CAPITULO 12

4845 Palabras
Llegó el día de mi cumpleaños y quedamos de celebrarlo con Paty, Richard, Johanna y Marcos en un restaurante, él llegó a recogernos para llevar a Gabi con su madre que la cuidaría ese día. Mi mente no dejo de maquinar, ¿estaba dispuesta a aceptar que lo amaba y arriesgarme con él a tener una segunda oportunidad? Llevaba mucho tiempo pidiéndomelo, pero mi pensamiento convencionalista no me lo permitía, mi corazón decía algo muy diferente y Paty que es como mi conciencia lo secundaba. Después de mucho pensar y buscar las palabras adecuadas lo vi llegar por la ventana, me apresuré a la puerta y antes que llamara al timbre le abrí, no alcanzo a saludarme cuando me abalance a sus brazos y lo besé. Se quedó paralizado por un momento y luego fue él quien me tomo en los suyos y me besó mientras cerraba la puerta con su pierna. -Llevo esperando esto meses, eres la mujer de mi vida, nunca debí dejarte ir -Cállate, nada importa ahora -mis brazos no lo soltaron y mis labios morían por los suyos -Gabi apareció y nos sorprendió, nos separamos y con temor la miramos, en vez de decir algo o molestarse, se le tiro encima y lo besó -Te estábamos esperando dijo -La sostuvo en el aire y ella no paraba de reír -Hola preciosa, estás linda hoy, que vestido tan hermoso -Mi mamá también está muy bonita, dijo mirándome -Claro que sí, ustedes son unas mujercitas muy, pero muy hermosas -¿Tú vas a ser mi nuevo papá? Le soltó ella sin anestesia -Me quede fría, no sabía que responder -Marcos fue más hábil y de inmediato atajó la pregunta - Si tú me aceptas, yo seré tu papá -¡Si papi!, le dijo apretujándolo con sus pequeños brazos No pude entender que pasó, ¿cómo puede llamarlo papá?, será que tiene un problema o soy yo el problema. Me bloqueé al instante, tal vez es muy pronto para comenzar una nueva relación y eso le está afectando imagine sacando mis propias conclusiones. Me urgía hablar con la psicóloga para consultarle, durante el camino a casa de sus padres evite cualquier contacto físico con Marcos. -Al dejar a Gabi me preguntó -¿Estás molesta porque me llamó papá? -Le expresé mi preocupación -quizás le estoy provocando algún tipo de trauma psicológico -Su semblante cambió, era injusto haberle prometido una oportunidad y ahora replanteármela -Eso no es cierto, ¿cuántos padres divorciados hay en el mundo? y sus hijos no tienen problemas a causa de las nuevas parejas -No sé qué pensar -aturdida quise dejar el tema atrás –Su cara de te ahogas en un vaso de agua me calló -Hoy vas a disfrutar de tu celebración, mañana vamos a ver a la psicóloga si así lo deseas -Está bien, pero iré sola maticé -Como prefieras dijo quitándole hierro al asunto En el restaurante olvidé lo sucedido, estar rodeada de personas maravillosas y que se preocupan por mí es una bendición. Estuve desinhibida y todos notaron que habíamos dado el siguiente paso, no dejaron de bromear. Inesperadamente Richard dijo que pronto Gabi le llamaría papá. Nos quedamos callados y mi rostro lo dijo todo, Marcos explicó que lo había hecho horas atrás. -Paty saltó y dijo que su niña había encontrado el norte. -Emocionada pidió una botella de champagne, digno de celebrar apuntó -Es una estupenda señal de aceptación amiga mía -ninguno vio el porqué de mi preocupación. Copas iban y venían, la conmoción de nuestra relación los alegró -Es normal que lo haga, Marcos es la figura paterna que está viendo y necesita sentir que tiene un padre con quien contar, me das envidia comentó Richard -¿Y eso por qué amigo mío? Le preguntó entre risa -Conocí a Gabi primero que tú y sólo me dice tío, dijo sonriendo -Sin perder el hilo de la conversación retomé mis palabras -Me inquieta que no sea lógico su comportamiento -Caro, posando la copa vacía en mi mano, Paty exteriorizó su punto de vista -claro que es