Beatriz despertó, sintiendo dolor en todo el cuerpo. Incluso antes de abrir los ojos empezó a llorar de nuevo, los recuerdos se iban aclarando, hubiera preferido no recordar.
Sintió los brazos de Kiel a su alrededor, tuvo que controlarse para no entrar en pánico, mentalmente reafirmó que él no era responsable de dos dolores.
– Está bien, corazón, ya no pasará más.
– Estoy desnuda.
No se había vestido después de la ducha.
– Lo sé. Está todo bien. Ni siquiera estoy debajo de las mismas sábanas.
Kiel se quedó allí abrazándola y la dejó llorar todo lo que necesitaba.
Benjamín notó el momento en que Belinda se despertó. Le besó los ojos, la cara y le olió el cuello.
– Buenos días, ángel.
– Buen día. ¿Ezequiel ya se levantó?
Él siempre se quedaba con ellos.
Ben le acarició la espalda.
