CAPITULO 13

3442 Palabras
En el trabajo notaron el cambio, me corte el cabello, empecé a cuidar más de mí y de mi apariencia, era casi la misma persona de antes. El amor produce muchos cambios, decían mis compañeras -¡No es cierto!, les contestaba, era hora de un cambio y listo. -Aunque reconozco que tiene mucho que ver con Marcos, le confesé a Leandro, mi jefe -Tiene mucho mérito lograr sacarte de esa depresión, es una gran hazaña. –Apartó el informe que le entregue para enfocarse en mí -Me tenías preocupado, estabas muy apagada y distante -Ya estoy de vuelta y no pienso irme de nuevo -Salí de su oficina pensando, ¿tanto había exteriorizado durante meses? para que la gente se percatara de mis pequeños cambios. -Caro, cuando conoceremos a tu nuevo amor, preguntó Lola del otro lado del corredor -Lola, -me acerque para no gritar -¡que chismosa eres! No estoy con nadie, ¿de dónde sacas eso? -Comenzó a reír, no soy tonta, mensajes van y vienen, llamadas en las que bajas la voz. -acarició mi cabello ondeándolo con su mano -ahora tu nuevo look, desbordas belleza acompañada de felicidad. -Caminé a mi escritorio y ella me siguió -así que no me vengas con que no es un hombre quien te trae loquita -Volteé sabiendo que no podía continuar ocultando la verdad -¡Está bien!, contigo no se puede. -No había comenzado con la historia de amor cuando el resto de compañeras nos rodearon -¿Ustedes que hacen aquí?, esto es entre Caro y yo gritó ella -Lola, ni creas que nos vamos a perder la primicia, dijo Belén -No pensé que les interesara tanto mi vida dije entre risas -Más que tu vida, tu felicidad, te cerraste herméticamente a nosotras. Respondió Marga -Estoy muy arrepentida por haberlas alejado de mí. Quería estar sola con mi dolor. -Las cinco se abalanzaron a una sobre mí, la felicidad tocaba a mi puerta. -No importa, ahora eres alegre, vives contenta y derrochas esa gracia que te caracteriza dijo Silvia –Cada una cogió una silla haciendo una mesa redonda -sabemos que eres tú en versión mejorada. Expresó Marga -¡Versión mejorada!, vaya concepto chicas. -me acomodé y ellas atentas callaron posando sus miradas sobre mi -Su nombre es Marcos y fuimos novios hace años, por cuestiones de la vida nos separamos y ahora somos pareja nuevamente -¡Lo sabía!, es ese chico guapo que te vino a recoger el viernes, grito Viviana -Ese mismo, ¿a qué es guapísimo?, sonreí -Hacen buena pareja indudablemente. ¿Podríamos volver a reunirnos como solíamos hacer antes? Tengo la fecha ideal, comentó Lola tomando el calendario de mi escritorio -¿Cuál? Dijimos todas al mismo tiempo -El próximo fin de semana, -abrió los ojos poniendo cara de seriedad –tenemos tiempo sin compartir, ¿para qué esperar más? -Reímos sin parar. Eres muy lista le dije, pero tengo planes. Escoge otro día y me avisas con tiempo -Pues ya está, déjanos todo a nosotras y te diremos la fecha, lugar y hora arremetió Marga -Perfecto, Viviana quedas encargada, -le quité el calendario a Lola y se lo pasé -eres la experta para organizarlo -Se levantó dando saltos, se devolvió y arrastró su silla -me pondré manos a la obra -¿Qué le has dicho, Caro?, ahora nos preparará el tour del amor, comentó recelosa Marga -Una comida estaría bien, pero ella no se conforma con eso, agregó Belén -¡No seáis exagerada!, -Recordé que Vivi cuida cada detalle y es muy selectiva, es la organizadora por excelencia -Lo que planee le quedará perfecto, lo mejor es que pasaremos un buen rato -Silvy se recostó de medio lado en el escritorio y movía sus labios de forma sensual imitando una voz seductora -conoceremos a Marcos, a ese súper hombre -La risa de Belén y Lola era incontenible, las mire y me contagiaron -¿La curiosidad las mata, no niñas? A trabajar pues. A diario hablaba por teléfono con Marcos y durante