Capítulo 8

3263 Palabras
No recuerdo la última vez que había conseguido dormir tantas horas seguidas. Estiré las piernas nada más bajarme del coche. Electra se movía agitadamente. Necesitábamos salir a correr.  Ignorando los lloriqueos de Electra empecé a fijarme en mi alrededor. Delante de mí se alzaba la casa más espectacular que hubiese visto en mi vida. Más que una casa se podría decir que era una especie de palacio. Tenía al menos 5 pisos, sin contar con que probablemente tenga plantas por debajo. Parecía antigua, pero no estaba segura si realmente lo era, o si estaba construida así para parecerlo. Grandes columnas decoraban la entrada, donde había una enorme puerta de madera oscura abierta. Un camino de gravilla llevaba desde el parking a la entrada. Los laterales del camino estaban decorados con setos perfectamente podados y preciosas flores de colores.  A unos metros de nosotros Cas e Ian estaban hablando animadamente con un hombre. Le estudié detenidamente. Era bastante alto, muy musculoso, tenía el pelo rapado al cero, sus brazos estaban llenos de tatuajes y tenía una cicatriz bastante grande en el moflete izquierdo. Además, para completar su aspecto de sicario, estaba completamente vestido de n***o. Parece que es requisito tener un aspecto intimidante para ser parte de esta manada, pensé para mis adentros.  Me miró y sonrió ampliamente. Era gracioso ver a un hombre con un aspecto tan terrorífico sonreír de una forma tan simpática.  -“Bienvenidos a la manda Blood Moon”- Nos saludó acercándose a nosotros.-“Soy Mark, el Gamma de Blood Moon. Cualquier cosa que necesitéis no dudéis en comentármelo. ¿Quién de vosotros está al mando de los guerreros?”-  Mark transmitía ser una persona jovial y simpática, su aspecto engañaba completamente. -“Nosotros”- Le contesté, señalándome a mi primero y a Miguel después.- “Yo soy Catalina, encantada. El es Miguel, y estos son mi hermanos, Nico y Juan. Somos el cuerpo de élite del ejercito con Cas y otro chico que se llama Luis”. -“Perfecto”- dijo Mark sin dejar de sonreír. -“Pues si os parece, os voy a enseñar vuestros cuartos, así podéis iros acomodando. He fijado una reunión para después de comer con Alpha Kayden, Beta Ian y los Jefes Guerreros de nuestra manada. Así podemos organizar los horarios de patrullas y todo lo relacionado con el entrenamiento.” Le asentí afirmativamente. Mark cogió algunas de las maletas y nos dividimos el resto entre los demás. Subimos las pequeñas escaleras de la entrada y llegamos a un enorme recibidor. La escena que vimos nada más entrar me dejó absolutamente bloqueada.  Kayden estaba en la entrada abrazando a una mujer. La mujer era muy guapa. Era una chica alta, pelo n***o y liso, cortado por encima del hombro, tenía unos ojos azules enormes, la piel bastante pálida y un montón de pecas cubriéndole la cara. En brazos, Kayden sujetaba a una niña pequeña. Tendría unos 6-7 años como mucho. Era la mezcla perfecta entre Kayden y esa chica. Tenía el pelo n***o igual que la mujer, pero rizado. Un montón de pecas cubrían su carita. Tenía la misma boca y nariz que Kayden. Pero, lo que no dejaba dudas del parentesco entre ambos eran sus enormes ojos color plata. ¡¿Era posible que Kayden tuviese una hija?! Mi cabeza esta funcionando a mil por hora, tratando de encontrar una explicación razonable a lo que estaban viendo mis ojos. Por edad era posible que la niña fuese su hija, pero tendría que haberla tenido muy joven. A los 16-17 años. Pero a su vez, la chica esa parecía demasiado joven para ser la madre de esa niña, tendría como mucho 19 años. Sentía que el corazón se me iba a salir del pecho y la cabeza me iba a estallar. Necesitaba una explicación. De repente, y sin poder controlarlo, noté como un gruñido abandonaba mi cuerpo. Los celos recorrían mis venas.  Mierda. Mierda. Todo el mundo se quedó en silencio. La mujer que abrazaba a Kayden se aparto y me miró, analizándome con curiosidad. La niña pequeña me miraba con miedo en sus ojos, y me fije en como sus manitas se agarraban a la camiseta de Kayden buscando protección. Kayden, como siempre, me miraba inexpresivamente. “Wow, espectacular presentación”, escuché la voz de Cas en mi cabeza. La miré disimuladamente y vi como se tapaba la boca con una mano para disimular la risa.  Ian fue quién rompió el incómodo silencio.  “¡Lily!”