Partieron con la celeridad de quien sabe que debe aprovechar la noche y a pesar de la indiscreción de la luna llena, consiguieron pasar desapercibidos entre los otros jinetes que encontraron en el camino, hasta refugiarse en la discreción de los árboles. El cementerio de Highgate quedaba muy cerca de Starlight place y de la zona boscosa que le pertenecía a los Collingwood, por lo que Duncan se cubrió aún más con su capa para si alguien los interceptaba, no lo reconocieran. Le provocaba ansiedad no poder controlar otros detalles de esa aventura y veía a Mei Lin tan concentrada que la desconfianza lo hacía temer una trampa. —¿Es solo a un amigo o quieren sacar a tomar el aire a más? —preguntó Barret, apretándose a Duncan para robarle el calor. —La tía de Baoyu le dejó toda su fortuna a un