la semana quedábamos para almorzar en algunas ocasiones. La relación se fortalecía cada vez más, al punto que los fines de semana se quedaba en mi apartamento, disfrutábamos del tiempo juntos, los domingos por lo general lo pasábamos donde sus padres o en lugares interesantes para Gabi. No puedo negar que hasta el sexo con él es algo extraordinario, cada vez queremos más el uno del otro, es un tipo de adicción en el buen sentido de la palabra. Al principio era imposible para mí tener intimidad, nunca me presionó y esperó pacientemente a que estuviese lista. Ya no solía comparar la relación con la de Daniel, poco a poco ese mal recuerdo se borraba de mi mente, dejando paso a una nueva historia. El divorcio es un proceso largo, un desgaste total para mí. Daniel nunca se ha presentado a una sola vista interpuesta para solucionar lo que respecta a nuestra situación. Desde la separación Gabi no lo ve y tampoco corresponde con la manutención, no acepto nada de su familia, la relación se ha roto por completo, igual no necesito de su dinero para sacarla adelante. La tan anhelada reunión con mis compis y sus parejas llegó, Viví de artista nos preparó una velada flamenca, nos divertimos muchísimo y por fin conocieron a Marcos, las chicas quedaron fascinadas con él y con sus novios hizo buenas migas, parecían hermanos separados al nacer, quedaron en verse para jugar al golf la semana entrante, son más rápido que nosotras comentábamos. El Teatro Restaurante Alma Flamenca ofrece un espectáculo de flamenco en vivo digno de admirar y los platos son exquisitos, el verdadero flamenco combinado con la comida típica española sin faltar el buen vino, qué noche la que pasamos, salimos del lugar súper contentos y con deseos de repetir la salida, tantas fueron las ganas que seguimos la fiesta en uno de los lugares ubicados en Muelle Uno en el puerto de Málaga, no vimos ni el nombre, la gente se veía alegre, así que nos lanzamos a seguir la juerga. Ya en la madrugada y con tantos tragos encima era imposible conducir, nuestros vehículos quedaron aparcados y cada pareja se marchó en un taxi de vuelta a casa. La cabeza me daba vueltas y no paraba de reír, hacía tiempo que no tomaba de esa manera, aunque para ser sincera esas cinco copas y el vino me dejaron fuera de base. No recuerdo como llegué a casa, a la mañana siguiente la jaqueca no me dejaba levantar la cabeza de la almohada, Marcos no se encontraba a mi lado, me levanté con esfuerzo y lo busqué por toda la casa, adolorida me tiré en el sofá, la garganta era una lija nueva, la sentía reseca y carrasposa. Las fuerzas no me daban para volver a levantarme y buscar el teléfono, tomé aire y fui en busca de un vaso con agua a la nevera. Ahí estaba su nota pegada a la puerta del frigo, “Amor, fui por el coche, vuelvo en 0,”. Cogí el agua y volví al sofá moribunda. Prometí no volver a beber alcohol, que cosa tan fea se apoderó de mi ser, me desvanecía por segundos. A los minutos Marcos llegó y se encargó de mí, él muy fresco y yo muriéndome. Gabi seguía donde sus papás, la recogeríamos al día siguiente cuando yo fuera persona de nuevo. Han transcurrido tres años y aún no hay respuesta, Johanna dice que falta poco para que sea libre. Ella está interesada en obtener la pensión alimenticia, pero eso es lo que menos me interesa. Quiero que se acabe la pesadilla y no tener nada que me una a Daniel, ni a su familia, mientras el siga perdido en el alcohol, no dejaré que se le acerque, no permitiré que nos vuelva a hacer daño. Los padres de él tampoco intentan arreglar la situación conmigo, no sé por qué desean la custodia de Gabi, si no se molestan en verla. Ni una llamada he recibido de ellos. Mi suegra está más preocupada en el que dirán y en criar a mi hija en un mundo de ensueño, pero