21.

2108 Palabras
...Lo arrinconaron  en una esquina, eran tres hombres fornidos y con pasamontañas en el rostro. —Nunca debiste meterte con él —le dijo uno de ellos. La pregunta era: ¿de quién le hablaban? Acto seguido e interrumpiendo sus pensamientos un puñetazo en el abdomen hizo que el aire de sus pulmones desapareciera. Ahora comprendía la sensación de estar sin oxígeno,  era horrible. Trató de incorporarse y recibió en respuesta otro golpe en el pómulo derecho. Trato de llevarse la mano a aquella zona, pero le sujetaron ambas muñecas con demasiada fuerza, a esa hora era imposible que alguien lo ayudara,  iba a ser una paliza épica. De pronto una figura que se le hacía conocida  cargo en contra de sus atacantes, se deslizó con pesadez en dirección al suelo desde donde intentaba recordar cómo respirar,  a los pocos segundos lo logró y aclaró la vista para ver a su defensor. Lo que vio lo dejó pasmado… Benjamin, su novio era quien lo defendía,  Daniel no sabía que aquel chico supiera pelear tan bien. En primer lugar sus agresores eran muy musculosos, era altos y eran tres. Eso no pareció intimidar a su chico ya que le dio un  puñetazo a uno de ellos, al otro le hizo una llave con el brazo arrastrándolo para que con esa misma fuerza derribara  al último. — ¿Daniel? ¿Estás bien? —El moreno asintió con lentitud, movió los labios pero de ello no salió sonido alguno. —Dan, ¡responde! —urgió el ojiazul. No pudo responder ya que Ben fue literalmente lanzado hacia atrás,  un sonido sordo retumbó en aquel espacio, era más que claro que alguien había impactado con uno de los muros en ese oscuro callejón,  un gruñido de dolor y nada más. Pasaron unos segundos antes que varios cuerpos comenzarán a moverse entre sí,  golpes y quejidos,  por alguna razón Daniel sabía que su bomboncito era quien daba pelea, no tenía la certeza de que estuviera ganando pero confiaba en que así fuera. ***** Benjamin le prometió a su novio que llegaría temprano más no fue de esa manera, en su último turno se presentó un evento importante por lo tanto no podía irse del restaurante hasta que la actividad concluyese,  se esmeró en atender de buena manera los comensales, incluso ayudó al chef principal en asuntos de cocina,  la noche estaba oscura y demasiado fría cuando salió de su trabajo. Diane y Steve pretendían irse solos a casa pero el sentido común de Ben impidió dejarles hacer esa estupidez, los acompañó a casa, por suerte ambos vivían relativamente cerca el uno del otro por lo que no fue necesario caminar más de lo debido. Fue ahí donde apretó el pasado pues sabía que su novio no estaría para nada contento de que llegara relativamente tarde, sumado a eso que el ambiente se tornó aún más frío haciendo que enrollara  ambos brazos alrededor de su torso en busca de calor y no morir congelado. Las calles estaban en movimiento,  algunas áreas si denotaban la ausencia de vida pero era inevitable pasar por allí si quería estar en casa lo antes posible. Iba ensimismado en sus pensamientos que por poco y no advierte que varios hombres arrastraron a otro al interior de un callejón,  sacó su teléfono y marcó al 911. Reportó el posible asalto que se estaba suscitando en ese momento,  pero su sentido común lo traicionó de nuevo y se adentró en la oscuridad de aquel lugar para tratar de ayudar al hombre que estaba siendo atacado. La luz era escasa pero logró divisar a sus objetivos en una esquina muy oscura. Se acercó más justo cuando uno de aquellos hombres le propinaba un puñetazo en el rostro al otro,  se le hizo imposible no reconocer que ese chico era en realidad su novio, su Daniel. De inmediato y por acto reflejo se aproximó decidido a defender al amor de su vida, le dio un puñetazo al primero y aplicó una llave muy buena al otro de tal manera que lo lanzó hacia el último provocando