Capítulo 3

1418 Palabras
FIORELLA Me devolví a la mesa furiosa, me estresa ver que hayan hombres que se crean tan egocéntricos, ¡que idiota!, me siento mientras Valentino me mira con una sonrisa. Valentino es mi amigo desde que teníamos cinco años, él es grandioso, es mi cómplice, mi confidente y todo lo relacionado con ello, él descubrió su gusto por los hombres hace diez años, desde allí somos más que amigos, somos hermanos. Él me miraba con la ceja levantada como sospechando algo. — ¿Y ese muñeco? Vi que te echó el ojo… no vamos a negar que es divino, exquisito —. Ruedo los ojos ante su comentario. — Sí, es muy atractivo pero eso no le quita lo petulante. Adicional tengo novio y amo a Dante —. Le di un sorbo a la copa. — Dante es un churrazo, pero este está esculpido por los mismos Dioses, si tu no lo haces yo puedo intentarlo. Aunque creo que tienes más oportunidad tú, al salir de acá no te quito la vista de encima, eres muy afortunada, en estos momentos te estoy envidiando —. Achicó los ojos y lo miró, él siempre con sus ocurrencias. — Cambiando de tema, ya te tengo el vestido para esa fiesta a la que los invito tu hermoso novio, déjame decirte que pase toda la noche diseñando y elaborando lo, me debes la vida… vas a impresionar ese día, no solo vas a dejar muerto a Dante si no a cualquier pelagato por allá. — Por eso te amo, eres el mejor — dije y lo abrace muy fuerte, casi lo dejo sin aire. Nos despedimos y salí para la empresa, mi papá y Gian mi hermano me estaban esperando para una junta, nuestra empresa es la número uno en automotores, por eso mi pasión por la ingeniería electrónica, amo eso. Me subí al carro y me dirigí hasta el norte de la ciudad, al llegar a un edificio de al menos quince pisos estaba frente a mí salude a todos de una manera muy cordial y subí en el ascensor hasta el último piso, allí ya estaba Carmen, es la secretaría. Ella lleva diez años trabajando acá, llegó como inmigrante pero logró legalizar su situación gracias a mi papá. La saludé y ella me dio un beso, entré a la oficina de mi papá, él estaba fumando un puro mirando por la ventana. — Papito te ves muy guapo hoy — lo digo con un gesto adulador. — Me imagino que vas a pedir algo, cuando haces esos pucheros es porque quieres algo, ¿Qué quiere la princesa de papá? —, me hace señas y me siento en sus piernas y sí, sé que estoy un poco grande pero para él aún soy una chiquilla. — Ya casi se acerca mi cumpleaños, quisiera que lo celebremos esta vez en la playa. Pero quiero que estemos todos, debes aplazar las citas y todo eso, quiero que estemos allá un par de días —. Él hace gestos como si lo estuviera pensando y con una mueca me dice que sí. Me levanto y doy unos saltitos, él se levantó y con su mano me condujo a la sala de juntas, allí ya estaba Gian junto con Dante, él aparte de ser mi novio es un socio minoritario en la empresa, también estaban unas cuatro personas más. Mi padre comenzó a mostrar las tablas del último mes, las ganancias y la pérdidas que tuvimos, haciendo cuentas locas tuvimos un rendimiento del noventa y cinco por ciento, todos aplaudimos ya que había sido el mes con mejor utilidad y ganancias en el último año. En esto Dante levantó la mano para poder pedir la palabra. — Quería comentarles, bueno de esto solo sabe Fiorella y es que la otra semana voy a hacer negocios con un empresario muy exitoso del sector automovilístico viendo estos números tan positivos creo que es conveniente ampliar nuestros horizontes por eso propongo que evaluemos la propuesta del señor Rossi, él está dispuesto a negociar y nos recibiría encantados en su fiesta —, habla como todo un profesional Dante, y con tanta seguridad que cada palabra era un signo claro de que él sabía lo que hacía y siempre los negocios