no la ha visto en años, son cosas que no entiendo. Afortunadamente los padres de Marcos se han convertido en sus abuelos. He de reconocer que mejor que los verdaderos abuelos paternos. Era habitual salir con Paty y Richard, todos estábamos intentando emparejar a Johanna, después de conocer a Sebastián, un amigo de la infancia de Richard comenzó a acompañarnos sin poner excusas, fue el único con el que tuvo química. La relación entre ambos se transformaba en algo más. Es un buen chico, Richard nunca se lo hubiese presentado de no serlo le repetía a Marcos quien estaba preocupado por su hermanita. Una tarde de domingo en casa de sus padres Johanna llego acompañada de él, le dijo a sus padres que llevaría un amigo, nunca antes lo había hecho, por lo que pensaron que era algo más que eso. Como de costumbre después de comer nos fuimos al patio de juego, Sebastián se integró muy bien, tanto que podría asegurar que ya es parte de la familia. No ocultaron la relación amorosa y eso lo notaron mis suegros, muy discretamente le hicieron preguntas sobre su vida, normal que quisieran conocer a quien tal vez sería su futuro yerno. Mientras ayudaba a mi suegra en la cocina, preguntó que desde cuando Marcos y yo lo conocíamos. Expresó su simpatía hacia él y la buena impresión que les causó, Johanna es su niña adorada y su bienestar es lo primordial para ellos como padres, me recalcaba. Comprendí lo que eso significaba, como madre lo que más me interesa es el bienestar de Gabi, es muy pequeña aún para pensar en su futuro amoroso, pero es lo mismo en otros aspectos de su vida, que ella esté bien y sea feliz es lo primero. Le dije todo lo que sabía de él y que era un gran amigo de Richard, a quien ella conocía, le aseguré al igual que lo hice con Marcos que nunca no los hubiese presentado de no estar seguro que es una excelente persona. Se quedó más tranquila, ahora sus dos hijos estaban en las mejores manos dijo tomando mi mano. Esa frase conmovió mis entrañas, que ella pensara que soy buena para su hijo, me llenaba de orgullo, tener su aceptación y cariño era maravilloso, sobre todo porque sé que es verdadero el cariño que me profesan. Ese día Gabi estaba agotada, por lo que aprovechamos para marcharnos más temprano, de esa forma Johanna y Sebastián aprovecharían un tiempo en privado con mis suegros. Al llegar Marcos llevo a Gabi a su habitación, mi niña se quedó dormida durante el trayecto. -La puso en la cama y la arropó -Me miro y sin titubear dijo: Creo que es tiempo de que vivamos juntos y cuando salga el divorcio nos casaremos -No espere esa propuesta y asustada le contesté -Es demasiado pronto, ¿no lo crees? -¡No!, -en tono firme y seguro refutó - por el contrario creo que estamos perdiendo un valioso tiempo -Noté en su voz melancolía -¿Por qué lo dices? -Salimos de la habitación, cerró la puerta tras de sí sin hacer ruido -Quiero que seamos una familia, no separarme de ustedes. –quebrantado me confesó su aflicción - Cuando vuelvo a casa me siento solo, despertar y no verte me entristece. –se giró y miro la puerta cerrada del cuarto de Gabi, pasó sus dedos por las letras de su nombre, las mismas que él le diseñó. - Escuchar a Gabi llamarme papá y que ande merodeando, llena mi vida. ¡Ustedes son mi vida! -Lo acaricie y con dolor le dije -Prefiero esperar -Acongojado bajo la cabeza y se dirigió a las escaleras -¿Tienes dudas sobre nosotros? -Lo escolté camino a la puerta, no quiso mirarme -Pienso que es mejor esperar un poco es todo -Se despidió con un frio beso. Concebir la idea de volver a compartir mi vida con otra persona trajo el temor de lo vivido con Daniel. No hay punto de comparación entre ellos, pero fue inevitable sentirme asustada. Me desvele esa noche, Marcos no se merecía que lo pusiera al mismo nivel de