capitulo 3

1779 Palabras
Estoy tirado en un pueblo desconocido ya que la que se suponía que sería mi guía se encontró el trabajo muy grande para ella, así que se fue y me dejo, tendré que buscar la manera de como llegar a la casa, pero me asegurare cuando yo llegue de que esa marimacho sea despedida, si es que logro llegar. Camino por el lugar y llego a un pequeño restaurante, el cual había visto durante el camino y quise entrar. Dicen que en estos lugares preparan unos ricos pie y me apetece probar uno. Cuando llegue al lugar todos los que se encontraban en el lugar se quedaron mirándome, supongo que quizás me reconocieron y ya saben quien soy, ya que soy bastante famoso. Pensé en irme del lugar, pero mi estomago rugió del hambre y en ese momento me encontraba en un dilema. No sabia si quedarme y enfrentar a los fanáticos o irme. Me quedé parado en la puerta observando el lugar y una señora de estatura baja y un poco rellenita se acercó a mí, por su ropa supe que es empleada del lugar. _ si gusta puede tomar haciendo en asa mesa que se encuentra ahí. _ me dijo señalando una mesa vacía que estaba en una esquina. Me fije todos habían dejado de obsérvame y me sen ti más cómodo. _ ¿Qué quiere que le sirva señor? _ Me puede dar un menú, para ver que tienen. _ Por supuesto. _ ella tomo un menú de una mesa que estaba al lado de la mía y me lo paso. La mujer se quedó parada frente a mi esperando a que me decidiera, pero no sabía que elegir ya que no tenían gran variedad. _ Creo que pediré el especial de la casa y una rebanada de pie de manzana. _ Le recomiendo el pie de arándanos, esta delicioso _ Ok entonces tráigame el de arándanos _ ¿Quiere algo de tomar? _ Solo un baso de agua por favor. _ Ok, estará listo en un momento. Miré a mi alrededor y todos seguían en sus asuntos sin prestarme atención, por lo que me sentí tranquilo. Saque mi teléfono para escribirle un mensaje a la señora Smith, necesito encontrar quien me puede ayudar a llegar a la casa del lago. —Hola Nani_ le escribí a la señora Smith y espero su repuesta. —Hola, Brad, ¿Cómo te ha ido? ¿ya llegaste a la casa? —Aun no, la persona que se suponía que tenia que llevarme a la casa me dejo tirado en el pueblo y se fue. —¿Qué? ¡no puede ser posible! —Me asegurare de despedirla cuando llegue. Ahora lo que necesito es encontrar a alguien que me lleve. —¿Dónde te encuentras ahora? —Estoy en una cafetería comiendo algo, tenía mucha hambre. —busca a el señor Harrison, el es el mecánico del pueblo y te llevara a la casa, dile que yo te envié. —ok, eso hare, pero ahora comeré un poco. —cuídate y cuando llegues me avisas. —ok.   Le conteste a la señora Smith y guarde el teléfono, la mesera que me atendió venia con mi comida. La puso en la mesa frente a mí. —¿Desea algo más? —No está bien, gracias. —Cualquier cosa no dude en llamarme. Observo un gafete que tiene con su nombre en el delantal— ok Nely Ella se fue y yo me empecé a comer lo que es una hamburguesa y papas fritas. Mientras estoy comiendo la puerta del restaurante se abre de golpe y todos en el lugar nos quedamos mirando a la persona que acaba de llegar. Para mi fortuna o infortunio quien acaba de llagar al lugar es mi transportista. Ella camino hacia mi y yo continue comiendo mi hamburguesa. _ Aquí estas. —dijo mientras se dirigía hacia mi dando grandes zancadas. —Pensé que te habías ido le digo con una altitud algo indiferente. —No puedo tengo que llevarte a la casa. —Primero comeré y luego nos podremos ir. —Dile que te lo pongan para llevar necesito que lleguemos lo antes posible a la casa. —No lo creo, terminare de comer y luego nos iremos. La chica se veía desesperada por llegar a la casa, pero yo no pretendo dejar mi almuerzo a media por complacerla. —Porque no te quitas esa gorra—le digo, ya estoy intrigado por ver bien su rostro. —No lo creo, así que apresúrate y vámonos o sino te dejo tirado en el pueblo. —No hace falta que te preocupes por mi puedo encontrar a alguien que me lleve. —Bien si eso prefieres me voy. —ello no dudo ni un solo segundo y se puso de pies y salió del lugar. No me preocupare por ella, buscare a alguien que me lleve y luego me encargare de ponerla en su lugar. Cuando termine de comer todo incluido el delicioso pie de arándanos, tome mi mochila y Sali en busca del mecánico del pueblo, por suerte le pregunte a Moly donde estaba el taller de el y ella muy amable me dio su dirección. Me siento extraño estar en un lugar donde nade sale corriendo detrás de