Capítulo 37 Jason pasa por mi lado y no se detiene, niega y suspira como suyo fuera lo que menos quiere ver en este momento. Mi padre se pone frente a mí, también Lucio y Franklin. – Si tienen ganas de regañarme, aguántense – les advierto – no voy a escuchar el regaño de nadie hasta que hable con el – me parece que es el primero que debe de decirme cuan absurda soy. – Yo al menos no te voy a regañar, pero me parece que debes esperar que él te grite – me advierte a mí mi padre – ha pasado por mucho sin que estes aquí – inflo mis mejillas en un gesto nervioso. – Supongo que debería de perseguirlo ahora – los tres hombres asienten. – Buena suerte – me dice Lucio – ya sabes que todos cometemos errores, y aun estas a tiempo de arreglarlo, cuanta con mi apoyo – s

