La noche era espesa, cargada de presagios y tensiones no resueltas. El aire en Luna de Oro estaba tan denso que parecía contener la respiración, mientras todos aguardaban el próximo movimiento de Kai. El refugio, que había sido un símbolo de esperanza y resistencia, ahora se encontraba bajo un asedio implacable. Las sombras, en su forma más pura y aterradora, acechaban en la oscuridad, esperando el momento perfecto para atacar. Desde su puesto de vigilancia, Kael observaba el horizonte. Podía sentir la amenaza que se cernía sobre ellos como una sombra gigante que estaba a punto de desplomarse. Junto a él, Aelarion y Selena estaban en alerta máxima, conscientes de que la tranquilidad de la noche no duraría mucho. Jaden, armado y listo, estaba al lado de su padre, sus sentidos agudizados po

