Prólogo
Tres años atrás
–Te amo. –Susurra Daniel mirándola a los ojos, mientras se introduce despacito, con mucha apacibilidad. Fue un te amo, sincero, con palabras que salían desde el fondo de su corazón, fue quizás lo más verdadero que ha dicho hasta el momento. Su amor es tan grande que no se plantea ni un minuto de la vida sin ella. –.Tócame por favor, ¡Ámame! –Pide de manera desesperada.
–Yo también te amo. –Responde Anna, con intensidad, con mucha fuerza, con toda la pasión de que es capaz. Daniel y Anna llevan ocho meses de intensa relación, una relación a escondidas, es prácticamente el mismo tiempo que tiene Anna trabajando como becaria en la empresa Manhattan Consulting Group, propiedad de la familia Campbell, ubicada en el bajo Manhattan, en la calle Wall Street, donde está el corazón histórico del distrito financiero de Nueva York.
Anna es de descendencia española, por parte de su padre, pero ella y su hermana se mudaron a Nueva York cuando eran muy pequeñas a vivir con su abuela materna cuándo sus padres murieron en un accidente, quedando las dos al cuidado de su abuela, fueron años encontrándose, adaptándose a una vida que ellas no pidieron, pero a la que se acoplaron como unas neoyorquinas más. Años extrañando a sus padres, hasta que, como es ley de vida su abuela murió y a partir de ese momento Susam y Anna han vivido solas. Susam es la mayor, tiene veintisiete años, mientras que Anna tiene veintitrés, Susam está casada con Ethan, que trabaja en un banco en nueva York, y ella trabaja en una cadena de tiendas muy famosa, mientras que Anna estudió la carrera de Ciencia Empresariales, por ello está trabajando como becaria en Manhattan Consulting Group. Cuando terminó la carrera de empresariales le dieron varias opciones para realizar las practicas, ella decidió escoger esta empresa por el potencial que tiene en el mercado, actualmente es una de las mejores.
–No es cierto, yo te amo tanto que duele, te quiero conmigo para siempre y te prometo que lo voy a solucionar mi amor, te prometo que le diré a mi familia que nos amamos y estaremos juntos para siempre, no voy a esperar los cuatro meses que te faltan para terminar tu año de práctica. –Responde Daniel obnubilado, enamorado. Anna al escuchar a Daniel hablar, está feliz. Nadie sabe de su relación, porque al ser becaria y Daniel el hijo del dueño de Manhattan Consulting Group han tomado la decisión de mantener la relación en secreto. Daniel es el subdirector de la empresa, su padre Don William Campbell es el Ceo, esta empresa se dedica a prestar servicios profesionales de consultoría y asesoramiento a personas, empresas y países.
Daniel desde el primer día que vio a Anna entrar a su oficina quedó prendado de ella, y aunque Anna evitó por todos los medios tener una relación con el hijo del dueño no pudo evitarlo, porque ella también se enamoró, es un amor donde los dos se han entregado sin medida, sin restricciones, un amor único en un millón, tanto que Daniel muchas veces se pregunta ¿Cómo su familia no se ha dado cuenta? Porque desde que está con Anna es el hombre más feliz del mundo, y todo lo enfrenta con una gran sonrisa, porque sabe que la recompensa final es Anna desnuda en su cama, tal como la tiene ahora y está seguro que la quiere tener así para siempre.
Él, un hombre de mundo, mujeriego, dado a follar donde quiera y como quiera, un hombre al que nunca le ha faltado nada, que no se detiene ante nada, ha cambiado tanto que ya no piensa en lo que fue. Desde hace ocho meses solo se acuesta con Anna y no quiere hacerlo con nadie más. Por ello está dispuesto a enfrentar a sus padres, está dispuesto a decirle que está enamorado y que quiere una vida junto a la mujer que ama, no sabe cómo lo tomaran, pero le da igual, su madre Doña Amanda será a la que menos le guste esta decisión, ella quiere casar a su hijo con alguien que esté a la altura de la familia Campbell, según sus propias palabras. Los Campbell son una de las familias más influyentes de Manhattan y para la señora Amanda, nadie está al nivel de su hijo, es una mujer fuerte, capaz de todo para preservar el honor y la posición social de su familia, una mujer que no se detiene ante nada para lograr su propósito.
