Pecadora pero no capital.

Capítulo V

Dejo de llorar mientras estoy abrazada a mis piernas, siento que me están forzando a dejar mi niñez con tantos sucesos, estoy creciendo sin disfrutar esa etapa que las películas siempre asocian con inocencia, en mi vida sólo hay secretos, confusiones, mucha hipocresía además de rabia y mucha escasez de amor.

Agustín toca mi puerta, no sé si abrirle o no, él nunca se preocupa por mí, ¿por qué por ser sincera con papá se viene a preocupar por mí como si alguna vez yo le hubiese importado?, decido abrirle, veré con qué clase de exigencia o mentiras va a salir. Le abro la puerta, está pálido como la tiza, me mira con lástima, tose y me habla.

—Ava, tienes que ser menos dura con papá, te prometo que cuando tengas edad suficiente vas a entender por qué no está con nosotros, él no nos ha desatendido completamente, él se ocupa de nuestras cuentas, de nuestro colegio, nuestro transporte, el pago de la señora Isabel que tanto te gusta estar con ella, ¿puedes ser comprensiva por una vez?—pregunta con recelo.

¿Por qué las personas me acusan siempre de imprudente?, siempre me critican por no ser comprensiva, ¿pero es que acaso alguien me comprende a mí?, en mi corta edad tengo que lidiar con un hermano con secretos extraños, con la pérdida de mi madre aunque no esté muerta espiritualmente, con un padre ausente, con una tía que me daña psicológicamente...

No es tan fácil, por fin me decido a hablar, le respondo con toda la sinceridad del mundo afirmando que no tengo deseos de hablar, que no me siento bien, que se vaya a ver que hace y a mí me deje en paz...

Él se va un poco confundido pero con cara de alivio de no tener que lidiar con una chiquilla malcriada como me considera él, es bastante deplorable tener que ser yo.

Me quedo pensando, la señora Isabel sabía que papá iba a venir, por eso el plato extra de comida en la encimera de la cocina, ella tiene contacto con papá, le he intentado preguntar sobre información sobre mi padre y me evade, también ella me miente, ¿es que acaso podré confiar en una persona que no sea mi madre?

Ella siempre ha sido sincera conmigo, no dejo de mencionar en mi mente que sí ella estuviese aquí nada de esto se sintiera tan duro.

La señora Isabel me trae la cena a mi cuarto, deja a Isan afuera, se sienta en mi cama y me acaricia el pelo, decide hablarme.

—Ava, mi cielo, no estés triste, esos ojitos tan bonitos que tienes tú no deben estar tan apagados... Me parte el alma verte así. —dice con tristeza.

—Señora Isabel, tengo motivos para estar de esta forma, no creo que Isan o el resto de niños ahí afuera tenga que sentirse como me siento, o pasar por las situaciones por las que estoy pasando yo en todo este tiempo, solo deseo que esto termine de una vez por todas, que mamá... Vuelva...—Le digo con la voz a punto de quebrarse, sintiendo las lágrimas venir, mamá siempre decía que no debía permitirme llorar ante nadie, porqué soy una chica fuerte, porqué puedo con esto y con todo lo que jodidamente me pongan.

Me acomodo un poco y me siento con la espalda más erguida, decido poner música, muy alta, no sé si papá sigue en casa, lo más seguro es que ya se haya ido, su especialidad es huir de los problemas, no tenía ningún tipo de esperanzas en que se quedara... La señora Isabel sigue intentando mantener una conversación e intenta decirme algo, le especifico que me diga de una vez lo que sea que tenga que decirme, supongo que debe ser algo referente a sus conversaciones furtivas con papá donde arreglan los temas inherentes a mi crianza, me habla con cara de tener miedo de mi reacción.

—Ava, te lo diré sin muchos rodeos, mañana tu tía Kelly quiere llevarte al centro comercial a comprar ropa, también vendrá con ustedes Agustín, no sé si él vaya a invitar a una amiga especial—, la interrumpo:

—¿Una amiga? ¿La tía Kelly va a permitir que el lleve a una chica con nosotros a las compras?—

La señora Isabel ríe nerviosa.

—Ava, no tengo tanta información al respecto, es todo lo que me dijeron para que te tenga lista a la hora que me determinaron, ¿entiendes?—

Le respondo de forma mecánica.

—Sí, por supuesto que lo entiendo...—

Realmente no entiendo mucho la idea de que la tía Kelly quiera llevarme a comprar ropa, si me vienen bien algunos pantalones, pero pensé que mi padre los compraría y los mandaría al igual que hace con casi todo últimamente, además, ya sé que está en Caracas, antes mamá prefería ir a Caracas a comprar nuestra ropa ya que hay mucha más variedad, repetía constantemente, mamá amaba subir al teleférico... Todo sin mamá parece bastante gris.

Escojo la ropa que voy a usar mañana, no me emociona mucho la idea de estar en un lugar público con la tía Kelly, pero intento distraerme con la posibilidad de que Agustín lleve a una chica con nosotros, él nunca ha traído chicas cuando salíamos con nuestros padres, ¿qué estará intentando decirnos?, sólo espero que la chica sea buena conmigo, no como Isan, cada vez me desconcierta más, no sé cómo una niña de cinco años puede ser tan manipuladora... Decido dormir, amanecerá y veremos.