- dijo alegremente dirigiéndose a la niña. Pasó por delante nuestra y se acercó a la niña pequeña con los brazos abiertos. La niña se bajo de los brazos de Kayden y corrió a abrazar a Ian.  -“¿Qué tal estas Ian?”- dijo la niña riéndose alegremente. -“¡Muy bien!¿A que no sabes que?”- Le preguntó Ian a Lily. Lily ladeó la cabeza con curiosidad-“¡He encontrado a mi mate”- La pequeña boca de Lily se abrió en forma de O. La mujer se al lado de Kayden también miró a Ian sorprendida. -“Lily, Bela, esta es mi mate, Casandra, aunque podéis llamarla Cas”- dijo Ian mirando a Cas con cariño, mientras la cogía de la mano y la arrastraba para presentarla.  Todos comenzaron a presentarse y abrazarse. Mientras Miguel, mis hermanos y yo permanecíamos de pie en un silencio incomodo. Mark debió de notarlo,  porque se acercó a nosotros, con su enorme sonrisa y nos dijo:  -“Acompañadme, os llevaré a vuestros cuartos, debéis de estar agotados”- le sonreí agradecidamente,  y le seguimos.  La casa era impresionante. Yo pensaba que nuestra casa en España era grande, pero comparado con esta, la nuestra era una casita de campo. Los techos eran altos y entraba muchísima luz por las enormes ventanas. Todo estaba minuciosamente decorado en blanco y gris. Mark nos dijo que esos eran los colores de la manada. Nuestras habitaciones estaban en la segunda planta. Había ascensores para subir. Enserio, ¿Quién tiene un ascensor en su casa?, esta casa es un absoluto despropósito.  Mi cuarto era bastante grande. Tenía una cama de matrimonio en el medio, decorada con sabanas blancas y cojines grises. Una alfombra gris cubría el suelo. A la derecha había una ventana enorme que daba a una pequeña terraza, donde había dos sillones individuales. En el otro extremo de la habitación había un escritorio gris con una silla. Toda la pared eran armarios. En el lado izquierdo había una puerta blanca que daba al baño. La verdad que este cuarto era más lujoso que el mío en Luna Llena, pero eso nos solía pasar cuando íbamos a otras manadas más grandes. Deshice mis maletas y decidí darme una ducha. Necesitaba despejarme. Al salir de la ducha cepillé mi pelo mojado y me puse un uniforme limpio. Mientras me vestía me fije que el sol daba agradablemente en mi terraza. Decidí salir a leer en el sillón. Se estaba muy bien fuera, aunque pegaba bastante el sol. Normal que Kayden e Ian estuviesen tan morenos. Sentada en la terraza noté algo en lo que no había caído antes: olía a mar. Debía de haber una playa cerca. Intenté concentrarme en mi libro, pero no me enteré de nada de lo que estaba leyendo. Mi mente no dejaba de proyectar la imagen de la niña de rizos negros y ojos grises. Electra me repetía constantemente que esa niña no podía ser la hija de nuestro mate. Lily había dicho que se llamaba. La verdad que era una monada de niña. ¿Me habría rechazado Kayden porque tenía una hija con otra persona? Mi mente empezó a fantasear imaginando como serían los hijos de Kayden y míos. Ojalá tengan esos ojos grises-plateados. De pronto, me di cuenta en lo que estaba pensando y agité la cabeza intentando sacar esos pensamientos de mi cabeza. ¿Qué me está pasando? Imaginándome con Kayden y con hijos, maldito mate-bond. Esto se me está yendo de las manos. No, no y no. Yo voy a obtener mi explicación y rechazarle. Nada de tener hijos. Un golpe en la puerta interrumpió mi regañina a mi misma. El olor de Cas inundo mis orificios de la nariz y la invité a pasar. Salió a la terraza donde estaba y se sentó en el otro sillón. Me sonreía alegremente, claramente intentando contener la risa. -“¿Que quieres?”- Le pregunté molesta. Ya sabía perfectamente que quería, solo que no pensaba darle el placer de preguntarle directamente. -“Traigo las respuestas que quieres”- Contestó mientras jugaba con sus rizos. Siempre que Cas estaba nerviosa, emocionada o preocupada se tocaba los rizos constantemente. -“No sé de que me hablas”- Le contesté cerrando los ojos para tomar el sol.  -“Oh venga ya, esperaba que al menos rogases un poquito”- Se quedó en silencio esperando mi contestación, pero no dije nada. -“¿Enserio?, ni un ¿porfa Cas te lo suplico cuéntamelo?”- Me reí y negué con cabeza, sin abrir los ojos. –“Qué aburrida eres a veces”- Dijo haciendo pucheros-“Bueno pues te lo cuento. Lily y Bela son… Las hermanas pequeñas de Kayden” Abrí los ojos de golpeé y me levanté de un salto. Cas tenía los brazos abiertos de par en par, como si acabase de dar una gran noticia. -“Estas de broma, Casandra, dime que estas de broma” -“No, no es broma”- dijo por fin empezando a reírse- “Has gruñido a la hermana de 17 años de Kayden”. -“Me cago en la puta”- dije mientras me sentaba y me cubría la cara con las manos. Notaba como me ardía la cara entera. Que vergüenza por dios.  