Hydera

1686 Palabras
En aquel restaurante yo me encontraba con mis compañeros. Ellos al igual que yo tratabamos de ignorar al héroe y su grupo. De la nada terminamos rápidamente la conversación. —Bueno, creo que ya está concretado somos un equipo, compartiremos las ganancias de este evento, nos reuniremos cuando lleguemos a ese lugar. —Ok, dijo la elfa. Todos nos levantamos de la silla casi huyendo del lugar, no entendía porque ellos lo evitaban, yo lo hacía por que no tenia el valor para dirigirme a él Mientras me iba choque con uno de sus compañeros, era un humano con un gorro de tela, llevaba una pesada armadura, que le cubría el cuerpo casi que completamente. —Lo siento, me dijo el. —No, fue nada de gravedad, yo estoy bien, discúlpame me tengo que ir. El me tomo de la mano sin ninguna advertencia. Lo mire y me habló. —¿Qué haces con esa espada —me dijo el. —Es mía. —¿Tuya? ¿una niña con semejante arma? ¿a quien se la robaste?. En ese momento, no vestía como noble, solo tenía mi ropa como civil que me había dado Elena y mi espada. Como una reacción saqué mi espada hacia el, me sentía amenazada por su expresión. De inmediato todos en el restaurante nos miraron. Mis compañeros reaccionaron y llegaron a mi lado. El héroe y el resto de su grupo también se dirigieron allí. —¿Qué sucede?, ¿Por qué se está confrontación?. —Ella tiene una espada extraña, se la robo a alguien. Me enoje por la acusación y le respondí. —Es mía, lo que dice ese hombre es mentira. El héroe sentía la presión de las miradas en ese momento, y con una señal les pidió que bajaran su armas. De inmediato yo hice lo mismo. —¿Puedo hablar contigo?—dijo el. —Ok, comente yo, aunque me puse algo nerviosa. [...] Bajo la mirada de aventureros y civiles me fui hacia un lugar donde nadie molestará. No era la forma en que yo pensé en que hablaría por primera vez con el. —Ok, dime ¿de dónde sacaste esa espada? Me dolieron sus palabras, me estaba acusando la persona que más quería. Yo trate de responderle con sinceridad. —La encontré en una mazmorra. —¿Una mazmorra? ¿en serio?, sabes lo difícil que es estar en una. —Si, pero yo la saqué de allí. —Ok, veo que no estás mintiendo, pero el arma que tienes no es cualquier cosa. Sabes el chico que discutió contigo, es un herrero ha manejado diferentes tipos de armas y tan solo con verla puede saber lo buena que es. Solo ten cuidado con esa arma. Adiós y disculpa las molestias causadas. Su actitud sería y neutral era genial, para mí era el hombre perfecto. El se fue junto a los suyos y el mis compañeras vinieron hacia a mi. —¿Qué fue eso?—me pregunto el elfo. —Un incidente por una espada, nada grave. —Ten cuidado, hay ciertos comentarios acerca de el. Ah…creo que no me he presentado, mi nombre es Coda, aunque también me dicen Samuel en este mundo de gremios. —Mmmm, ok, lo tendré en cuenta. El puso su mano en mi hombro despidiéndose de mi. […] Yo seguí mi camino hacia las caravana que se dirigía a Hydera y de nuevo me senté al lado del carretero. Partimos en la tarde, pero al contrario que la vez anterior, pasamos por caminos más peligrosos. Sentí que todos sacaron sus armas dispuestos a luchar contra lo que apareciera. Vimos carretas abandonados y cuerpos de otros aventureros por el camino, pero ninguna carreta retrocedió, todas siguieron sin parar. Era ilógico detenerse allí, pues sería peligroso y más a esa hora. Yo podía ver marcas de animales en los árboles. Y también saqué mi espada, así como todos estaba expectante a lo que ocurriera, pero mientras paso la noche no ocurrió nada. Y llegamos en la mañana a Hydera. Era una ciudad bastante grande, incluso más que Abadía. Desde la entrada de la puerta podía ver el enorme palacio de color beige y amarillo. Los guardias de ese lugar nos requisaban y miraban nuestra identificación, pero para problemas a mí no me dejaron entrar, así como me pasó con el compañero del heroe. El guardia noto algo raro en la espada. Y no me dejó pasar. —Lo lamento niña, la espada que usted lleva es demasiada extraña. Debe esperar a que sea revisada. Mientras todos entraban yo me queda un buen rato allí. Hasta un hombre con barba larga y blancas que le llegaba casi al abdomen llegó hasta mi. —Mmmm, ¿de dónde sacaste eso?. —De una mazmorra. —Lo lamento debes acompañarme. Es la primera vez que veo algo así. Un guardia me escoltó hasta la casa de ese hombre. Cuando caminábamos vi a mucha más gente que en abadía. Aquí habían más razas revueltas, más elfos y enanos que casi no se ven mucho juntos. Parecían que convivían tranquilamente. Los mercados estaban llenos de