—Tengo que admitir que me has impresionado.
Veo al dueño de esa voz que me entrega un vaso con liquido. Solo bebo cuando me nace y no soy muy buena, tengo borracheras que soy tan impertinente como cariñosa. Pero el alcohol me tiene rabia, me embriaga muy rápido.
Mis borracheras en la universidad fueron producto de eso y luego Ashton me ha dicho que soy pésima con el alcohol. Dos vasos de cerveza y ya estoy sonríente y efusiva.
No te diré lo que hace el ron o cualquier bebida caliente. Soy una loca total y me pongo caliente como mucho.
—Suelo tener mi propio encantó.— veo el vaso y noto que no es agua. —Pero en este caso me gustaría saber a qué te refieres.
—Es zumo de naranja. — me insta a que lo huela. —Bueno, has dejado a todo el campus hablando que hay una mujer que le ha dado mierda a Zaddiel y su séquito. — agrega posicionándose a mi lado su calor enseguida me arropa. —Javi me ha dicho que le rompiste la nariz.
Por supuesto. Este campus parece ser más chismoso que la residencia con varias abuelitas y viejas.
Era lógico después de todo si es Zaddiel un Koch se iba a regar que una mujer lo jodió a el y su amigo. Puedo de hecho hasta pensar que deben de estar muy furiosos conmigo.
Santa mierda. Solo espero que no quieran hacer algo contra mí, no creo que sepan quién soy y si eso pasa la familia podría venir y las cosas se van a poner mal.
Y sinceramente no quiero que nada de eso ocurra. De todos modos, nadie absolutamente nadie me hace daño, ni me toca. Su culpa.
—A ambos. — le digo mirando mi vaso.—¿Porque tanto drama? No pensé que fueran tan chismosos.
—No es drama lindura. Es qué Zaddiel y sus amigos son intocables en todo Arizona. La gente le tiene miedo.
Arrugó mi cara. Bueno, eso se vio desde el primer momento que me tope con el.
Lejos muy lejos de toda la rabia interna que le tengo, admito que el tipo se hace temer. Su aspecto físico de niño de mami y papi queda opacado cuando te ve con esos ojos del color del mar, se siente hasta fríos.
Pero todo el, su aura que lo envuelve te advierte de peligro.
—¿Y tú? — le digo por la manera en que lo dice. Es seca y cortante. Todo el deseo contrario de temer pero si de precaución.
—Nah. Soy uno de los pocos que se la pasa por el forro. Antes, mucho antes de que se convirtiera en lo que es, fuimos amigos. — me cuenta. Gab, o Gabriel es un chico amistoso y tratable. —Estudiamos muchos años juntos y con eso llevo a una amistad. Hasta que es lo que es hoy en día, el no se mete conmigo ni yo con él. Hay un respeto de por medio.
Asiento en reconocimiento. Pero quizá es porque gabriel no le ha tocado enfrentarlo algo me dice que Zaddiel no es de los hombres de segundas oportunidades.
—Entiendo...
—Aun así me sorprende su comportamiento contigo. Nunca lo esperé de él. No suele ser así de grotezco con las mujeres...— me da una mirada inquisitiva. Cómo si se preguntar que yo he hecho algo para que el fuera de ese modo conmigo.
Subo una ceja. No sé pierde el movimiento incluso le parece curioso.
—¿Lo defiendes? — le pregunto incrédula.
—Digo lo que es... — me dice viendo hacia la piscina. —Zaddiel es una mierda con otros pero con las mujeres puede que sea pomposo o odioso, pero es su método operandi, después de todo las mujeres le caen como lluvia a los pies, sin embargo, contigo, es sospechoso su comportamiento. — se gira para verme — He visto como discuten por él como si fuera un maldito Dios, pero está muy lejos de todo ese drama, no se mete con mujeres ni porque este involucrado en el problema y jamás lo he escuchado alzando su voz contra alguna.
Suelto un bufido. Parece que realmente Gabriel lo conoce veo tanta sinceridad en su mirada. Esos ojos oscuros demuestran que lo que habla es en hechos. Aún así paso lo que pasó.
Yo me baso en lo que pasó.
—Bueno, es la clara evidencia que nunca llegas a conocer a una persona — le digo tomando del jugo.
—Parece que tienes razón. — la música está alta pero no tanto porque escucho su susurro.
Estoy en una fraternidad mi hermano le están celebrando el cumpleaños aquí. Es mejor esto que hacerlo en casa supongo, de todos modos ya el tenía sus planes y mañana cenamos con nuestro padre. Julián ha decidido no venir aquí para tener la mansión para el solo.