normal, Gabi necesita un padre, antes que te separaras, ya Daniel no lo era, -su mirada profunda me trasmitía los recuerdos de la mala vida que llevé con él. -Además le llegó a temer, ¡eso sí es preocupante! -Sus palabras fueron una lanza sin desvió que atravesó mis entrañas. -Mi hermano es una gran persona y será un padrazo para Gabi, -el mesero se acercó a descorchar una botella de vino que Johanna pidió, las risas atestaron la mesa y Johanna terminó su frase -tengo sobrina, ¡qué emoción pronto me llamará tía también! -Con la copa servida y levantada para brindar, miré a esas personitas que alegran mi vida -Ay mi niña rodeada de todos estos locos -Chin, chin, el cristal retumbó al unísono y las carcajadas se escucharon a metros de distancia -Locos que la quieren cabe destacar, puntualizó Paty -Pronto tendremos la sentencia del divorcio y serás libre para comenzar una nueva vida al lado de mi hermano -Los nervios de volver a formar un hogar me traicionaron, Daniel me dejó heridas que seguían abiertas -No vayamos tan rápido, no quiero precipitarme -Marcos incrustó sus ojos azules en mí y cubrió mi mano con la suya -Me conoces desde hace años, -con voz imperturbable aseveró -no te dejaré ir esta vez -No me escaparé te lo aseguro, me besó en medio de la burla de todos, cuando de repente un grito seco y de terror salió de Paty, Richard se levantó precipitadamente colocándose en posición defensiva a mi espalda, fue tan rápido, intente voltear y él no me dejó mover -¡Eres una perra! -escuchábamos al fondo, la voz era cada vez más cercana -me abandonaste para venderte al mejor postor, quítate del medio Richard -Mi silla se tambaleo al ser tocada por su cuerpo -esa lo que se merece es que la mate -El horror de Paty no se comparó al que ese monstruo revivió en mí, temí por mi vida, me levanté apresurada dispuesta a correr para salvarme, Marcos frenó mi huida paralizando mi cuerpo entre sus brazos. -Los insultos de Daniel hacían eco en el lugar, Richard lo agarró del brazo y le pedía que se marchara, Marcos me soltó buscando callarlo, Johanna se le interpuso evitando que empeorara la situación. Comencé a llorar, Paty me miraba sin saber qué hacer, - no vale la pena, él no merece tus lagrimas dijo al final -¡Perra, mira la mujer que llevo a mi lado, esta sí que vale!, -la gente observaba atónita la deprimente exhibición, -tú no vales un duro, me quitaste a mi hija y te voy a hacer pagar mi sufrimiento, -Los gritos se alejaban al tiempo que Richard lo empujaba a la salida. Dos agentes llegaron y él se resistía al arresto, volvió a acercarse a la mesa, sus gritos me ensordecieron, apreté la cabeza en el cuello de Marcos, no deseaba verle -eres una vagabunda, miserable vociferaba -Marcos me apartó de su lado y le encaminó a pegarle, Johanna y Paty se pusieron delante de mí formando una barrera, un policía impidió que se pelearan, con fuerza arrojó a Daniel al piso, un golpe seco se escuchó en medio del silencio -Ven aquí y te enseñare a respetar le dijo el oficial. -Angustiada pedí irnos -no mires dijo Marcos poniendo sus manos sobre mis ojos impidiendo que viera a Daniel. -Es un pobre desgraciado exclamó. Richard y la policía lo han sacado. -Espantada y sollozando me perdí en mi misma, enmudecí y silencié mi derredor -recuerda que hoy es tu cumpleaños y nada lo va a estropear dijo Marcos enfurecido -Vámonos, me quiero ir, supliqué con un hilo de voz -Él se fue muy feliz con su puta de turno y tú vas a dejar que esto te afecte -a diferencia mía su voz furiosa y potente se oponía -para nada Caro dijo Paty -No ves lo que ha pasado -temerosa y humillada rebatí -Claro que lo veo, -indignada abrió los ojos -su ridículo espectáculo no nos va a dañar la noche, es tu cumpleaños -Estoy de acuerdo con Paty, -miré y Johanna hablaba sin parpadear, -no te dejes afectar -Convencida tocó mi mano dándome seguridad - el divorcio está a punto de salir y te libraras de él, anímate, es tu día curruñis -Todo el mundo me mira -sentía los ojos de la gente puestos en mí, temblaba menos, pero el corazón seguía acelerado -Nadie está mirándote, es producto de tu imaginación -Marcos me envolvió en su vigoroso cuerpo, el palpitar de su corazón era música para mis oídos. Me sentí protegida en sus brazos, quería olvidar los horrendos insultos de Daniel. Por las palabras de Paty creo que lo acompañaba una mujer de la calle, como la que vi en casa la horrenda noche que me golpeó. ¿Tanto odio me tiene?, él causante de nuestra separación y del daño irreparable a la relación es de él, por mucho que quise no pude salvarla. Gabi no puede verlo así pensaba, mientras siga representando un peligro no dejaré que se le acerque ni un centímetro, ¿es esa la razón por la que mi niña llamó papá a Marcos? los interrogantes me asaltaban. Mi mente envolatada no era capaz de concentrase en los cuchicheos de los chicos. Seguí ensimismada, en su interior Gabi tiene necesidad de un padre, una figura que le genere confianza y equilibrio, ella es quien lleva la peor parte de la separación y ser testigo de los abusos de su padre a mi persona es traumático para ella. Fui débil y estúpida, me dejé anular completamente por un hombre que me destrozó la vida, los constantes abusos físicos y verbales de Daniel me aterrorizaban, hasta llegar a impedir que reaccionara en beneficio de nuestra seguridad. Vivir con miedo me causó innumerables problemas y ahora el hecho de pensar que reaparezca en nuestras vidas me acobarda, no quiero volver a verlo, ni saber de él, su presencia me intimida al punto que desfallezco dejándole el control de mí, aun sabiendo que me hará daño quedo inmóvil ante tal pensamiento. Si pudiera regresar el tiempo y ser más fuerte. - Los músculos se me contraen, las piernas no me responden y un frio me corre por la espina dorsal. -No vale la pena pensar en lo que pudo ser, sólo me queda acallar mi voz interior y escuchar a quienes me rodean, son ellos ahora los que me animan a seguir, necesito recobrar las fuerzas, no podré enfrentarlo si lo encuentro frente a frente y estoy sola, no sabría qué hacer, prefiero no seguir pensando y esperar que el tiempo sane las heridas. -¡Carolina!, ¡Carolina! ¿Estás bien? Escucho a lo lejos- Vuelvo en mí -Estoy bien, no os preocupéis -Amor estábamos preocupados -susurró Marcos poniendo sus labios en mi cuello. Por un momento me perdí, lo peor merodeaba mi mente, ¿cómo decirles que mi cuerpo está presente, pero que mi mente la encerró Daniel?, fingí estar lo más tranquila posible, intenté reponerme, a ratos lo lograba, pero en otros me alejaba de nuevo. ¿Qué buen regalo de cumpleaños me dio Daniel?, antes todo eran joyas, flores y una felicidad que duro lo que su supuesto amor le permitió, ahora me obsequiaba su desprecio, ¿de qué sirve lo material?, me pregunto, ni todo el oro del mundo me traería la paz espiritual que necesito Los chicos y Marcos hicieron lo que pudieron para alegrarme y regalarme la mejor de las celebraciones, a Dios gracias por colocar personas maravillosas en mi camino, ¿no sé qué sería de mí sin ellas?, me ayudan a mantener un rumbo claro, si yo estoy así, como se sentirá mi niña. Lo que conoció se esfumó, su padre, sus abuelos, su casa y ahora enfrenta nuevos cambios y retos. No deseo que sea el centro de conflictos como el que su abuela ha generado con la solicitud de la custodia, tantas cosas me agobian y me dejan extenuada. Esa noche al volver a casa después de recoger a Gabi, Marcos la llevo hasta su habitación, venia dormida en el coche, al bajar se despidió de mi con un abrazo que me hizo sentir lo mucho que lo necesitaba en esos momentos, me aferré a él impidiendo que se soltara y me