Capítulo 1: La propuesta
Siento como el sol entra por las ventanas, aún no se si estoy soñando ¡Qué alguien me pellizque!, me digo a mi misma >.
Hoy por fin me voy a casar con el amor de mi vida y, aunque llevamos muy poco de novios sí, se que solo llevamos cuatro meses de noviazgo, sin embargo, para mí es suficiente. Él es el hombre de mi vida, lo siento en mi corazón no me importa nada más sólo sé que él es mi mundo mi todo, el dueño de mi corazón y hoy le voy a entregar mi vida entera.
Hoy inicia una nueva vida y será con el2 hombre de ojos negros y mirada penetrante más hermoso que he visto, es alto, piel blanca, ojos negros como ya lo había mencionado, como la noche más oscura, su cuerpo está lleno de músculos parace un Adonis. Me quedo en la cama pensando en el día que me pidió que fuera su esposa, fue el día más feliz de mi vida, nunca lo voy a olvidar.
Início flashback
Un mes atrás
Estoy saliendo de la universidad a encontrarme con mi amor, estoy muy feliz y no hayo que sea la hora para decirle que el decano me llamó para hablar con migo para decirme que la beca va ser total, así que mis padres van a dejar de preocuparse por el pago, pues la verdad no somos ricos así que eso es un alivio para mí. Mi padre es pensionado y con los gastos de la casa, la enfermedad de mamá y mi universidad nos vemos un poco alcanzados, así que a veces trabajo medio tiempo en la cafetería de la universidad, mi padre no le gusta que yo trabaje pues siempre me dice que él es el hombre de la casa y yo soy su princesa pero, a mi no me importa trabajar ya que lo ayudó así sea poco. Sin embargo, de ahora en adelante ya no nos vamos a preocupar por la matrícula el resto de mi carrera.
Salgo del campus y desde lejos veo la camioneta de Ricardo, como siempre mando a su chofer para que me recoja, Joel nunca me ha inspirado confianza pero no importa si trabaja para Ricardo es de fiar.
— Señorita Ana, buena tarde.
— Hola Joel ¿Cómo estás?
— Bien señorita. — Responde fríamente, como siempre. — El señor Ricardo la espera en el restaurante.
— Gracias Joel. — Digo para subirme en la camioneta.
— Me dijo que no demorará mucho. — Recalca.
— Sí, perdón. – Lo miró. — La verdad no pensé demorarme mucho, hoy tuve parciales y me fue imposible salir más temprano. — No opina más y es mejor así, no debo darle explicaciones a él.
En el camino Joel me llevó a casa ya que debía cambiarme pues Ricardo me había invitado a uno de los mejores restaurantes de la ciudad y no podía ir vestida como un pordiosero, según todos.
— Hola mamá. — Digo eufórica.
— Hola princesa. — Se acerca y me da un abrazo fraternal.
— Mamá, Ricardo me invitó a cenar y voy a cambiarme para salir, no tengo mucho tiempo. — Hablo rápido.
— Ana niña traviesa y mi beso — dice mamá. — Cuidate mucho por allá, sabes que no nos gusta que salgas tan tarde.
Le doy un beso en la mejilla y salgo corriendo hacia mi habitación , ya que Ricardo me espera y no quiero que se enoje por llegar tarde a nuestra cita.
Me dijo que iba hacer una cena especial así que decido ponerme un vestido azul oscuro ceñido al cuerpo en estraples y una abertura que llega hasta mi muslo , busco unos tacones negros de punta que combinen con mi vestido, recojo mi cabellera en un moño y sólo dejó unos mechones al lado de mi cara, me miro en el espejo y me siento bien me veo hermosa ojalá y le guste a Ricardo. Bajo lo más rápido posible, con cuidado de no caer ya que los tacones son demasiado altos.
— Mamá, llegó tarde no me esperen despiertos. — me acercó por detrás.
— Ana, hija, te ves muy hermosa. Ricardo va a quedar con la boca abierta de eso te lo aseguro. — Cómo siempre mi mamá es tan dulce.
— Ay mami tú y tus cosas lo dices porque soy tu hija.
