UNA BAILARINA QUE OBSESIONA

Mi nombre es Samanta Rossi tengo dieciocho años, soy alta, rubia, de ojos azules, tengo un cuerpo normal, de caderas anchas, con cintura y pechos pequeños, ni muy gorda ni muy flaca, me considero normal. Éramos una familia con dinero, mi papá era un millonario, pero se enamoro de una mujer que nos traicionó, yo la consideraba mi amiga, pero metió a mi padre en negocios ilegales y mi padre perdió todo. Menos esta casa, vivimos en una villa a las afueras de la ciudad, pero no podemos costearla. Papá trabaja en una empresa pequeña, ganando lo suficiente para sobrevivir, trata de sacar la empresa a flote, pero necesita una cantidad enorme de dinero. Estoy en la universidad estudiando relaciones públicas, tengo una beca, la cual cuido, porque quiero ser una profesional. No sé si papá logre recuperar la empresa, así que para ayudarle con los gastos los fines de semana, trabajo en un club de bailarina, combino el pole dancing con el ballet. Empecé a trabajar en el club siendo menor de edad, con una máscara en el rostro, tengo miedo de que papá se entere y se decepcione de mí, pero necesitamos el dinero. Por eso no dejo que nadie se acerque a mí, no tengo amigos ni conocidos dentro del club, no quiero que nadie formule vínculos conmigo. Solo bailo, recibo el dinero y salgo. Ha sido así desde que empecé. Dante Valentini Soy el presidente de una empresa de electrónicos, estamos por todo el país y podemos manejar más del setenta por ciento en más de veintitrés departamentos. Soy multimillonario, no creo en el amor, tengo veintiocho años, alto de cabello n***o, ojos azules, soy italiano. Mi amigo Villa me invito a un club esta noche, no para de hablar de una maravillosa bailarina que hechiza a los hombres, no para de insistir, así que esta noche voy a acompañarlo y beber unos tragos.