dejara indefensa. -No iré a ninguna parte si no quieres, dijo. -¡No te vayas! por favor, le rogué -Me quedaré el tiempo que quieras, expresó con dulce voz -No me marcharé a ningún lado Necesitaba compañía, alguien en quien apoyarme y con quien sentirme segura, nos quedamos en el sofá, me recosté en sus piernas mientras él acariciaba mi cabello, me fui apagando poco a poco hasta quedar dormida, recordé una hora después, estábamos en la misma posición, se veía incomodo, pero bajo ninguna circunstancia me quito de su lado. - ¿Por qué no me despertaste? Le pregunté -Cuidaba tu sueño -sus dedos entrelazaron mi pelo deslizándose detrás de la nuca, las cosquillas me hicieron reír, me encaramé en sus rodillas y quise devolvérselas -Estás cansado y yo no te ayudo -la batalla de cosquillas comenzó, las risas llenaron el espacio. -Me alcanzó con sus largos tentáculos impidiendo que escapara -Tu bienestar y tranquilidad es lo que me importa -Caía rendida a sus encantos -Vamos a dormir, tenemos que descansar le dije -Sus garras se aferraron a mi cuerpo y fue imposible huir -Mañana es sábado y estamos libre, ¿recuerdas? -Concebir la idea de estar juntos me asustó, en un instinto de sálvese quien pueda me liberé. Se quedó sentado mientras me alejaba, pensé que me seguiría, pero no lo hizo, volteé y nuestras miradas se encontraron, esos hermosos luceros azules atravesaron lo más recóndito de mi ser, sabía que se quedaría durmiendo en el sofá, en vez de hacer lo que se suponía, al pie de la escalera lo incité a acompañarme. Con gusto aceptó mi propuesta, en la cama lo más indebido que hizo fue abrazarme, me preguntaba si le causaba daño con ese comportamiento, sin querer lo dije en voz alta, puse mi mano en la boca reteniendo el resto de la frase. –Giró sonriendo -Jamás me aprovecharía de tí, acorraló mi cuerpo en sus fornidos brazos, las cosas se darán a su debido tiempo, sus exquisitos labios frotaron mi cuello y mi mejilla. -Su sinceridad le proporcionó paz a mi espíritu, hacerle daño no era mi intención, antes me creía fuerte y ahora me doy cuenta que era un espejismo. Marcos me ofrecía la más placida de las noches, desde mi separación no había compartido la cama con otra persona, aunque hubo un acercamiento amigable por así decirlo, su compañía me mostró una faceta desconocida de él. Al amanecer Gabi entró corriendo a la habitación y se subió rápidamente en la cama acomodándose entre el medio de los dos, lo abrazó y le preguntó si se quedaría a vivir con nosotras. Esa reacción efusiva de su parte no dejaba dudas de su gran afecto por Marcos, él le respondió que aún no, pero que cada vez pasaría más tiempo a nuestro lado hasta que por fin un día se quedaría para nunca irse, ella lo abrazó fuerte en aceptación a sus palabras, nos acercó a él mientras sus brazos no permitían que nos separamos, Gabi empezó a reír y de pronto se levantó y comenzó a brincar, su felicidad era innegable y su risa contagiosa, nos sentamos en la cabecera de la cama contemplando ese espectáculo, reímos sin parar durante un buen rato, jamás la vi comportarse de esa manera, ni siquiera cuando éramos una familia aparentemente feliz, Daniel nunca despertó en ella ese tipo de emociones, sólo Richard le generaba felicidad, todo lo contrario a su padre. Marcos nos invitó a desayunar a su cafetería preferida, llegamos a su casa para que se alistara, llevaba la misma ropa del día anterior, su nuevo apartamento era muy acogedor, él es una persona organizada, todo en su lugar y muy limpio. Me quedé en el salón y Gabi comenzó a recorrer el lugar, escuché que gritaba ¡mamá eres tú!, corrí a su encuentro, me sorprendí al ver un lienzo colgado en la pared del despacho, una foto de la época en que éramos novios, no pensaba que la conservara y mucho menos que la tuviese en su lugar de trabajo, Gabi