Me levanto a las 9am y todo está en un absoluto silencio, voy al baño, me ducho, me corto las uñas de las manos y los pies, cepillo mis dientes y luego mi cabello, me pongo la ropa que ya había elegido con anterioridad, no tengo idea de a qué hora vendrá la tía Kelly por nosotros pero prefiero estar lista desde temprano, pienso en que hace mucho tiempo no salgo a ningún lado como la gente normal que no sea ir al colegio y decido alegrarme por poder echar un ojo al mundo exterior, al mundo más allá de mis penas y miserias, además, ya falta menos para mi cumpleaños número ocho. Coloco una equis más en el calendario, faltan exactamente 5 días para que sea 2 de diciembre, me detengo y se me viene a la mente lo difícil que se nos hará esta navidad a todos, muy inusual y diferente a las demás sin los bailes de gaita de mamá y sin la emoción de lanzar cohetes con papá, me doy una repasada y ya estoy completamente lista, salgo de mi cuarto a prepararme un sandwich para desayunar y tomo la decisión de pasar por la puerta de Agustín y tocarle para preguntar si quiere desayunar conmigo, me acerco y toco con ánimo, extrañamente me abre rápido... ¡Pongo los ojos como un huevo frito!, la chica pelirroja de su lado del colegio, con la que se sienta en nuestro transporte está sentada en su cama, mi hermano me pone la mano en el hombro y me dice que disimule mi sorpresa.

—Ava ella es Karina, es mi novia—, me dice Agustín.

Escucho la palabra 'novia', me da risa y un poco de nervios a la vez, me pide que me acerque a ella y lo hago con entusiasmo, entonó orgullosa:

—Hola Karina, yo soy Ava—

Ella luce muy dulce, me sonríe con un ápice de pena y me dice:

— Agustín me ha hablado mucho de ti pequeña, eres preciosa y encantadora, será un placer pertenecer a tu entorno.—

Le respondo igual de animada:

—Tú también eres muy bonita y me gusta mucho tu pelo, tiene mucha onda. —

Agustín se está riendo, se ve más joven cuando se ríe, hace que sus ojos azules iguales a los de mamá se vean más frescos como el mar en vez de gélidos como un cubo de hielo. Decido invitarlos a ambos a la cocina para preparar sandwich, Karina se ofrece a prepararlos y aceptamos su ofrecimiento, yo me dispongo a exprimir naranjas para preparar jugos, me excuso antes de iniciar para ir a ver a mamá, entro a su habitación y la beso enérgicamente en la frente y está ahí con los ojos abiertos sin verme... No puedo tolerar estar mucho tiempo aquí, decido irme a la cocina a preparar las naranjas para no pensar.

Estoy teniendo un rato bastante ameno con la presencia de Karina en comparación al resto de mis días, Agustín se comporta como otra persona conmigo en la presencia de ella y eso me hace sentirme con una sensación de conformidad, creo que será fácil tenerle aprecio a Karina.

Llega la tía Kelly con su pavoneo habitual, como siempre decido elogiarla para no tener que pedirle la bendición, pero esta vez me ignora, justo llega la señora Isabel con Isan, ambas dan los buenos días y se van como si tuvieran miedo de que fuera a explotar una bomba en cualquier momento, mi tía Kelly se queda mirando a Agustín con algo como ¿rabia, decepción?, no lo sé, pero tiene una mirada y expresión que no le había visto antes, ella se aclara la garganta con un aire exagerado y fanfarrón y dice:

—¿Acaso tenemos servidumbre nueva Agustín? Por favor llama a Isabel, en ningún momento me comentó que traería a una chica para que le ayudara con la limpieza o cocina, ¿Acaso Ava está siendo tan mal educada que está necesitando refuerzos?—, detiene cada vez que habla una mirada desdeñosa a Karina, la cuál al parecer está muy incómoda con la situación, siento que están pasando años y Agustín no dice absolutamente nada, cuando por fin se decide a hablar emite tres palabras:

—Es mi novia.—

Mi tía Kelly empieza a lanzar los platos donde pretendíamos desayunar y se pone furiosa, sólo emite una frase de vez en cuando 'cómo es que me haces ésto', Agustín luce agobiado y le pide a Karina que por favor se vaya a su cuarto que él le iba a explicar cuando su tía se calmara un poco, Karina le obedece como si no pasara nada, o estuviese acostumbrada a presenciar tías furiosas rompiendo platos y lanzando sillas al piso, yo decido quedarme plantada ahí esperando que alguien explique por qué la tía Kelly está tan fuera de lugar y siendo más dramática de lo que habitualmente es, Agustín le habla en un susurro.

—Lo nuestro no puede ser Kelly, somos familia y debemos entendernos como tal, ¿por qué no lo entiendes? Lo que pasó ya fue, y es un error, lo asumo pero no debe seguir pasando—, ella sigue gritando la misma frase y pellizcando su cara.

Yo sigo sin entender absolutamente nada de lo que está sucediendo, ¿De qué error está hablando Agustín?, ¿por qué ella no le responde?, a medida que voy creciendo pensé que se me haría más fácil descifrar a los adultos, pero al contrario cada vez es más complejo, creo que le pediré explicaciones a mi enredado hermano junto con Karina, siento que las merezco, yo también soy parte de esta familia y necesito entender por qué mi tía excedió su neurosis de esa manera hoy.