La Distancia Después del cumpleaños de Killian, Viktoria tuvo fiebre alta por varios días debiendo permanecer en su habitación mientras era atendida por su madre. La noticia preocupó a toda la mansión ducal, generando inquietud y ansiedad. Aunque el joven duque no dijo nada, la energía y alegría que lo acompañaban cuando la niña venía, desapareció. Parecía visiblemente inquieto, pero ninguno de sus allegados más directos se atrevió a decir nada, aunque se mantuvieron atentos a su maestro. El joven se enfocó en el trabajo considerando que quedaban tres meses para el plazo que había acordado con su padre y estaba decidido a lograrlo. Por las noches, cuando al fin lograba acostarse, pensaba en la niña de sonrisa amplia y su ausencia lo consumía ¿Cómo podía haberse acostumbrado tanto a una