Para Daniel, Anna es lo mejor que ha conocido, es una chica sencilla, sincera y guapa, tanto por fuera como por dentro, es preciosa, tiene una piel que con solo tocarla se eleva al infinito y una cabellera rubia que le cae por toda su cara y ¿sus ojos? Sus ojos es lo más bonito que ha visto en su vida, es un color entre amarillo y verde que no ha podido definirlos.
–Mírame amor, quiero ver tu cara mientras me derramo. –Pide Daniel excitado tocando la cara de Anna con las dos manos. –.Quiero mirarme siempre en tus ojos, es lo único que quiero ver.
–Yo también quiero mirarme en ti mi amor, siempre. –Responde Anna con la mirada enfebrecida.
Daniel se derrama dentro de Anna, se derrama con todo lo que tiene, lo hace tan fuerte, que el último pensamiento que pasa por su cabeza, es que quiere tenerla muy dentro de sí, que solo él quiere tener el privilegio de verla como está en este momento; saciada, desmadejada y hermosa en su cama, si, quiere tener a Anna para siempre en su cama, en su casa y en su vida.
Todo el tiempo que tienen viéndose lo hacen en el apartamento de Daniel, ubicado en el barrio Upper East Side, es una finca céntrica, con unas vistas impresionantes al rio Hudson y al Central Park. Desde que terminó los estudios en Londres y regresó a Nueva York para incorporarse al negocio familiar, se compró este apartamento y aunque siempre ha sido un hombre mujeriego, Anna es la única mujer que ha pasado la noche en su casa y en su cama.
–Amor, me tengo que ir a casa, mi hermana debe estar preocupada. –Informa Anna, sin ganas de irse, quiere quedarse allí para siempre, siente que Daniel es su hogar, es donde quiere estar, pero las cosas no son tan fáciles, aunque Daniel no sabe nada, en la empresa le están poniendo todo muy difícil y Alexa, la mano derecha del señor Campbell le está haciendo la vida de cuadritos, es la eterna enamorada de Daniel y aunque Anna no sabe si alguna vez hubo algo entre los dos, sabe que Alexa sueña con tener algo con Daniel.
–No mi vida, quédate esta noche, no quiero que te vayas. –Pide Daniel con cara de pena, al tiempo que la abraza, no quiere que Anna se vaya, quiere tenerla con él toda la noche, pero sabe que es imposible, Anna casi no se queda a dormir fuera, no quiere que su hermana le reclame, por eso quiere hacer las cosas bien y casarse, solo así la tendrá junto a él toda la vida.
–No puedo Daniel, tengo que llegar a casa de mi hermana, te prometo que cuando hable con tu familia, también lo haremos con mi hermana y todo se arreglará, así voy a poder quedarme toda la noche, ¿Qué digo toda la noche? Toda la vida mi amor. –Responde con alegría.
–Así será mi vida. –Responde sosteniendo la mirada –. ¿Te llevo? –Pregunta alcanzando su vaquero, Anna se queda con la mirada hecha chivirita mirándolo, Daniel tiene un cuerpo y un culo que le hace la boca agua a cualquiera, es muy guapo, tiene unos ojos azules y una cara que quita el aliento a cualquiera.
–De acuerdo. –Responde Anna empezando a vestirse, mañana debe llegar temprano a la empresa, Alexa tiene un montón de trabajo para ella, además se ha quedado con las llaves del archivo donde se guarda toda la información importante, hoy Alexa se las dio para que sacara una información de un cliente y ya no tuvo tiempo de devolvérselas porque se había ido. La verdad es que no sabe porque se las dio pudiendo ir ella a buscar los documentos, esa zona está totalmente restringida pero no quiso llevarle la contraria, ya suficiente tiene con que la trate mal sin motivo aparente, porque el único motivo seria Daniel, pero ella no sabe que están juntos, o eso cree. Mañana tiene que llegar a primera hora para devolvérselas y esperar que no la culpe por llevárselas, pero ella fue quien salió primero de la empresa, por lo que a Anna no le quedó más remedios que quedárselas.