mi para pedirme un autógrafo o una fotografía. Fui a donde me dijeron y entre el taller del señor Harrison. El taller estaba abierto así que entre, el lugar es un lugar pequeño con unos cuantos autos viejos. Toque para que se dieran cuenta de mi presencia en el lugar y un hombre de algunos cincuenta años salió debajo de una vieja camioneta. —¿Te puedo ayudar? — me pregunto —Sí estoy buscando al señor Harrison. —Ese soy yo ¿para que soy bueno? —Quisiera que me lleve a la casa de los Harris. La señora Smith me envió donde usted. —Claro, justamente mi hijo Andreu va para esos alrededores y te puede encaminar. — Eso es excelente. — Dame unos minutos y le digo a mi hijo que tendrá compañía en su viaje. El señor Harrison salió y yo me quedé sólo en el taller por unos minutos hasta que el regreso.  —Ya le dije y pronto el estará aquí. Cuéntame, ¿Cómo está Sofia? hace mucho que no la veo. —¿Habla de la señora Smith? —le pregunto por su manera tan confiada de hablar. —Claro y de quien más crees. — Ella está muy bien.  —Papá ya estoy listo para irme _ dijo un joven hombre quien acaba de entrar al taller. —Hola eres a quien llevaré. —Sí. Hola soy William. _ le digo el nombre que la señora Smith me dijo que dijera y estrechez su mano. —Hola soy Andreu es un gusto. — Bien, creo que será mejor que se vallan para que no se le haga más tarde. — nos dijo el señor Harrison. — Ok. Nos vemos —le contestó a su padre y salimos del lugar. Subimos a una camioneta y nos dirigimos hacia mi destino, la casa del lago. —Sabes te pareces a alguien, pero no recuerdo a quien_ me dice y yo me doy cuenta de que quizás me confíe demasiado, no ocultar más mi aspecto. —Enserio, quizás me parezco a alguien del pueblo. — No, no es así, quizás más adelante lo recuerde ¿pero dime que pasó, se averió tu auto o algo? — No. Lo que pasó es que la persona que me tenía que llevar me dejó tirado y se fue. —Valla ¿y que harás? —Por lo pronto quiero llegar y luego me encargaré de ella no se saldrá con la suya. —¡Oh entonces fue una mujer! —dice riendo. — Así es. Ella vive en la propiedad a donde vamos. — Entonces esa chica que dices debe de ser Alegra. —¿Alegra dices? —Si. Es toda una hermosura. —No me pareció una mujer hermosa. —Bueno amigo entonces creo que no la viste bien. Ella es la chica más linda del pueblo. — Si tú lo dice no lo pondré en duda—no sé cuáles sean los estándares de belleza de este lugar, pero no discutiré con él. Además, no la vi bien ella traía una gorra puesta. Todo el camino fue agradable, puedo decir que tengo mucho tiempo que no vengo a este lugar, pero recogí a un lejos la casa. No puedo creer que tenía tanto tiempo sin a ver vuelto a este lugar. —Ya casi estamos llegando la casa se puede ver desde aquí— me confirma Andreu. — Si la veo—le contesto mientras recuerdo los momentos que viví aquí junto a mi madre. Llegamos y el estaciono la camioneta en el frente de la casa.  — Gracias por traerme— le dije mientras me desmontaba de la camioneta. —No hay problema amigo, además quise venir para ver a la chica más linda del pueblo. — todavía el sigue diciendo que la marimacho que fue a recogerme es bonita, me pregunto qué pensaría el de las modelos que siempre me persiguen. — Hola— dice una mujer mayor que sale de la casa. —Hola doña lucia, ¿Cómo estás?— le digo el a la señora que sale a recibirnos. —Estoy bien ¿y tu padre cómo está? — Él está bien, me gustaría saludar a Alegra y darle un libro que ella me encargo. — Claro déjame llamarla. Ella empezó a llamar a la chica y yo tomé mi teléfono para llamar a la señora Smith y decirle que ya había llegado. —Hola Alegra — escuché al chico decir. Yo estaba con la cabeza agachada marcando el número de la señora Smith, levanté mi cabeza y en ese momento sentí como se flecho mi corazón. No podía creer lo que estaba viendo, una hermosa joven de cabellera dorada se acercaba hacia nosotros con una resplandeciente sonrisa. Cuando llegó a donde estábamos los dos me miró y me sonrió, en ese momento sentí que el corazón se me quería salir del pecho. — Qué bueno que llegaste. Pensé que tendría que volverte a buscar. —cuando ella me dijo eso miré al chico con mis ojos casi salido de invitas. — ¿Eras tú la que venía conmigo hoy? — le pregunté incrédulo. — Sí_ me respondió y en ese momento quería que la tierra me tragara. Como no me di cuenta de semejante belleza. Si ella es resplandeciente como el sol de la mañana.              
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