Capitulo 1

661 Palabras
Samantha Me despido de papá para ir al club, mi excusa es que tengo que estudiar, entonces voy a la casa de una compañera de la universidad, salgo a las cinco de la tarde y regreso a la media noche. Al parecer papá no sospecha nada, nunca cuestiona mis horarios y me apoya para que mantenga la beca. No quiero saber que va a pasar cuando se entere de que soy bailarina en un club. Tomo el autobús para el siguiente pueblo que toma alrededor de veinte minutos, para después alquilar un auto viejo de un deshuesadero, no piden información, ni datos porque es un negocio ilegal, tengo que conducir otros treinta minutos y llegar al club. Tuve que tomar ciertas precauciones, no quiero que papá se entere y crear un agujero entre nosotros. Llego al club casi a las siete de la noche, mi primera función empieza a las siete treinta, apenas el tiempo para vestirme, saludo al guarda de seguridad, con unas buenas noches. Solamente él y el dueño del club conocen mi rostro, con las otras chicas que trabajan aquí no hablo y cada una tiene su camerino privado, así que este trabajo es perfecto para ocultar tu identidad. Me termino de vestir, con un brasier n***o con transparencia, utilizo unos tapas pezones porque no quiero mostrar de más mis senos, una tanga diminuta, con correas que se amarran en mis piernas y un pequeño tul que no tapa nada, la idea es enseñar la piel y mi trasero según el dueño, mi antifaz que es algo esencial para mí y por último pinto mis labios de color rojo un salto al tubo, subo hasta lo más alto y luego me suelto, escucho un jadeo del público y me hace sonreír un poco, ellos no saben que soy la mejor en esto. Continuo con mi rutina de baile sobre el tubo, cuando se acaba la canción hago una reverencia a nadie en particular y entro a mi camerino. Debo cambiarme para el siguiente show que es dentro de una hora, para recibir mi pago e irme a casa, son casi dos horas de camino. Me cambio por un traje rojo brillante, tiene brasier, tanga, pero sin tul, aplico brillo sobre mi piel y mi antifaz rojo, solo es esperar a que me llamen para terminar e irme, pienso. Pasa el tiempo cuando escucho que me llaman a tarima. Salgo, y esta vez no tengo las puntas sobre mis pies, tengo tacones de aguja, son superaltos, pero la experiencia ha permitido que los maneje a la perfección. Esta vez mi rutina es sensual, al ritmo de la canción i feel like i'm drowning. Termino y escucho aplausos, de nuevo la reverencia y a mi camerino. Me cambio por mis pantalones desgastados y una sudadera para subir donde Carlos por mi dinero. Toco la puerta y ya está esperándome con el dinero de mi show y algunas propinas que los clientes enviaron. Carlos es un buen hombre, el día que me contrato, solo me pregunto mi nombre y mi edad, ese día le di el nombre de Violet, y le dije que tenía diecisiete años, también como único requisito para trabajar, aquí le pedí que me dejara utilizar un antifaz. Desde hace casi más de un año trabajamos así, no hablamos, solo presto un servicio y él lo paga. Así de fácil. Necesito ahorrar dinero para ayudar a papá con la empresa. Le agradezco a Carlos y tomo el paquete de mi dinero. - Violet espera un momento querida, hay un hombre que quiere un baile privado. - Señor Carlos yo no hago bailes privados. - Cariño, es mucho dinero el que ofrece, pensé que cinco mil, te sonaría. - Señor Carlos, muchas gracias por el ofrecimiento, pero no me interesa, que tenga buena noche, nos vemos el próximo fin de semana. Recojo mi dinero y salgo de la oficina para recoger el auto viejo y poder llegar a casa.
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