Hombre tenía que ser.
He conocido a varios de sus amigos, Gabriel es uno de ellos. Me ha caído muy bien.
Mario, Lucas, Brandon y Kyle. Son los otros.
Mario hasta los momentos solo ha Sido educado pero si mirada me demuestra picardía.
Lucas es un conquistador empedernido, desde que me presentaron me guiña el ojo y ha Sido coqueto. No lo culpo con ese cuerpo que se gasta.
Brandon viene siendo tan bien un casanova. Me ha dicho que si quiero salir de mi rutina diaria puedo subir con el a su habitación y conocer la galaxia. Me guiñó un ojo azul o verde. Por la noche no se qué color es realmente. Tiene el cabello ondulado y le cae desparramado por su rostro y nuca. Es muy lindo ese chico. Me recuerda un poco a Antuan.
Kyle es un auténtico rubio, me recuerda a los alemanes. Tiene pinta de niño bueno a toda regla como Gabriel. Inspira un aura de que es el que manda en el grupo de chicos, desde que me lo presentaron fue educado y cortez. Todo un dulce.
Si me pongo a comparar creo que Javier se encontró con un perfecto grupo de chicos que pese que estudien o hagan ese deporte de machos han creado una buena amistad.
—¿Que hacen? — una mano pasa por mi hombro y luego estoy sumergida en un abrazo desde atrás. Por el olor y la voz sé quién es. —Espero que no estés haciendo algo de lo que te vas arrepentir Gab. Es mi hermanita, mi princesa.
Estúpidamente sonrió feliz. Amo que me hagan cariño, que me demuestren cariño, que me hablen cariñoso. Todo lo contrario a como soy superficial y como me hago a conocer.
—Aqui hablando con la miyagi de tu hermana. — me río por la comparación.
Miyagi el chino de la película karate kid.
Mi hermano también se ríe.
—No debería de estarme riendo pero si que le has roto la nariz a esos dos — lo veo por encima de mi cabeza luce Alegre debe de estar ebrio. —Hay un vídeo de cómo pateas a Michael. ¡Carajo! Ya veo porque tú estabas tan decidida aprender artes marciales mixtas.
Si supieras...
Arrugó mi nariz porque fue un tiempo que de verdad era muy fastidiosa con el tema de defensa personal. Pero era para que ellos aprendieran. Yo ya sabia debido a mi familia materna.
—¿Sabes de pelea? ¡Wow! Y yo que pensé que era solo suerte. — agrega Gabriel. Me giro para ver y quizás es todo lo que he vivido hoy pero no parece sorprendido en nada.
Hay algo en su mirada que me alerta.
—Solo es lo básico tampoco es que soy la mejor. — me encojo de hombros y bostezo. Estoy cansada. —¿Dónde se supone que dormiré yo hoy?
—¿Ya estás cansada? — puedo notar a la perfección el tono agrio de Javier. Me encojo de hombros.
Estoy más que cansada.
—pase como doce horas entre vuelo y aeropuerto. Llegué al infierno y me tocó pelear con dos demonios y ponerlos en cintura. Te recuerdo que debajo de todo esto hay una mujer. — mi hermano parece recordar el suceso y como me vio vestida que se espabila. Tomando de mi mano.
Si es mejor que nos vayamos. Aunque saber que iré a mi casa y no a un hotel, prefiero el hotel.
—Duerme en mi habitacion. Es la puerta a mano derecha de la primera planta, pásale seguro para que no te molesten. — me dice Gabriel. El vive aquí.
—Si quieres podemos irnos — agrega mi hermano.
—No. Es tu cumpleaños yo solo necesito descansar algo. — le digo bostezando. —Estare arriba para cuándo nos vayamos me despiertas.
—En mi cuarto hay un baño por si quieres tomar una ducha y puedes coger lo que desees de mi armario. — agrega Gabriel antes de irme.
Mi hermano lo coge y se van hablar con otros hombres y yo termino por subir.
Acepto la propuesta de Gabriel y me doy una ducha en su baño, cojo una franela y shorts de deporte que me quedan gigantes. No me importa y cuando veo la cama caigo muerta.
En algun punto entre el sueño y la realidad escucho la puerta. Pero estoy tan agotada que no me esfuerzo en saber si es aquí o es mi imaginación. Cómo nadie hablo, no se escucharon pasos asumí que era producto de mi inconsciente.
Caí rendida en el sueño apenas presencié el olor. Por supuesto jamás dejaría que durmiera sola rodeada de hombres.