Cas no dejaba de reírse, es más, se estaba agarrando la tripa, que debía de haber empezado a dolerle de tanto reírse. Le di un empujón y se cayó del sillón. Cas dejó de reírse y me miró seriamente. Duro dos segundos así, antes de volver a estallar en carcajadas, aunque esta vez la acompañé. -“¿Qué es tan gracioso?”- La cara de Nico y Juan estaba asomada en el balcón de al lado y nos miraban con curiosidad. -“¡Sois unos cotillas!”- Protesté. -“¡Nada! Solo comentábamos lo mona que es la hermana de Alpha Kayden”- Dijo Cas, apenas conteniendo la risa. -“¡Os juro que pensaba que era su hija!”- Dijo Juan. “-¡Yo también!”- exclamó Nico.  “- Tranquilos que Cat también”- Contestó Cas, esta vez sin contener la risa. Le di un puñetazo en el brazo. Maldita Casandra -“Nico y yo vamos a bajar a comer con Miguel, ¿Os venís?”- Asentí y arrastré a Cas conmigo. Quería que se acabase esa conversación inmediatamente.  Nos perdimos varias veces buscando la cocina. La casa era enorme. Sinceramente, no estaba segura de si iba a saber volver a mi cuarto, la orientación no era uno de mis puntos fuertes. Cuando llegamos a la cocina me quedé boquiabierta. Más que una cocina era un comedor. Había mesas y sillas como para que se sentasen a comer 100 personas. La cocina era como de un restaurante, y había al menos 15 personas preparando la comida.  Me fijé que en una de las mesas estaban algunos de los guerreros de mi manada. Me acerqué a saludarles y a asegurarme de que todo estaba bien. Entre los guerreros estaba Luis, el army-mate de Cas. Cas corrió a abrazarle y se pusieron a hablar animadamente.  Luis es un chico simpático. Muy alto, pelirrojo y con muchas pecas. Yo no tengo demasiada relación con el, pero Cas y él son uña y carne. Hace un par de años Luis descubrió que su mate era otro de los guerreros de la manada. Concretamente, uno de los guerreros que ha venido con nosotros, Nathan. Se pasaban todo el tiempo juntos, entonces yo ya no le veía tanto, pero Luis siempre sacaba tiempo para estar con Cas. Después de hablar un rato con ellos, Cas y yo cogimos un plato y nos sentamos con nuestros hermanos. Estábamos hablando tranquilamente cuando noté que alguien tiraba de mi camiseta. Al girarme, me encontré con unos rizos negros y unos enormes ojos plateados. -“Hola”- dijo cantarinamente –“Me llamo Lily, ¿Tú como te llamas?” -“Yo soy Catalina, pero me puedes llamar Cat o Cata, como prefieras”. Le contesté sonriéndola. -“¿Cat? ¿Cómo el animal? (gato en inglés)”- frunció dijo frunciendo el ceño. Todos estallamos en carcajadas.  -“ Justo, como el animal”- dije sonriéndole. La verdad que era una monada de niña, tuve  que contener las ganas de darle un abrazo.- “Ven siéntate con nosotros”.  La invitación pareció hacerle muy feliz, ya que corrió a sentarse en una silla al lado de mí.  -“Sois iguales”- Dijo mirando fijamente a Nico y a Juan. Juan se atragantó de la risa con el comentario. -“Yo creo que estas viendo doble”- Dijo Nico haciéndola rabiar. -“¿Tu ves dos o uno?-Pregunto Lily a Miguel mirándole seriamente.  -“Yo la verdad que solo veo uno”- Dijo Miguel haciendo como que buscaba al segundo.  - “No les hagas ni caso”- Dije intentando no reírme ante su mirada confusa –“Estos son Nico y Juan, son mis hermanos mayores, y son gemelos, por eso son iguales. Y ese de ahí es Miguel, es el hermano mayor de Cas”.  Lily comprendió que se habían reído de ella y les sacó la lengua enfurruñada, pero el enfado se le pasó unos segundos después. Estábamos todos embobados escuchando como Lily nos contaba lo perfecta que era la bici rosa con luces que le había comprado Kayden por su cumple hacía unas semanas cuando apareció Bela.  -“Lily te he dicho mil veces que no puedes molestar a la gente mientras come”- Regañó a Lily mientras la cogía en brazos.  -“ Tranquila no nos molesta. La historia sobre su bici luminosa nos estaba encantado a todos”- Contesto Miguel. WOW. Miguel hablando más de dos palabras y sonriendo. Me lo cuentas y no me lo creo. -“Antes no hemos tenido la oportunidad de conocernos. Soy Isabela, aunque todos me llaman Bela.”