que los dos cayeran adoloridos. Corrió al lado de su amado, se encontraba en shock y como no sí estaba punto de recibir una paliza. — ¿Daniel? ¿Estás bien? —preguntó preocupado a lo que solo logró asentir con la cabeza, se percató del movimiento de labios que se esforzaba por hacer el moreno pero ninguna palabra salió de ellos. No recibió respuesta pero no siguió esperándolo, aquellos bribones lo tomaron de la nuca para apartarlo,  logró zafarse a medio camino,  aplicó demasiada fuerza en aquel movimiento que envió a uno de ellos directo a la pared que tembló ante el impacto. No se concentró mucho en aquello sino que toda su atención se encontraba en no dejar ir a esos bastardos  que osaron lastimar a su amor, les dio golpes a diestra y siniestra, la furia había hecho mella en él cegándolo de irá ignorando los golpes que en vano aquellos hombres trataban de propinarle, llegó a ver sangre y fue ahí donde se detuvo, nunca había sido así de impulsivo, se asustó de si mismo pero recordó por quien lo hacía y la culpa desapareció,  a lo lejos la sirenas de las patrullas hacían acto de presencia, se distrajo lo suficiente como para que los tres asaltantes se desvanecieran rápidamente con temor a ser capturados. Cuando menos lo supo los oficiales ya estaban con ellos, uno de los policías  se aproximó y tomos sus muñecas colocándole las esposas,  reaccionó de inmediato al darse cuenta que todos creían que él era el culpable. —Oficial, se confunde yo no soy el malo de la historia —Se defendió con voz calmada. —Pues la sangre en tus manos y ropa demuestran lo contrario chico —rezongo el oficial. Hasta ese momento Ben se dio cuenta de que era cierto, su ropa estaba algo desacomodada y sus puños tenían restos de sangre que había llegado a salpicar su suéter. —Pero...No es lo que parece — volvió a decir. —Eso lo veremos en la delegación,  camina —ordenó,  Ben no protestó después de todo lo que había hecho pues sólo defendía a su novio, lo condujeron a una patrulla, algunas personas curiosas se acercaron a la fuente del hecho y trato en vano de localizar Daniel. —El hombre que fue atacado, ¿dónde está? —cuestionó. —Lo están atendiendo, al parecer le causaste una conmoción,  ahora anda, los separos  te esperan. Dicho eso lo introdujeron al auto y lo llevaron detenido a la delegación. ***** Las patrullas llegaron, pero Daniel no respondía a las voces de los paramédicos que lo atendían, solo quería estar con Benjamin,  lo buscó  desesperado con la mirada, pero no lo encontró, lo condujeron a un centro asistencial pequeño, para brindarle mejor atención,  le colocaron hielo a la herida del pómulo,  le vendaron el estómago y le dieron aspirinas para el dolor. Después de haber pasado alrededor de dos horas en aquel lugar se dignó a preguntar por la única persona que le importaba. — ¿Dónde está Ben? —se dirigió a una enfermera. — ¿De quién habla? —respondió frunciendo el entrecejo. —Del chico pelinegro que me salvó —declaró confundido. —A él se lo llevaron a la estación de policía,  es el principal sospechoso de lo que  le ha sucedido a usted señor. — ¿Qué?, él  no me atacó,  él no haría algo como eso, él  me salvo, es mi novio. —Pues entonces lo confundieron, el caso es que se lo llevaron y a menos que usted quiera que pase la noche en la cárcel debe ir a declarar, pero le aconsejo que llame a alguien que lo lleve, no lo dejarán declarar si lo ven solo. El rostro de Daniel reflejaba preocupación,  quien sabe cómo la estaría pasando su bomboncito. — ¿Entonces ya me puedo ir? —Dijo esperanzado. —Sí, pero como le dije antes, debe venir alguien a recogerlo o no lo dejara salir de aquí  —apuntó la enfermera. —Tiene un teléfono que me preste, el mío creo que lo deje en mi auto antes del incidente. La enfermera le pasó el suyo, Daniel lo tomó y marcó el número de