—¡Ahhh…estuvo delicioso! —Su corazón latía con rapidez y lo miraba con mucha intensidad —De verdad has mejorado mucho y te felicito. Has durado más de seis minutos, te has estado concentrando bien. —¿Sí? ¿Enserio? —Estando sobre su cuerpo después de haber llegado al clímax la miraba con mucha ternura—¿El orgasmo que tuviste no fue fingido? —No, para nada, no me gusta fingir orgasmos. —Entonces… ¿estas temblando por mí? —comentó con mucha alegría. —¡Si, por quien más. Y ya bájate estas bien pesado! —¡Oh lo siento! Es que… se sentía muy rico estar así dentro de ti…ya me quito —Y con un gesto de vergüenza y algo de tristeza sobre su rostro, se apartó de ella sacando su virilidad de la zona intima. —Oye ¿enserio te vas a poner triste por eso? —¡Si, es que… quiero que te enamores de mí