me miraba asombrada y volvía sus ojos a la pared, intentaba reconocer a esa persona que veía, Marcos entró sigilosamente y me sorprendió con un beso, que reconozco me agradó. -¿Recuerdas cuando nos tomamos esa foto? -Por supuesto, fue un día de esos locos en lo que eres capaz de cualquier cosa, comprimí sus manos llevándolas a mi cintura -El sonido de su risa me causo gracia -¿Una sesión de fotos te parece locura? -La verdad sí, le contesté entre dientes conteniendo mi alegría. -Gabi, ¡ves lo hermosa que es tu mamá! -Lo miró con asombro por un instante y siguió con la mirada fija en el lienzo -No ha dejado de mirar la foto desde que la descubrió le dije, - la tomó en sus brazos -mami y yo nos conocemos hace mucho tiempo, nos ojeo a ambos y se enlazó a él con fuerza. Nos fuimos a desayunar a un lugar cerca de su casa, Gabi no se despegaba de él, nos llevaba agarrados, uno a cada lado, aproveché para preguntarle por el lienzo, me dijo que era su forma de no alejarse de mí y de tener su objetivo claro, ¿cuál objetivo? Pregunte -Nunca he dejado de quererte, esa es la verdad, su mirada dulce era irresistible, sentí celos del aire que acariciaba su rostro -Escondiendo mis verdaderos sentimientos le alegué -No me asustes o pensaré que es una obsesión -Aquella mirada dulce se volvió lúgubre y el brillo de sus ojos desapareció -Todo lo que pasó fue mi culpa, -su voz se fue apagando al igual que su bello semblante -fui yo quien se equivocó y puso nuestro mundo de revés -Las cosas pasan por algo –deseé que mi voz tocara su triste corazón y lo consolara -¡Aun no lo ves!, eres mi todo, me perdí cuando te deje ir, -los recuerdos de su error lo consumían, -no supe valorarte y pague un alto precio -Visualicé un parque, nos acercamos y dejamos que Gabi jugara, necesitaba seguir la conversación con Marcos, su dolor se volvió el mío. -Nunca creí que te sintieras así -Bajó la cabeza, lágrimas cayeron al suelo, un aullido de dolor salió de su boca -Soy responsable de tu sufrimiento, -contuvo la respiración procurando hablar mejor -eso es algo que me atormenta desde que supe la verdad de tu matrimonio -Eso no es cierto, -puse mis dedos en su barbilla, levantando su delicado rostro -yo tomé mis propias decisiones, la vida no es a veces lo que uno espera -Ese horror que viviste no te lo merecías. -Sequé sus lágrimas, conmovida por su amor apoyé mi cabeza en su hombro -La última vez que nos vimos debí insistir y luchar por ti, pero no quise quitarte la oportunidad de estar con una persona que te valorara, -sus palabras volaban en mi mente, llevándome a ese día en el que sellé mi destino. -ya eras novia de Daniel y Paty me repetía que no me acercara a ti, luego te casaste y mis esperanzas se esfumaron -Gabi revoloteaba de un lado al otro, imaginé que nada de lo que viví en realidad había pasado, en esa vida paralela Marcos era mi esposo, el padre de mi hija. -Ese día decidí que debía tenerte a mi lado de una u otra forma, por eso mande hacer el lienzo y lo colgué lo más cerca de mí. En el salón hay más fotos nuestras relató orgulloso -Tú no eres una mujer común Carolina -Más fotos, sonreí al escucharle hablar de ellas. -Tu fantasma nunca me dejó, te buscaba en otras mujeres, ahí estuvo mi error, eres única –Nos levantamos para continuar el camino, desconcertada lo escuchaba -¿Cómo puede ser eso posible? Le pregunté. Hace años que la relación terminó -yo decidí borrarlo de mi disco duro -Te clavaste en mi corazón, es la única respuesta. –Gabi daba saltos y él sostenía sus manos, ella iba risueña pidiendo repetir -¿Alguna vez pensaste en mí? -Has estado presente en mi vida, no puedo decirte que con la misma intensidad que yo en la tuya le confesé apenada -Su cara se iluminó de nuevo, giró y me besó -los buenos recuerdos y momentos que pasamos juntos no pude olvidarlos