Blake. *—Daniel, ¿qué quieres? —ladró su queridísima amiga. —Blake,  no te llamaría si no fuera importante, me asaltaron y... — ¿Estás lastimado? —No me pasó nada grave,  el caso es que Benjamin me salvo pero se lo llevaron preso por mi culpa, necesito que me vengas a traer a un pequeño hospital y me lleves a la delegación para que dejen libre a Ben. Le pasó la dirección exacta del lugar. —Voy para allá. * Esperó hasta que la peculiar cabellera de Blake se hizo presente, lo abrazó y ambos salieron rumbo a la estación de policía. —Gracias por venir Ben —dijo el moreno. —No me lo agradezcas, Derek habló con un abogado por si se complica el asunto. —Gracias, solo espero que no sea así. ***** A Ben le hubiera gustado decir que no le importaba quedarse toda la noche en los separos,  pero estaría mintiendo,  en cambio el lugar no era nada agradable. Una habitación de dos por tres metros, una cama de concreto y una pequeña luz amarilla muy débil. Le permitieron hacer una llamada, llamó  a Jocelyn. *—Buenas noches, ¿quién habla? —respondió una Jocelyn somnolienta y Ben se sintió culpable de molestarla. —Jocelyn soy yo Ben,  hubo un incidente con Daniel,  intentaron asaltarlo,  por suerte yo pasaba por ahí y lo defendí, lo malo es que al llegar la policía pensaron que yo era el agresor y me capturaron, estoy en la cárcel Jocelyn. — ¡¿Pero cómo?! , Ben iré por ti. —Está bien, pero no le digas a nadie a excepción de Luke tal vez, averigua si Daniel está bien y después vienes por mí. —Bien, en un rato estaremos allí. * Colgó y sintió las manos temblorosas. Se limitó a esperar viendo a través de los barrotes. ***** Blake aparcó el auto y ambos entraron a la delegación. —Buenas noches oficial, mi nombre es Blake y este es mi amigo Daniel Sanders, venimos a rendir declaración sobre  un asalto que ocurrió hace un rato. El oficial  los remitió al Sheriff. — ¿Así que viene a declarar señor Bane? —Así es. —Bien, entonces comencemos. —Yo estaba saliendo de trabajar cuando me recordé de que había olvidado algo en mi oficina, no quise conducir hacia la empresa de nuevo así que baje y caminé,  fue ahí cuando tres sujetos me internaron en ese callejón,  me golpearon y yo no podía defenderme,  pero llego Ben y los enfrentó,  cuando  ustedes llegaron ellos se habían ido y optaron por arrestar a mi novio. El oficial lo observó durante unos segundos. —Tiene razón Señor, acudimos a las cámaras de seguridad de una tienda que se encontraban cerca y claramente se observa todo lo que usted ha dicho antes, por lo tanto no hay razón para retener al joven Peterson. El ojiverde suspiro de alivio y espero a su ángel. Las puertas fueron abiertas dando paso a un Ben algo asustado,  las esposas fueron retiradas de sus muñecas y no lo pensó más,  se abalanzó a su ángel fundiéndose  ambos en un abrazo. —Ben —la voz de Jocelyn los hizo despegarse. —Jocelyn —Ben la abrazó. —Está libre —exclamó la mamá de Diane. —Yo declaré y comprobaron que Ben era inocente. Todos salieron más tranquilos de ese lugar, el auto de Daniel ya estaba en el estacionamiento del edificio, se despidieron de sus amigos. — ¡Qué día! —suspiro Ben dejándose caer en el sillón. —Sí, de no haber sido por ti quien sabe que me hubiera pasado. —Me alegro de que no te pasará nada Dan. —Yo igual. Se acurrucaron y se durmieron al instante. ***** —Señor, la misión fracasó,  no pudimos con él. El hombre soltó un gruñido de molestia. — ¡Pero si parece una mujer!, tenían que haberle dado la lección. —Lo sentimos George. —Ya no importa, si mis suposiciones están en lo cierto, esa relación no durará mucho y cuando eso pasé estaré allí para verlo y reírme de ellos dos en su cara, de todas maneras estoy casi seguro y llámenme loco pero algo hará que los dos se separen, no sé qué pero la hará. 
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