Daniel ni en mil años. Son dos personas muy diferentes, me demostraba cada día lo importante que Gabi y yo somos para él. ¿Entonces porque no aceptar que estamos destinados a estar juntos y ser felices? Salté de la cama al ver el primer rayo de sol que entro por mi ventana, cogí el teléfono y nerviosa marque su número, su maravillosa voz me saludo, pensé que seguiría enfadado, pero me habló igual de cariñoso. Aproveche y lo invité a almorzar, sin dudarlo acepto. Sabía que en el fondo controlaba sus emociones, no deseaba asfixiarme o peor aún acorralarme. Nerviosa y cansada me prepare para ir a la oficina, alisté a Gabi y la llevé a la escuela. El tiempo se me hizo eterno, no dejé de mirar el reloj, ansiaba la hora del almuerzo, mi uñas quedaron reducidas a nada, durante la mañana me las comí una a una, cuando no quedó nada de ellas comencé a quitarme los pequeños pellejos de alrededor, sentí un sabor extraño, miré y era sangre, por accidente había quitado un pedazo de piel de mi dedo anular izquierdo. Tonta de mí pensé, acabé en unas cuantas horas el trabajo que me lleva meses, mi uñas son débiles y se parten con suma facilidad, las cuido bastante para tenerla presentables, pero ahora el trabajo estaba arruinado. Fui al servicio y lavé mis manos hediondas de saliva, hediondas de baba. Busqué en mi bolso una lima, con ella medio arreglé lo poquito que podía salvarse, la imagen, porque uñas no quedaron. Guardando la lima en el bolso, sonó el teléfono, lo saqué y era él, la hora que tanto esperaba había llegado, el corazón se me aceleró al escuchar su voz, como loca salí del baño y corrí a la salida para encontrarlo. Ahí estaba, de pie con los brazos cruzados frente a la puerta del pasajero, al verme sonrió y la abrió esperando que llegará hasta él. Aceleré el paso, no pude contenerme y me le lancé, sin coger aire entre una frase y otra le solté la retahíla. -Quiero vivir contigo, formar la familia que tanto nos merecemos. ¿Sigue tu propuesta en pie? -Me levanto dando vueltas y gritando -¡Me haces el hombre más feliz del mundo! No exagero cuando lo digo. -¡Te amo!, ¡te amo! Le dije. Como imanes nuestros labios se juntaron –el timbre de un teléfono nos frenó -Está sonando tu teléfono le dije -Es el tuyo, respondió -Que imprudente el que llama ahora, dijo sonriendo a la vez que me soltaba -Le enseñe la pantalla del teléfono -La imprudente es tu hermana le tiré en cara - Hola Johanna, ¿cómo estás? -Al otro lado la voz ansiosa respondía -Muy bien Caro. Tengo noticias. ¿Puedes pasarte por la oficina? -Claro, -con temor mire a Marcos conteniendo la respiración -¿de qué se trata? -Te lo contaré aquí, ¿puedes venir esta tarde? -Marcos hizo señas para que le pasara el teléfono, lo sacudí y seguí hablando -Estoy con Marcos, podemos ir ahora si lo prefieres -Perfecto, -su tono cambio al saber que él iba conmigo -Me tienes en ascuas, adelántame algo por favor -¡No!, ¡no! Los espero aquí. Hasta luego –colgó dejándome inquieta y con ganas de salir corriendo a sacarle las palabras -¿Qué pasó? ¿Algo malo? -Quiere verme en persona, volví a meter mi dedo anular a la boca, Marcos me lo quitó como si fuera mi padre. –Nos subimos al coche y en menos de lo imaginado estábamos en su oficina. Nos apresuramos a abrir la puerta, Hola Johanna -Hola chicos, pasen. –Se levantó y nos saludó -Que rápido han llegado- -Señalé a Marcos de reojo -Tu hermano que se cree conductor de la Formula 1 -Nos sentamos y Marcos se arrimó al escritorio mirándola sin parpadear -Cuenta Johanna ¿qué pasa? -La paciencia no es tu fuerte –se acercó envalentonada a enfrentarlo, lleno su boca de aire e hizo pucheros - Es para contarles como me termino de ir ayer con Sebastián -Marcos inquieto se echó hacia atrás cruzando sus brazos y piernas -¿En serio, Johanna? -Una