Capítulo 5

1574 Palabras
DANTE Mira mi reloj y ya se acerca la hora de volver a salir, voy hasta mi despacho para abrir la caja fuerte al verla no se si reír o llorar, me queda menos de la mitad de dinero que mis padres me dejaron, sacó cuatro fajos de dinero y los colocó en mi portafolio, me visto y quedó listo, veo un mensaje de Fiorella, no puedo decir que no la he llegado a querer porque sería mentira, ella se ha ganado mi cariño poco a poco, sin embargo, eso no quita que mi principal interés es su dinero. No es un mal negocio, una chica hermosa a quien quiero, su dinero y a un futuro su empresa, todo está perfectamente calculado. Me subo al carro y le respondo con una frase de amor a Fiorella, ella es muy romántica y si para tenerla feliz debo ser un romántico empedernido, eso seré. Llegó al casino ubicado en Palermo, es un casino que es para personal de élite, aquí no podemos llegar con poco dinero o si no no podemos ingresar, muestro mi credencial y entró, mis juegos favoritos son: el black jack, el poker y con la que más he ganado la ruleta europea. Pido fichas para la ruleta, apuesto por el número 21 y espero para que la giren, hasta que el crupier informa que cayó en el número 14, me comienzo a aflojar el nudo de la corbata… vuelvo a apostar esta vez el doble, cambió de número esta vez el 30 el crupier gira la ruleta y cayó en 24, recoge las fichas y ya he perdido más de mil dólares… Me dirijo al siguiente juego, mi fiel black jack y nuevamente la suerte no está a mi favor de los cuatro fajos de dinero solo me queda uno, comienzo a hiperventilar aún no creo que hoy no sea mi día. Voy al bar y pido una botella de stroh un Ron polaco para poder intentar borrar de mi cabeza las pérdidas, de reojo veo a Alessandro, mi viejo amigo. Esta con unos señores así que como somos socios y amigos no pasará nada si me acercó. Voy caminando a pasos lentos, un poco mareado pero aún consciente. Me paro a su lado y le tocó el hombro con la palma de mi mano llamando la atención de los presentes. — Dante, no pensé encontrarte en este lugar. ¿Vienes solo? — Asiento y muevo la silla y me ubicó a su lado. — Uno no se sienta donde no es invitado, estoy en una reunión si deseas me esperas en la barra pide lo que quieras va por mi cuenta —. Termina de hablar Alessandro y yo me levanto ante la mirada atónita de cada integrante de esa mesa. Voy a la barra y pido un vodka, miro como ese hombre es tan exitoso, en un futuro quiero ser más que él, mejor en los negocios y tener mucho dinero para poder vivir la vida que merezco. Después de tomarme unas cuatro copas Alessandro se acerca a mi, se sienta y le hace señas al bartender para que le sirvan lo mismo que a mi, él me mira con frialdad, se que no le caigo bien pero no me importa, aprendí que para conseguir lo que uno quiere hay que utilizar a las personas y eso quiero hacer con él. — Escúchame imbécil, en tu vida te vuelves a sentar en la misma mesa que yo, sin mi permiso. Ocupa tu lugar. Agradece que no te saque a patadas porque ellos son unos clientes muy importantes o si no hubieras acabado en el suelo. No juegues con mi paciencia. ¿Qué quieres? — Necesito dinero para seguir apostando, necesito recuperar lo que acabo de perder y con esta cantidad no me alcanza —. Le lanzó el fajo de dinero a sus manos. Lo analizó, sé que está considerando la idea, hace un par de muecas, en el fondo sé que él ve en mí un futuro prometedor, un hombre exitoso. Llama a un Señor y me mira con una sonrisa. — Él va a apostar el dinero que quiera, en los juegos que quiera, las veces que quiera y se lo van a permitir. Eso si me pasan el dato cuanto gasta, todo va por mi cuenta —. Le termina de hablar al hombre, este hace una reverencia y se va. Lo conseguí, sé que muy pronto seré la mano derecha de este, y más adelante seré su reemplazo. — Te agradezco amigo, te devolveré hasta el último centavo —. Le estrechó la mano. — Eso sí, me vas a devolver hasta con intereses. Mientras tanto