que proponía daban buenos resultados. — Señores por eso este hombre es mi yerno —, mi padre lo señala y le aplaude. — Siempre ve por el bien de la familia, de mi hija y de la empresa. Dante si tu estas seguro que hacer negocios con el señor Rossi es una buena idea, iremos con mis hijos a conocerlo. Demos un aplauso a este grandioso hombre —. Todos aplaudimos y yo le di una sonrisa amorosa, en silencio le dije te amo. Terminamos la reunión y salimos, yo fui a mi oficina y minutos después entró Dante, me tomó de la cadera y me subió a la mesa. Me beso con intensidad y puso su mano debajo de mi vestido alcanzando mis bragas y creando fricción con sus dedos. — Eres una droga para mí, no sé qué haría si no estuvieras conmigo. Esta noche quédate en mi casa y tenemos una noche llena de pasión — dice mientras da besos en mi cuello. — Voy a intentar, pero hoy tenía ya un compromiso con Valentino, intentaré de todo para no demorarme y te acompaño ¿Sí?, él tiene una exposición muy importante y no lo puedo abandonar. — Está bien, pero entonces te espero y si te demoras tendrás tu castigo. Lo miro fijamente cuando baja y se ubica de rodillas quedando frente a mis piernas, las abre y baja mis bragas, para luego devorar mi clítoris sin piedad alguna, con sus dedos masajeaba mientras con su lengua jugaba de arriba a abajo sin compasión; haciéndome llegar después de unos minutos a un orgasmo. Se limpió su boca y me ayudó a recomponerme para luego salir a su próxima junta. No pude evitar sonreír, lo amo. Hace de todo para complacerme, llevamos dos años así y a pesar de que su estatus económico es menor al mío, mi familia lo aceptó y lo adora. Le envío un mensaje a Valentino para encontrarnos en la cuarta avenida a las seis en punto, mientras yo iría a arreglarme. Salí de la empresa y fui a mi apartamento, aquí duermo de vez en cuando, también es uno de nuestro nido de amor con Dante, por lo general me quedo en la casa grande. Llegó y escojo mi ropa para hoy, con una blusa de seda con tiras y un pantalón holgado de algodón color carmesí quede lista, un poco de maquillaje y mi cabello lo recogí con una coleta baja. Después de manejar veinte minutos llegué a mi punto de encuentro, y allí estaba Valentino, con su cabello recogido en una trenza, su traje blanco y sus zapatos lustrados que brillaban tanto como él. Le di dos besos y entramos al museo, allí iba a exponer un cuadro, Valentino a parte de ser diseñador tenía un hobbie el cual era pintar, allí exponía todos sus emociones reprimidas y las plasmaba de una forma tan abstracta que sus cuadros estaban catalogados como uno de los mejores. Nos ubicamos frente a este, mientras él daba una pequeña explicación sobre cómo creó que está nueva obra; una voz me sacó de mi concentración y me hizo exaltar. — Podría jurar que me estás siguiendo — habla aquel hombre, el del choque y posteriormente él que me envía un vino en un restaurante. — Yo podría asegurar que eres un acosador — Le dije sin mirarlo. — Tu percepción de los hombres es buena, qué te parece aceptarle una copa a este acosador. Así te compenso por cada momento —. Lo miró y tiene una sonrisa, no voy a negar que es extremadamente sexi este hombre. — No, no me interesa. Pero si quiere le invito a que se vaya a otra exposición, creo que solo su presencia me da migraña. No puedo creer que en verdad tenga que encontrarme con usted tan seguido. Le recuerdo que hostigar a las personas es un delito —. Lo mire fijamente a los ojos, podría jurar que me sonroje al ver la forma en que me veía. — Me declaró un criminal — dice con una sonrisa, mientras levanta sus manos en signo de rendición. Luego de eso se va, me causa risa esta escena, que hombre tan persuasivo.
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