gente. Y cuando me di cuenta llegué a la casa de ese hombre, al parecer era el herrero real de ese país. Tenía tal vez mil armas diferentes con marcas extrañas. Se sentó en un sillón que parecía ser su sitio especial y me habló. —Mmmmm, está espada es parecida a la que tiene Arnold, pero mucho mejor, dime la verdad dónde la conseguiste?. —Fue en una mazmorra maldita, me quedé allí por un tiempo…. —le respondí. —Ok, lo mejor es que le pongas una funda llama mucho la atención. Me quede pensando es esas palabras, por lo menos esto me acercaba más al héroe y podia llamar su atención. —Por ahora ponle está, evitará que las personas que conocen este tipo de armas se fijen en ella. Te pueden robar. —Disculpe, ¿no me va a cobrar?. —Eres una aventura, ustedes van a ayudar la ciudad, digamos que estoy pagando su trabajo, ten cuidado estos monstruos bastantes fuertes. Acabaron con los dos gremios del país. Espera ¿que rango eres?. —Todavía no tengo, me dejaron hacer está por haber sobrevivido a la mazmorra donde saque la espada. Cuando termine probablemente me lo den. —Ok, protege tus ojos, son el punto que más atacan esas bestias. Esas fueron las últimas palabras que me dijo ese hombre. Yo salí de ese sitio y el mismo guardia vino por mi y me llevo al gremio que aún quedaba en esa ciudad. Habían cerca de 80 personas de diferentes razas. Lo más llamativo fueron los hobbits, ellos eran bastante pequeños, eran tan bajo como un niño. Cada grupo estaba en su lugar y yo busque a mis compañeros. Por lo que había pasado todos me miraban, incluso sentía por primera vez la presión que tal vez sentía el héroe. El era el número 8 del mundo y el número 1 del Abadía y el mas joven con 20 años a diferencias de los demás que tenían 40 años en adelante. Cuando me reuní con ellos la única que se acercó hacia mi, era la elfa a quien llamábamos Ana. —¿Qué fue eso?, ¿Tienes problemas en este país?. —Eh…solo es por la espada que tengo, para ellos es muy rara. Así que me advirtieron de lo peligroso que es. —Mmmm, mientras no estabas nos explicaron lo de la misión. Es bastante peligrosa es rango B+. Solo los que fueran nivel C podrán ir, que rango eres?. —Eh….como explicarlo, todavía no me asignaron uno…. —Entonces, no puedes ir con nosotros, es muy peligroso. Hay muchos aventureros muertos y este caos ya está llegando a Abadía. El resto de mis compañeros no me hablaron por eso, pero por mi edad era claro que no estaría a su nivel. Ellos se quedaron en silencio y no dijeron nada. Aún así me senté con el resto y espere que todos ellos se fueran para regresar a Abadía. De pronto llegó la persona encargada del gremio, era un hombre alto, un humano con gafas y empezó a hablar. —Veo que ya todos están aquí. Bueno comencemos. Primero ya nadie puede salir de la ciudad hasta que la misión sea terminada. A varios países han atacado caravanas que se dirigían hasta acá. Al parecer son orcos gigante que han atacado masivamente a todos lo que se mueva. Su misión es que limpien la ciudad. Un hobbit de uno de los grupos hablo. —¿Cuanto será la recompensa? La multitud lo miro bastante molesto por la ambición. —No se enojen, pero es casi un s******o hacer esta misión. Tres de mis compañeros no podrán acompañarme, y temo por mi vida. Escogí ser un aventurero, no me considero un héroe, perdón, pero no estoy dispuesto a morir por unas simples monedas. —Esta bien. Permitiremos a todos participar, pero con la condición que ustedes serán responsable de lo que pase. Si no terminan la misión no les pagaremos. —Ok, contesto el hobbit. Arnold fue encargado como el líder de esta misión, de un momento a otro, pues apareció de la nada feliz y con esa actitud seria. En pocas palabras se hecho al hombro lo que pasaría. Yo estaba feliz de poder pelear a su lado solamente, ya que debido al cambio de planes ya estaba adentro de la misión nuevamente. El se paró al frente de todos para decir su plan. Su cabellera negra y sus ojos azules eran imponentes en ese Momentos. Yo solo esperaba que dijera las primeras palabras, pero antes de hablar entro otro grupo de aventureros. El que más resaltó entre todos Era un hombres de tez morena cabello n***o ojos cafés y con armadura extraña, parecía ser el líder de su grupo por la seguridad que mostraban. Él y Arnold intercambiaron miradas era como si ambos tuvieran un especie de rivalidad. La sala entera se quedó consternada ante esa escena que ambos protagonizaban.
Lectura gratis para nuevos usuarios
Escanee para descargar la aplicación
Facebookexpand_more
  • author-avatar
    Autor
  • chap_listÍndice
  • likeAÑADIR