—No mi niña eres muy hermosa , solamente no llegues tarde ya sabes cómo es tu papá con esos horarios.
— Sí mamita no te preocupes sólo dile a mi papito que me disculpé y que lo amo más que nada en este mundo. — Le digo.
Mamá me da un abrazo y un beso en la mejilla, después salgo para mí gran noche con mi amor con el hombre de mirada penetrante.
— Señorita Ana, ¡señorita Ana! — Repite Joel. — Señorita ya llegamos.
— Disculpa Joel estaba en otro mundo. — Me excuso.
— Le decía que ya llegamos, que si gusta esperar en el auto o va entrando al restaurante, ya que el señor Ricardo me acaba de informar que se demora de diez a quince minutos en llegar.— Dice mirando por el retrovisor.
— No Joel, lo espero adentro.
Joel se baja del auto y me da la mano para ayudarme a salir, me dirijo hacia el restaurante.
Me dan una mesa, una que está al centro del restaurante y deja a la vista la despampanante ciudad, muevo mis manos expectante, era tanta la insistencia de traerme hoy acá que en cierto modo me asusta, de reojo veo a Joel mirándome, no me gusta eso, no me gusta que me vigilen, me se cuidar sola y es el chófer de Ricardo no mi cuidandero. Pasa el tiempo y lo veo, veo que se asoma a la puerta del restaurante. Con su sonrisa triunfal, esa que me vuelve loca, sus ojos se posan con los míos y ese es mi momento favorito del día cuando siento su mirada, cuando me siento lo más Importante del mundo con solo saber que él existe para mí. Le dice algo al oído a Joel y se dirige a mí mesa, es evidente las miradas que le hecha todas esas mujeres insinuantes, eso sí, veo como me da mi lugar y las rechaza ¿Acaso puede haber un hombre más perfecto que él? No lo creo, como él no hay dos y haré todo lo que está en mis manos y no dejaré que se vaya un hombre así no hay que dejarlo escapar.
— Amor mio. — Dice dándome un beso, toca mi cintura y es innegable la química que hay entre nosotros, todos mis sentidos se activan.
— Mi amor, te ves espectacular. — Le digo, y es más que cierto. Su traje azul rey lo hace ver tan sexi, tan perfecto.
— Espero que no hubieras esperado mucho, venía con tiempo suficiente pero, como Joel me dijo que venías tarde aproveche y revise algunos asuntos. — Inconscientemente miró a Joel y ruedo los ojos.
— Tranquilo, lo que más deseaba era verte. Todo el día pensé en ti y esperé con ansias el momento de verte y tenerte a mi lado. ¡Te tengo una noticia sobre mi universidad! — Le digo muy entusiasmada.
— Amor hoy no tenemos tiempo para hablar de eso, hay cosas más importantes y que no deben esperar, sabes que me alegran todos tus logros, estoy extremadamente feliz de tus cosas pero hoy nuestro foco debe ser otro, por el momento, vamos a cenar.
Llegó la mesera y la muy descarada no perdía oportunidad para ser coqueta con Ricardo hasta le dejó un papel con su número, ¿Acaso no ve que estoy ahí? Muevo la cabeza un par de veces para sacarme esos pensamientos negativos, hoy no debo estresarme por mujeres como ella, por algo estoy yo a su lado.
Pedimos langosta, acompañada de lechuga y tomate, espárragos al horno y una ensalada de repollo con su respectiva salsa, con Ricardo había aprendido a comer estas cosas, al principio me parecía muy extraño y no era fácil para mí, recuerdo las caras que hacía él, al final solo reíamos y él con todo el amor del mundo me enseñaba a comer y a portarme más refinada. Él sabor de la langosta era exquisito no voy a negar que con el trabajo de mi papá esto no lo pudiéramos comprar ni en broma, a veces quisiera guardar un poco de lo que como y llevarles una parte, pero quizás eso no le guste a Ricardo, él no es de esos de estar guardando comida. Pidió una botella del mejor vino blanco, sirvió en las respectivas copas y brindamos.