Salieron de casa de Daniel, dirección a la casa de su hermana que está ubicada en el barrio de Harlem, son aproximadamente veinte minutos en coche, aunque a Anna le da igual coger el metro, pero a Daniel le gusta llevarla, aunque la deje una esquina antes de la casa de su hermana.
–Déjame aquí amor. –Pide Anna triste, sabe que mañana verá a Daniel en la empresa, pero no es lo mismo, tienen que guardar las apariencias hasta que Daniel hable con sus padres y lo piensa hacer este fin de semana, así que solo queda esperar.
–Quédate un poco más. –Pide Daniel deteniendo el coche y quitando los cinturones para traerla a sus piernas.
–Vale, cinco minutos. –Asiente Anna acomodándose en sus piernas todo lo cómoda que la estreché del coche le permite.
– ¿Quieres que te recoja mañana? –Pregunta Daniel. Muchas veces la recoge y la lleva al trabajo, solo que como en esta ocasión también la deja un poco antes de las oficinas.
–No, no te preocupes me voy en metro, mañana debo llegar temprano, Alexa tendrá un montón de trabajo para mí.
– ¿Te da Alexa mucho trabajo? –Pregunta de forma inquisitiva, Anna en seguida se arrepiente de lo que ha dicho, no quiere que Daniel se entere que Alexa algunas veces abusa.
–Nooo, el normal, además a mí me gusta lo que hago, a propósito creo que Alexa está enamorada de ti. –Contesta Anna con mirada interrogativa.
–No lo sé, pero me da igual, yo solo quiero que una chica con mirada indefinida se enamore de mí, lo demás me da igual.
–Me alegro. –Responde Anna aliviada, bajando del coche, su hermana le hará preguntas y ella aún no está lista para contestar –.Esa chica está enamorada de ti. –Afirma Anna desde la acera caminando a su casa.
– ¡Me alegro! hasta mañana amor, no olvides que te amo, que eres mi vida. –Se despide Daniel.
–Hasta mañana mi vida, yo también te amo. –Responde Anna, mandando un beso desde la acera.
Anna se va a casa, pero Daniel se queda un rato mirando su espalda, quiere ver que entre a casa, quiere saber que está a salvo, porque Anna se ha convertido en su vida, no concibe la vida sin ella, la tiene metida en su piel, jamás pensó que se enamoraría de esta manera, pero así ha sido, se ha enamorado y sabe que es un amor para toda la vida, que es un amor de esos que perduran a través del tiempo.
Afortunadamente cuando Anna llegó a su casa, su hermana no estaba, dejó una nota que se había ido a cenar fuera con Ethan, Anna se duchó, se acostó y se durmió en seguida. Se acaba de despertar con la alarma del teléfono, son las siete de la mañana, hasta las nueve no tiene que estar en la empresa, pero hoy quiere llegar temprano, se levanta y va a la cocina a desayunar.
– ¡Hola! –Saluda su hermana que ya está sentada tomando café.
– ¡Hola Susam! Anoche caí muerta, no sentí cuando volvieron. –Infiere Anna sirviéndose una taza de la cafetera.
–No llegamos tarde, pero tú sí está saliendo tarde del trabajo. –Responde Susam mirándola.
–No, a la hora de siempre, pero quedé con un amigo y…
–No me tienes que contar nada si no quieres, cuando esté preparada yo voy a estar aquí, recuérdalo. –Dice Susam levantándose de su silla.
– ¡Gracias hermana! ¡Te quiero! –Responde Anna agradecida.
–Yo más, soy tu hermana mayor. –Se despide dirigiéndose a la puerta –. Hasta luego cariño.
–Bye. –Se despide Anna con la mano.
El conglomerado de oficinas de Manhattan Consulting Group abarca todos los niveles de consultoría, hay consultores para grupos de empresas grandes a nivel mundial y empresas pequeñas, engloba cinco grandes funciones como; Recursos humanos, Comercialización y promoción, Finanza y contabilidad, infraestructura de la comunicación y el más importante que es el apoyo administrativo personalizado de cada consultor a las empresas. Este último es el trabajo de Daniel, es quien tiene que viajar ofreciendo su experiencia a las diferentes empresas. Anna está en el departamento de Finanza y contabilidad, que lo dirige Alexa, espera poder llegar a otros departamentos, este no le gusta tanto, pero es becaria, tiene que estar donde la manden.