proseguí. -Tu felicidad era suficiente, créeme cuando digo que preferiría perderte para siempre si eras feliz, -el sol resplandecía con fuerza y su luz nos vislumbró por un momento, busque su rostro nuevamente, no quería perderlo de vista ni un segundo - Paty me habló de Daniel y del magnífico matrimonio que tenías, por eso no te busqué, ¿quién era yo para entrometerme de nuevo en tu vida? -Me sentiría culpable de ceder a tus encantos. -Sus ojos se perdían en el precioso cielo azul y yo me rendía a su magia natural -De haberlo hecho, no hubieses pasado por todo ese martirio -la angustia de su impotencia lo agobiaba -Removía en mí lo vivido, recordar a Daniel me daba miedo y a la vez recordé que algo bueno salió de todo. -Ese martirio me ha dado lo único realmente importante, mi hija -Tienes una hija maravillosa, -contempló a Gabi que corría de un juego a otro -sé que soportaste todo por amor a ella -Mi deseo de mantener la familia unida fue mi perdición, debí escapar a tiempo recriminé en mi interior. Luché por lo que ya estaba perdido, la relación no es de uno que dé el 300%, es de dos que den el 100% -El viento rozó mi piel y percibí serenidad, los arboles ondeaban sus bellas hojas y susurraban algo que no entendía. Pensé que mi amor y dedicación vencería todo, pero yo fui la vencida, -fijé la mirada en el cielo buscando a mi creador – Daniel me destruyó por completo le confesé -Ayer lo noté, no puedes estar cerca de él, -busqué refugió a lo lejos del horizonte, inmóvil atendía a sus palabras -le tienes miedo -Percibí un desagradable olor a alcohol, el mismo que emanaba Daniel -Algún día tendré que verlo nuevamente y no sé cómo reaccionaré, -nombrarlo traía los peores recuerdos, afectaba mis sentidos, era como tenerlo al lado. Es un monstruo, me siento como una niña a la que la asustan con el Coco. El temor de enfrentarlo me mataba despacio, apreté los parpados deseando quitarlo de mi mente -Tenemos que buscar ayuda psicológica, -Marcos llevó mi cabeza a su pecho, su aroma se mezcló con el de Daniel, prevaleciendo el inmundo olor a borracho de mi ex. -Hay asociaciones de mujeres maltratadas, -en tono angustiado me susurraba al oído -quien mejor que las que han pasado por lo mismo para ayudarte a superarlo -Llevé mis manos al oído ahogando las horrendas imágenes que mi mente trasmitía -No me siento preparada para hablar de mí -Colocó sus manos encima de las mías y beso mi frente, su fragancia me hipnotizo llevándose el olor repugnante de Daniel -He recopilado información de esas asociaciones y he contactado con algunas, ofrecen servicios integrales, atención social, psicológica, jurídica y sanitaria -Gabi llegó pidiendo comida, emprendimos de nuevo el camino y él no dejaba de hablar -Estudian cada caso y le prestan la ayuda necesaria. -Llegamos a la cafetería y pedimos huevos revueltos, zumo de naranja natural, café, pitufo con aceite y tomate -Indudablemente la psicológica es la que necesito -Sí, porque socialmente eres muy activa, dijo sonriendo, mientras revolvía su café con la cuchara -Gabi olvidó que tenía hambre, al entrar fue directa a la zona infantil, una joven estaba haciendo actividades recreativas, No cambias eres el mismo –con gesto pícaro le pregunté -¿Soy tu objetivo a alcanzar? -Antes eras inalcanzable, -me dio a comer de su plato -Ahora te tengo en la mira y no abandonare la partida por nada del mundo -¡Qué palabras más profundas!, -hablé con la boca llena y un pedazo de pan cayó a la mesa, estiró su brazo limpiando mi boca con una servilleta - ese dardo me dio en el brazo dije sonriente -Cada vez apunto más cerca de tu corazón hasta que sea mío -dejó de limpiarme para acariciarme los labios con sus dedos. -Una corriente me atravesó los huesos, él despertaba sensaciones nuevas en mí -¿crees que estamos destinados? -¡A estar