y me doy cuenta que ya es hora de ir a recoger a Allison.

—Me tengo que ir, en estos días quedamos para que me sigas contando más cosas —digo ya garro mi saco

—Dale, en estos días nos encontramos Hans —me dice y ambos nos despedimos.

Subo a mi Audi n***o y voy a recoger a Allison, al llegar a su universidad puedo ver a muchos universitarios conversando entre ellos y riendo. Busco con la mirada a Allison, la encuentro rodeada de muchos muchachos, aprieto los puños y bajo del choche.

—Hola preciosa —la saludo y veo como me agradece con los ojos.

Ella corre hacia mí y la abrazo.

Fulmino a los chicos y agarro a mi pequeña de la cintura.

—¿Saliste hace mucho? —pregunto mientras le abro la puerta del Audi.

—No, recién Sali hace 5 minutos, solo que esos chicos son de mi clase y todos querían llevarme a casa —me comienza a contar y no la interrumpo. —Les dije que ya me vendrían a recoger, pero estuvieron de insistentes, hasta que llegaste y me salvaste de esas bestias.

Me rio y solo le doy un apretón a su muslo desnudo.

En cuanto llegamos a la casa, Allison se mete de frente a su habitación, mientras yo preparo algo para almorzar.

—Allison ven para almorzar.

Ella sale en un short diminuto y un polo de tirantes blanco, se transparentan sus pezones y la boca se me hace agua.

Como que me entraron ganas de comer y no precisamente comida.

—¿Te gusta lo que ves? —me pica y ríe

Me acerco a ella quedando a milímetros de sus labios.

—No me gusta, me encanta tanto que tengo ganas de follarte en esta misma mesa —le digo y sus mejillas se tornan de un rojo brillante

Me desvía la mirada y me aparta.

—No dejemos que la comida se enfrié —dice y se sienta

Comenzamos a almorzar y Allison me pide un celular para poder comunicarse con sus amigos y sus padres, ya que desde que llegamos no ha hablado con ellos.

—Dentro de un rato salimos y vemos un celular para ti —le digo y ella chilla como una niña pequeña.

Allison termina de comer y se ofrece a lavar los platos mientras que yo me voy a mi despacho para trabajar.

—Necesito saber cuándo salen los dos camiones con la mercancía —le digo a Doménico

—Los camiones salen el viernes por la tarde, se supone que se transportan enlatados; no va a ver problema con la policía porque ya está comprada y Luigi es el que se encargó de contactar con Massimo para que la entrega sea exitosa —me informa

—Mantenme informado —digo y cuelgo.

Reviso los correos y me doy cuenta que el área de informática está en decadencia, la empresa necesita nuevos aparatos tecnológicos y se quién me puede brindar eso.

—Hola Nikolai, te habla Hans —saludo

—Hola hermano, para que soy bueno —dice él

—Quiero hablar de negocios, te parece bien mañana a las 6 de la tarde en el bar de Brenda —sugiero

—Perfecto —dice y cuelga.

Con Nikolai podre expandir ambos negocios y así mato dos pájaros de un solo tiro.

La puerta comienza a sonar y digo un pase.

—Estoy lista —dice Allison

—Aún estoy ocupado

—Perfecto, me voy sola al fin y al cabo no te necesito —contesta y se voltea para irse

—Ni lo pienses muñeca, no me tientes porque solo lograras que me enoje

—Me vale si te enojas, no soy de tu propiedad Hans, estoy cansada de este tira y afloja —me dice

—Se mía —digo y ella abre los ojos

—No soy tuya ni de nadie, yo mando en mi vida y en mi cuerpo —me dice y la agarro de la muñeca

—Solo juguemos Allison o tienes miedo de perder —le digo y se nota que mi comentario la ha enojado.

—Juguemos Hans —me dice

La suelto y saco unos papeles de mi escritorio.

—Fírmalo y el juego empezará —Allison mira indecisa el papel y comienza a leerlo atentamente.

Agarra un lapicero y veo como coloca su firma.

«Mala decisión bebé»

Me acerco a ella y la beso devorando sus labios y chupando con fuerza, mi lengua invade su boca y no hay impedimento alguno, mis manos tocan su culo y la alzo para que enrolle sus piernas en mis caderas.