Alfa de Sombras

El Despertar de la Luna

Sky y Kael se adentraron cada vez más en el antiguo templo lunar, buscando una cámara de entrenamiento donde pudieran explorar los límites de los nuevos poderes de Sky. Las paredes de piedra estaban cubiertas de glifos luminosos que parecían responder a su presencia, y el aire estaba cargado de una energía ancestral, como si el mismo templo los estuviera guiando hacia su destino.

Finalmente, llegaron a una cámara circular con un techo abovedado que permitía ver la luna llena a través de una abertura en el centro. La luz plateada de la luna bañaba la habitación, creando un ambiente místico y sobrecogedor. En el centro de la habitación, un pedestal de cristal brillaba con una luz tenue, pulsante. Era el corazón del templo, el lugar donde los antiguos brujos lunares habían canalizado la energía de la luna para sus rituales y batallas.

Sky se acercó al pedestal, su corazón latiendo con fuerza en su pecho. Con cuidado, colocó el cristal lunar sobre él. Inmediatamente, la habitación se llenó de una luz cegadora, tan intensa que Sky tuvo que entrecerrar los ojos para no ser deslumbrada. Una serie de imágenes comenzó a proyectarse en las paredes, como si el templo mismo estuviera narrando su historia: batallas épicas, rituales antiguos, y visiones de un futuro incierto se desplegaban ante ellos. Entre las imágenes, Sky reconoció a figuras que parecían ser vampiros, seres antiguos y poderosos que habían vivido en las sombras durante siglos.

Kael observaba las imágenes con una mezcla de asombro y reverencia.

Estos son los Guardianes de la Luna, explicó Kael, su voz llena de admiración. Eran los protectores de este templo, los maestros de los antiguos brujos lunares. Creí que se habían extinguido hace siglos.

De repente, las imágenes se desvanecieron, y una figura emergió de las sombras que rodeaban la cámara. Era un vampiro de aspecto anciano, con ojos que brillaban como rubíes en la penumbra. Vestía una túnica negra bordada con símbolos lunares, y su aura era poderosa y enigmática, irradiando un poder que resonaba con la energía del templo.

Bienvenida, luna naciente, dijo el vampiro con una voz profunda y melódica que reverberaba en las paredes de la cámara. Hemos esperado este momento durante siglos.

Sky se quedó sin aliento, sorprendida por la aparición del vampiro. No esperaba encontrarse con uno de estos seres antiguos, y mucho menos uno que pareciera tan sabio y poderoso.

Yo soy Eldrin, continuó el vampiro, sus ojos brillando con una luz interior que hablaba de una sabiduría acumulada a lo largo de milenios. Y estos son mis hermanos.

A su alrededor, comenzaron a aparecer otros vampiros, todos ellos con una apariencia similar a la de Eldrin. Eran altos y delgados, con rostros pálidos y ojos que brillaban con una luz interna que parecía desafiar la oscuridad que los rodeaba.

Hemos sentido la energía del cristal lunar, dijo otro vampiro, su voz suave pero firme. Sabemos que eres la elegida, la que puede unir a la luz y a la oscuridad.

Sky se sintió abrumada por la presencia de estos seres antiguos. ¿Por qué estaban aquí? ¿Qué querían de ella?

Hemos estado observando a Selena desde las sombras, dijo Eldrin, sus palabras cargadas de un profundo conocimiento. Sabemos de sus planes, y sabemos que eres la única que puede detenerla. Te enseñaremos a controlar tus poderes, a protegerte a ti y a tu familia.

Sky se dio cuenta de que estos vampiros no eran sus enemigos. Eran aliados inesperados, guardianes de un antiguo conocimiento que podría ayudarla a salvar el mundo, a enfrentar las fuerzas oscuras que amenazaban con destruir todo lo que amaba.

Y así comenzó el entrenamiento de Sky. Bajo la tutela de Eldrin y los otros vampiros, aprendió a canalizar la energía de la luna, a crear escudos de luz que la protegieran de la oscuridad, y a proyectar poderosos hechizos capaces de repeler incluso las fuerzas más malignas. También aprendió a proteger a Jaden, a crear un escudo invisible alrededor de él que lo mantendría a salvo de cualquier peligro, una barrera tan fuerte como su amor de madre.

Con cada día que pasaba, Sky se volvía más fuerte y más segura de sí misma. El cristal lunar era su fuente de poder, pero era su determinación y su corazón lo que la impulsaba hacia adelante. Sabía que la batalla contra Selena sería difícil, que sería una prueba de todo lo que había aprendido, pero estaba preparada para enfrentarla. Su destino se entrelazaba con el de la luna, y no se detendría ante nada para cumplir con su misión.

Mientras tanto, Kael se encargaba de proteger la guarida y de reunir información sobre los movimientos de Selena. Sabía que la batalla final estaba cerca, que Sky estaba cambiando, evolucionando hacia algo que nunca había sido antes. Se estaba convirtiendo en alguien que apenas reconocía, pero también sabía que en el fondo, ella seguía siendo la misma mujer que amaba, la que luchaba por su familia y por la luz en un mundo de sombras.

La luna llena brillaba intensamente en el cielo, su luz bañando el mundo con su resplandor plateado. Sky se paró en el tejado de la guarida, mirando hacia el horizonte donde las montañas se perfilaban como sombras contra el cielo estrellado. Sabía que la hora de la verdad se acercaba. El entrenamiento estaba casi completo, y pronto llegaría el momento de poner todo a prueba.

Era hora de enfrentar su destino, de cumplir con la misión que la luna le había encomendado. Con los Guardianes de la Luna a su lado, y con Kael y Jaden en su corazón, Sky estaba lista para salvar al mundo de las sombras, para enfrentarse a Selena y al Señor Oscuro, y para reclamar su lugar como la luna naciente.