juntos, si! –dijo emocionado mordiendo el pan -Contestas sin dudar, me alagas –Se apuró a masticar y de un sorbo se tomó el zumo de naranja para bajar la comida. -Si Dios te puso nuevamente en mi camino, es innegable que somos el uno para el otro -Esta vez fui yo quien le limpió su boca grasosa pero encantadora -El tiempo lo dirá, -los dardos iban llegando directo a mi corazón, respiré profundo apreciando su belleza interna -Qué lugar tan original, dije mirando alrededor -Gabi está feliz con sus pinturas, mira le están dibujando algo en la cara señalé -Sí, es ideal para desayunar en familia, los niños se divierten con los juegos que les preparan y con sus dibujos en el rostro, -se cambió de lugar y se puso a mi lado, achuchándome -Ahora que tengo a quien traer no podía dejarlo pasar. -Eres adorable, lo sabías, -le di un merecido beso. -Sí, pero me gusta que me lo digas, más si viene acompañando con un beso. Nos reímos durante un rato, Gabi se acercó a nosotros para enseñarnos la mariposa que le habían pintado. Marcos le tomo una foto y al enseñársela quedo encantada con su propio rostro, parezco una princesa, dijo -Eres nuestra princesa, le respondió, ven aquí y nos echamos una foto los tres, nos acercamos y la tomó, mira qué lindo quedamos Gabi dijo enseñándosela también. -Mi niña comenzó a reír - ¿podemos hacerla grande como la foto que tienes en tu casa? preguntó -La cargó y la sentó para que comiera -Mañana mismo lo hago. ¿Dónde quieres ponerla? -En el salón de la casa donde vamos a vivir los tres dijo metiendo la mano en el plato de Marcos. -Tragué en seco al escucharle expresarse así -La mandaré a hacer y la guardaré hasta que ese día llegué, le prometió –Marcos le dio de comer, pero ella se puso inquieta por querer volver con los otros niños -¡Sí! Contestó emocionada, nos dio un beso y se fue de nuevo con las animadoras -La siguió con la mirada al tiempo que sacudía los restos de comida que le dejo caer encima -Mamá nos invitó a almorzar, quiere ver a Gabi. -Me acomodé a sus costillas provocándole que riera -dile que iremos, total no tenemos planes –observé como mi hija se revolcaba en el piso, -Tendremos que llegar a la casa por otra ropa para Gabi, no creo que de ahí salga muy pulcra. -La cambiaremos en casa de mis padres, mamá esta de compra -me enderecé para escuchar bien lo que decía, temeroso sacó su móvil -mira las fotos de la ropa que le compraron -¡Qué hermosura!, pero no tiene por qué hacer eso -Quien le dice que no, -torció la boca y levantó los hombros -lo siento pero Gabi tiene una nueva abuela, que quieres que te diga. -Me sentí avergonzada, ella no es su responsabilidad -¡no puedo aceptarlo! -No creo que tengas opción –guardó el teléfono al ver que la actividad terminó -Voy por Gabi - La trajo desaliñada y sucia, pero feliz -Vamos a casa de la abuela Rebeca -¡Siii! ayer tomamos té en la casita, yo se lo preparé contó emocionada -¿Cual casita? Pregunté extrañada -me preocupé que confundiera las actividades que hacía con la madre de Daniel. -La casita que el abuelo me construyó, está en el patio. -sedienta agarró su botella de agua y la bebió. -Busque la mirada de Marcos -No me mires, no sé nada de eso, dijo levantando las manos -¿En serio no sabes de qué habla Gabi? -limpié su ropa lo mejor que pude, sus cabellos parecían una telaraña, le hice un moño y nos marchamos. -No sé nada, te lo aseguro, tampoco creo que Gabi este mintiendo -sus palabras eran sinceras, de saber algo me lo diría -cuando lleguemos le preguntamos a mis padres. Fuimos a otro parque, estuvimos jugando con Gabi un largo rato, me agoté demasiado rápido, Marcos llevó la peor parte, ella es incansable y seguir su ritmo es imposible, llegamos a casa de sus padres y al ver Gabi a Rebeca se le abalanzó a los brazos.
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