— Hoy quiero agradecerle a la vida por haber coincidido con una persona como tú, eres definitivamente la mujer que estaba esperando ; sin pensarlo te busque y estoy tan feliz por haberte encontrado, creo que soy un hombre muy afortunado, a veces me pregunto ¿Qué he hecho en esta vida para merecerte, para que me hayas aceptado, para tenerte a mi lado?, no es difícil la respuesta, nos complementamos, eres mi media naranja, y aunque no soy de esos hombres cursis, con tigo seria el más cursi del mundo. Y si hoy fuera el último día de mi vida, agradecería eternamente haberte conocido. – Dice tomando mi mano y yo estoy como una idiota inoptizada con sus palabras.
— Wow, sencillamente me dejaste sin palabras, en verdad no sé qué decirte. Creo que sí sabía que me querías pero no esperaba que fuera con tal intensidad. Y si hablamos de agradecimiento, claramente yo lo estoy más, él haberte conocido me llena de paz, tienes algo que hace que salga la mejor versión de mí y estoy totalmente agradecida por ello. Eres el hombre que soñé, no espere encontrarte y lo hice. Más pronto de lo que yo pensaba, definitivamente no creía en los cuentos de hadas y tu estas haciendo que mis días tengan color, tengan magia, Cuento los minutos que paso lejos de ti, anhelo estar a tu lado más veinticuatro horas del día, te confieso que muchas veces por tu culpa no puedo concentrarme, recordando tus besos, tu mirada tan profunda que causa un efecto descomunal en mí, eres perfecto. — Me acercó y le di un beso.
— Ana, se que puede ser muy precipitado lo que voy a decir a continuación, — se levanta de la silla y se inclina en el suelo apoyado únicamente de su pierna derecha, ¡Dios me va a dar algo.! Saca del bolsillo delantero de su pantalón una cajita, quizá la más hermosa que he visto en mi vida, es de vidrio con pequeños adornos en la parte superior, la abre y siento que me voy a desmayar, todas las personas presentes nos observan, muchos hasta graban la escena, debe verse realmente hermosa, yo creo que parece una escena sacada de la televisión. Me ubiqué frente a él a esperar que tenía por decirme, eso es lo que he visto en la televisión, se que luego de esto nos besaremos hasta el cansancio. — Se que el tiempo es muy corto, pero tengo presente que muchas veces no necesitamos años para conocer a una persona, que precisamente cuando encontramos a la persona indicada no queremos que se nos escape y algo te puedo asegurar, tu eres esa persona para mi, y no te dejaré escapar. En fin, quiero decirte que quiero ser lo primero que vea al despertar, lo último que vea al dormir, quiero ser tu todo y que cuando te vea sea mi parte favorita del día, quiero que lleguemos a viejitos agarrados de la mano y que nuestro día a día sea lleno de amor, comprensión, cariño, respeto, lealtad e infinidades de cosas. No te pido mucho, solo que me sigas dando lo que hasta ahora me das, tu alegría, tu amor, tus ganas de vivir, eso es como el oxígeno que necesito a diario. — se escuchaban los aww del público, mientras tanto mis ojos se inundaron, lágrimas amenazaban por salir y si no había día que me imaginará sin él, es él el hombre de mi vida, con el que cualquier mujer sueña y yo, yo soy la afortunada.
— Sí, sí quiero ser tu esposa, me acabas de hacer la mujer más feliz del mundo. — Él saca de la cajita un anillo, no es cualquier anillo, un anillo de diamantes, con un toque de elegancia. Lo coloca en mi dedo anular y siento cómo le tiembla su mano al ponermelo y eso es lo más tierno que he visto en mi vida, se levanta y me da un abrazo tan acogedor que sentí que ahí, entre sus brazos era mi hogar, mi refugio. Todos los presentes aplauden y nos llenan de varios comentarios positivos felicitándo nos por el acontecimiento. Muchos hasta nos invitaron a copas del mejor vino. Nos sentamos y mientras él ordenaba el postre para irnos a la casa yo no dejaba de observar la joya, era realmente preciosa. Era enorme el diamante que sobresalía del anillo y lo mejor era que encajaba perfectamente en mi dedo, en mí.