risa sarcástica retumbó, ¡claro que no Marcos! ¿Cómo se te ocurre? -Se puso de pie acercándose a mí. -¡Felicidades Carolina!, eres una mujer libre. La resolución salió y estas oficialmente divorciada -Marcos y yo nos levantamos súbitamente de la silla. Pareciera que tuviéramos resortes. Nos abrazamos y comencé a llorar. Mi pesadilla había terminado -La miré conmocionada y con voz quebrada le expresé -No tengo palabras para agradecerte Johanna -Ya lo has hecho, -con lágrimas en sus ojos nos miraba encantada -la felicidad de mi hermano no tiene precio -Marcos le extendió el brazo y ella se unió a nuestro abrazo, le beso la cabeza. -Gracias hermanita, eres lo máximo, este divorcio representa mi felicidad -Como pudo llevó las manos a su cara y secó sus ojos. -Hay que celebrar, vamos a almorzar. Yo invito -De eso nada Johanna –la intimidé con la mirada para que desistiera -quien invita soy yo -Parecía que no fuera con ella, nos apretó de nuevo y se escabullo -Por lo pronto vámonos, ya veremos quién paga al final. -Saqué el teléfono del bolso y los dedos no me daban para encontrar la lista de contactos - llamaré a Paty para darle la buena nueva -Marcos me lo quito de la mano al ver mi tardanza -Dile si quiere venir con nosotros, voy a llamar a Sebastián también, dijo Johanna sosteniendo su móvil Paty, Richard y Sebastián se unieron a la celebración improvisada, con ellos no era necesario hacer antesala, mucho menos si era algo tan importante. Paty lloró al verme -Amixxx, estoy feliz por ti, al fin te quitaste ese lastre, -una sonrisa de oreja a oreja se le dibujó en el rostro, su alegría era obvia -ojalá se largue del país para no volverlo a ver –La rudeza con que hablaba de Daniel era despectiva, sus facciones cambiaron de un segundo a otro -Evité profundizar en el tema, Daniel no se merecía mi atención -Con que no me moleste más, me doy por bien servida -Eres demasiado buena –su odio no lo podía ocultar, sacó lo peor de ella –Yo hubiese contratado matones para quitármelo de encima hace rato –un sonido de disparo acompañado de una pistola simulada en su mano derecha nos dejó perplejos -¡Paty no hables así! –le sacudí la mano bajándole el dedo índice -No me malinterpreten, -la observamos sin reconocerla, vio nuestras expresiones y explicó -un sustico para que te dejara en paz, es lo que digo -Richard la secundó en su gracia, le tocó el hombro con cuidado fingiendo miedo –No puedo fiarme de ti amor. –se dirigió a nosotros con fuerte voz -Chicos si algún día tengo un sustico. –levanto la mano de Paty y sonriendo manifestó -Ya saben quién es la responsable. -Bajó la mano y sujetó la de él -No digas eso cariño, el sustico te lo doy yo misma. –Le dobló el brazo a la espalda aparentando un arresto -Pero pórtate bien, porque no me ando con rodeos. Dijo a carcajadas. -Ayer le propuse a Carolina que viviéramos juntos. -Se produjo un silencio en la mesa, todos quedaron sorprendidos -¿Por qué callan? Les pregunté -La verdad es que se estaban demorando mucho. Expresó Richard -Es cierto Caro, no sé por qué han esperado tanto. –Abrazada a Sebastián guiñó el ojo Johanna -mi hermano te ama con locura -Si amixxx, hacen una pareja maravillosa y merecen ser felices –Paty propuso un brindis -Felicidades por su nueva vida juntos. –Por un futuro próspero se escuchó al unísono -Cuando es la mudanza para ayudarlos, preguntó Sebastián - Caro, tiene que decidirlo. –Sonrió echándome el peso de la decisión - Por mi hoy mismo Saber que ya no era más la señora Lanzat me daba tranquilidad. Daniel no tendría nada que ver conmigo. Lo único que nos unía era Gabi. Quien sabe cuándo lo volvería a ver, me he quitado un gran lastre como dice Paty y se siente bien, muy bien para ser sincera.
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