– ¡Hola Alexa! –Saluda Anna cuando entra a la oficina, mete la mano en su bolso para sacar las llaves, pero Alexa la interrumpe.
–Déjalo, luego me las devuelve, ahora tiene que pasar al despacho de señor Campbell que te está esperando. –Pide Alexa con mirada lobuna
– ¿A mí? Pero quien tiene trato directo con el señor Campbell eres tú –Responde Anna extrañada, porque es cierto al señor Campbell solo lo ha visto de lejos, o alguna que otra el saludo de buenos días y hasta luego.
–Tienes que pasar Anna, te están esperando. –Con esta frase ya Anna tiene los pelos como escarpia, piensa que se han enterado de lo ella y Daniel y la van a echar antes de terminar sus prácticas.
–Vale. –Murmura con voz bajita.
Anna nunca había estado en la oficina del señor Campbell, esta oficina impone, está ubicada en toda una planta con un vestíbulo impresionante, pero Anna no se está fijando en la decoración, en lo único que ha fijado su mirada es en las personas que acompañan al señor Campbell. Está doña Amanda; la madre de Daniel; es una señora de unos cincuenta años, pero que aparenta de treinta, cosa que parece paradójico porque Daniel tiene veintisiete, viste siempre a la última, el pelo lo lleva como si acabara de salir de la peluquería o como si no hiciera ni una pisca de viento o frio, no se le mueve ni una hebra, tiene una figura estilizada, en fin… una señora de esas que te miran por encima del hombro.
Otra cosa que le llama la atención a Anna es la mirada de Daniel, tiene una mirada tenebrosa, no la mira como siempre, con amor, con ternura, no, la mirada de Daniel es fría, sin sentimiento, pero hay dos personas más que Anna no sabe porque están aquí, cuanto menos porque la llaman a ella, para estar delante de dos policías, ella no ha hecho nada.
– ¿Es usted la señorita Anna Asensio? –Pregunta uno de los agentes.
–Sí, soy yo. –Contesta Anna mirando a Daniel tratando de encontrar una repuesta.
–Señorita Asensio, queda usted detenida por entrar a un área restringida, que es solo para personal autorizado, extraer documentos confidenciales y vender la información a terceros.
– ¿Qué? –Pregunta Anna sin entender nada.
–Lo que acaba de escuchar señorita, tiene que acompañarnos.
–Señor, se está equivocando, yo no he hecho nada de lo que usted dice.
– ¿A no? –Pregunta Daniel acercándose a Anna, la mira con odio, con rencor, en el momento que Anna ve esa mirada sabe que está perdida, que nadie la salvará
–No Daniel, te lo juro, estos policías se equivocan.
– ¿Dónde están las llaves que le sustrajiste del bolso a Alexa? –Pregunta Daniel con cara de odio.
– ¿Qué? ella me las dio para…
– ¿Dónde están las llaves señorita?–Repite la pregunta uno de los agentes.
–Aquí pero… –Responde Anna sacando las llaves de su bolso.
–No hay nada más que hablar, tiene derecho a permanecer callada cualquier cosa que diga puede ser usada en su contra. Tiene derecho a una llamada y a un abogado en tal caso que no tenga dinero para contratar uno privado el estado le suministrará uno gratuito. –Uno de los policías le lee los derechos que tiene, mientras le pone las esposas, Anna no puede hablar, no dice nada, se da cuenta que ha sido víctima de la trampa más atroz, se da cuenta que no gana nada hablando porque todo ha sido preparado por la madre de Daniel y Alexa.
–Eso te pasa por estar contratando gentuza querido, ¡Disque becaria! –Expresa doña Amanda mirando a Anna con mirada victoriosa, sabe que ha ganado.
–No quiero verte jamás en mi vida, mujeres como tú me dais asco, eres lo peor que se ha pasado por mi vida, te odio y me odio también por creer que tú podías ser diferente. –Es lo último que escucha de boca de Daniel.
Anna no contesta, sabe que no tiene sentido, está vacía, es un ser carente de emoción, que ha sido víctima de la trampa más repugnante solo por el simple hecho de enamorarse de quien no debía, porque ahora lo tiene más claro que nunca, jamás debió enamorarse de Daniel Campbell.