Pedimos dos tiramisú, mientras más de uno al salir del restaurante pasaba y nos daba la mano una vez más por lo acabado de suceder. Joel se acercó y nos informó que ya estaba la camioneta disponible, otra vez con su tono frío y seriedad habló. — Señores, los felicito por este gran paso, nuevamente quedó a su disposición —, le di una cálida sonrisa y salimos rumbo a mi casa, en el camino no soltó mi mano ni un segundo y causaba esa sensación de mariposas en el estómago como la primer vez que lo vi, como la primer vez que tomo mi mano y me beso.
Al llegar a la casa se bajó y me acompañó a la puerta, sacó de su bolsillo una flor pequeña y me la dio, la dejó en mi oreja derecha moviendo sutilmente mi cabello hacia atrás.
— Vendré a pedir tu mano la siguiente semana, no les digas nada a tus papás, quiero ser yo quien les dé la sorpresa, quiero que nuestra boda sea lo más pronto posible, quiero hacerte mía y que seas mi mujer ante todo. — Susurra en mi oído y mi piel reacciona y se eriza completamente.
— Se que ellos estarán muy felices por la noticia, y te amarán tanto o más que yo. Y si también quiero que sea lo más pronto posible, si fuera por mí me casaría contigo hoy mismo. No sabes como me muero por que seamos marido y mujer y decir por todo lo alto que soy la mujer de Ricardo, el hombre más espectacular sobre la faz de la tierra, es más sobre el universo mismo. Solo sé que voy a comerme las uñas hasta que el día de nuestra boda llegue. — Él se ríe ante mis ocurrencias e indudablemente es mi sonido favorito. Nos despedimos de un beso muy apasionado y se fue.
Entre a mi casa en absoluto silencio, al llegar a mi habitación cerré con seguro y tomé una almohada y lancé un grito sobre ella, era sin dudarlo uno de los días más importantes de mi vida, es que aún no lo creo. Seré su esposa, seré su mujer... Cogí la almohada y comencé a bailar con ella como si fuera un vals, me movía de un lado a otro imaginando que era él, hasta la besé.
Agarré una hoja, hoy no tenía sueño, él insomnio se hizo presente. Tomé un par de lápices y dibujé mi prospecto de vestido, lo quería largo, blanco totalmente, mi imaginación comenzó a desarrollar mi idea, no podía imaginarlo mejor, diferente. Creo que haberle aceptado el café ese día fue la mejor decisión, de no ser así hoy no tendría este anillo en mis manos, sé que él tiene mucho dinero no es difícil deducirlo pero sacare mi carrera lo mejor posible para poder trabajar y ayudarle, formar un hogar donde los dos nos complementamos en todo sentido.. ¡Ahhh! Doy pequeños brincos de felicidad. Cogí mi diario y plasmé todo lo especial del día, primero me informaron de la beca y luego ya estoy comprometida. No sé qué hice en mi vida pasada que esta me está recompensando de la mejor manera. Voy y me cambio colocando me mi pijama de unicornio, debo pensar en comprar algo de ropa, esto no es para nada sensual, es más infantil y así no podría presentarme a mi esposo en una noche de pasión. Tapó mis ojos por lo que estoy diciendo, quien lo iba a imaginar, ya casi. El va a ser mi primer hombre y no me arrepiento para nada de eso, se que será así como siempre lo he soñado, que será especial y no solo por el hombre si no por que va a ser con amor. Me acuesto en mi pequeña cama visualizando toda mi habitación, realmente la voy a extrañar, voy a extrañar esta casa, mi día a día con mis papás y se que hace parte de una etapa pero va a ser difícil, ellos son mi todo, me va doler no poder hacerles el desayuno, peinar a mi mamá, hasta ayudar a mi papá con sus cosas de electricidad, mmm, suspiro, va a ser muy difícil. Lo que sí tengo claro es que mis papás son mi ejemplo de un matrimonio feliz y quiero llegar a mayor y amarme tanto con Ricardo como ellos se aman.
Fin de flashback
Lave mi rostro, hoy era el día. Desde hoy mi vida daría un giro de ciento ochenta grados y voy a afrontar todo lo que se venga, mientras esté con él todo estará bien, daré todo de mi parte para que nuestro amor florezca.
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