disfruta, yo te avisaré cuando necesite de ti —, se levanta de la silla y coloca un billete en la barra. — Ahh y no se te vuelva a ocurrir llamarme amigo, mis amigos siempre terminan muertos. Trago fuerte ante ese comentario, la verdad es que no tengo conocimiento de que tan peligroso sea este hombre, lo que sí sé es que es muy poderoso y eso lo voy a tener a mi favor. Me voy de vuelta al gran salón a mejorar mi suerte, pido cien fichas, que son alrededor de diez mil dólares y comienzo juego por juego, en unos ganó muy poco y en otros pierdo el doble, necesito suerte… vuelvo a la ruleta y finalmente ahí ganó, fue la cifra que más gane en la noche, y a pesar que es solo la cuarta parte de lo que invertí puedo irme con la seguridad que mañana será diferente. Llegó a mi casa y guardó el dinero en la caja fuerte, tomó unos cuantos billetes para hacerle un obsequio a mi futura esposa, dejó todo en la mesa y me lanzó a la cama a caer en un sueño bastante relajante. Me despierto tarde y hoy debo ir a la empresa, esto me frustra, una persona como yo no debería trabajar, yo debería ser el jefe y no preocuparme por nada más. Me baño y desayuno, le envió un mensaje a mi secretaria para que mueva mi agenda, salgo y me subo al carro antes de llegar a la oficina voy a una joyería, compró una pulsera y me la envuelven en una caja. Prendo un puro y sigo mi camino, al llegar a la oficina me dirijo de una vez a la oficina de Fiorella, tocó un par de veces hasta que me permite la entrada, la miro y esta con sus gafas para cuando está en la computadora, tiene una blusa celeste que deja ver su sostén, tiene una falda muy ajustada, eso es lo bueno de este negocio, no salgo perdiendo disfruto no solo de su compañía si no del buen sexo con ella. — Es tu culpa, todo es culpa tuya —, finjo estar enojado y me siento en el sofá de su oficina. Ella se levanta asustada y se quita sus lentes, se dirige a donde estoy y me hace señas para que le cuente qué pasó. — Sí no estuviera pensando en ti todo el día hubiera escuchado la alarma, ahh y como no te salías de mi cabeza me tocó salir y buscar algo que te quedará perfecto, es algo para que veas que eres la única culpable de no dejarme trabajar, de no dejarme concentrar en otras cosas… por eso te voy a dar tu merecido — Ella mantiene esa sonrisa, le saco la caja y ella la abre asombrada, la miró encantado realmente me gusta verla feliz. — Eres el mejor hombre del mundo, soy muy afortunada — Se sienta en mis piernas y me abraza para darme un beso, de esos que me vuelven loco. Quisiera no aprovecharme de su cariño, pero es necesario por el dinero, si quiero que ella y yo tengamos un futuro perfecto. Salgo para mi oficina o si no no me resistiré y la haré mía. Miré mi billetera y veo lo poco que me quedaba, gasté mucho en la pulsera y ahora me estoy arrepintiendo, debo recuperar algo o si no no voy a tener para la noche del casino de hoy. Me dirijo a la oficina de Fiorella y pongo mi cara de tristeza, debe ser lo más real posible. Ella está observando la pulsera con cara de felicidad, punto para mí. — Amor, viste mi billetera, necesito pagar unas cuentas de mi casa hoy mismo —. Ella se levantó y me ayudó a buscar. — Ahh lo más seguro es que la haya dejado en la joyería, amor perdón molestarte me iré a mi oficina a mirar como hago —. Doy la vuelta pero se que ella me va a llamar. — Amor, si es urgente ve a la nómina y dile que te desembolsen un cheque a mi nombre, yo lo firmó y pagas tus cuentas. Y esta noche nos vemos en tu casa para celebrar nuestro amor —, se baja el broche de la falda dejándome ver su tanga. — Estaré más que ansioso, pero yo te aviso cuando llegue. Eres la mejor sin tu ayuda me quedo sin pagar eso por andar despistado. Te amo mi princesa. Salí de hay después de apretar su trasero, tendré que ir mañana al casino hoy iré por mi cheque y esta noche a celebrar lo afortunado que soy, poco a poco consigo mis cosas.
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