Henry el día anterior antes de la boda, resistiéndose a aquellas provocaciones de su exesposa, un tanto disgustado se fue hasta la piscina interna que estaba en la mansión. Los sirvientes quienes el día anterior habían limpiado todo el lugar, porque estaba algo abandonado, dejaron esa área de diversión bien limpia y preparada por si Henry quien le gustaba nadar venia de improvisto a esa mansión tal y como sucedió ese mismo día. Entonces, el hombre encendió la luz, se quitó toda la ropa y estando en ropa interior se lanzó al agua para nadar un poco y deshacerse de esas ganas de hacer suya a la morena, quien se resistía a no estar con él. Henry no era tonto, así que de una buena vez, comprendió lo que quizá estaba haciendo su exmujer; entonces, él nadando estando debajo del agua pensaba: «Y