- Dijo con una sonrisa. La verdad que la chica era espectacular, sin ninguna duda podría haber sido modelo. Especialmente por su altura y sus piernas largas. Nico nos presentó a todos y hablamos un rato con Bela. Físicamente no se parecía nada a Kayden, pero podías ver rasgos de personalidad muy similares en ambos. Bela era más agradable y sonreía más, pero se notaba que era una chica con carácter.  -“Ay que casi se me olvida”- Dijo mirándome- “Kayden e Ian te estaban buscando para no se que de una reunión”. Asentí y Miguel y no nos pusimos en pie.  Dudé un segundo, pero decidí acercarme a Bela. -“Bela, respecto a lo de antes, yo…”- -“Ni te preocupes, está olvidado”- Me cortó con una sonrisa. Asentí agradecida, y salí del comedor con Miguel. Preguntando a varias personas conseguimos llegar a la oficina de Kayden. Llamé a la puerta y entramos. Kayden, Ian y Mark ya estaban allí, acompañados de dos hombres enormes, que claramente eran guerreros. Se llamaban Bruce y Máximo, y eran los jefes dentro del ejército de Blood Moon. Después de la presentación, comenzamos la reunión.  Durante varias horas hablamos sobre las estrategias de defensa de la manada. Organizamos los turnos de patrulla, incluyendo a nuestros guerreros, y estudiamos los peligros a los que se enfrentaba la manada. 3 manadas diferentes habían declarado la guerra a Blood Moon en el último mes, aunque todavía nadie había atacado. A decir verdad, esto era muy raro. Normalmente las manadas solo se atacaban unas a otras cuando había algún motivo. Sin embargo, estas declaraciones habían surgido de un día para otro, sin ninguna explicación. A esto había que añadirle un cada vez más creciente problema con los rogues. En el último mes había habido más de 20 ataques, cobrándose la vida de 9 personas, entre ellas dos niños.  Mark me entregó un gran número de papales metidos en carpetas, en los que estaban recogidos todos los detalles sobre los ataques, las victimas y ltambién los detalles sobre las manadas que habían declarado la guerra a Blood Moon. Había algo que no terminaba de encajarme en todo esto, pero no conseguía caer en que era. Así que decidí llevarme los papeles a mi cuarto, para repasarlos en mis noches de insomnio.  Cuando terminamos la reunión, Miguel y yo nos levantamos para irnos. Kayden parecía cansado, se notada que la situación le preocupaba. Tenía el pelo despeinado después de habérselo estado tocado ansiosamente durante toda la reunión. Tuve que reprimir mis ganas de ir a abrazarle para reconfortarle.  -“Mañana he citado a las 7 am a todos los hombres de entre 17 y 23 años en el campo de entrenamiento. Fuera de esa franja de edad, es voluntario presentarse. Mark os acompañará para que podáis encontrarlo.”- Mi dijo Ian cuando ya iba a abrir la puerta.  Me giré y le miré fijamente. -“ Llama también a las mujeres entre 17 y 23 años, Beta Ian”- Le contesté. No era una petición, era una orden.  -“En nuestra manada nunca han peleado las mujeres”- Contesto Ian dubitativamente mirando a Kayden, quien me miraba inexpresivamente sin decir nada.  -“Siempre hay una primera vez para todo”.- Contesté, luchando por que la rabia que sentía no se me notase en mi cara ni en mi voz.-“Yo no hago distinciones por sexos Beta. La única diferencia importante a mis ojos es la diferencia entre un buen guerrero y un mal guerrero, nada más. Según he entendido Blood Moon quiere mejores guerreros, pero también aumentar su ejercito. Traednos a todas las personas que tengan edad de pelear y nosotros haremos el resto. Buenas noches”. Sin esperar respuesta giré sobre mis talones y salí de la habitación seguida por Miguel.  Dejé las carpetas de papeles en mi cuarto y decidí salir a correr. Electra llevaba pidiéndomelo a gritos desde que habíamos llegado, así que le deje tomar el control y salimos a explorar. Resulta que, tal y como había sosprechado, Blood Moon estaba al lado de la costa. Corrí recorriendo los acantilados y llegué a la playa. Contemplé durante un par de horas las olas romper contra la orilla. El mar siempre me había encantado. Era lo que más había echado de menos de nuestra casa en España.  Cuando me di cuenta de lo tarde que era, decidí volver a casa. Me di una ducha rápida y me metí en la cama.  Mañana iba a ser un día largo e interesante.  Primer día de entrenamiento de la manada de Kayden.  Y Kayden estaría allí mirando.
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