Ayude a mi madre a prepara la mesa para la mesa para la cena con el pesar de que tendríamos a alguien nuevo en nuestra mesa y este no era bien recibido al menos por mí.
Mi padre fue el primero en llegar a la mesa y luego mi hermano David, todos ocupamos nuestros puestos en la mesa, pero tuvimos que esperar hasta que ese hombre se dignara a venir.
Ya habían pasado casi diez minutos y el no aparecía, es molesto tener que esperarlo para poder empezar a cenal. Iva a ponerme de pies para irlo a buscar cuando él se dignó a llegar.
— Por fin llegas. _ le digo mostrando que estoy enojada.
—No sabía que me estaban esperando. _ me respondió.
—Por favor tome asiento, con nosotros en la mesa. _ le dijo mi madre con su amabilidad de siempre.
—Gracias. _ respondió y se sentó a mi lado.
—Bueno empecemos_ dijo mi padre,
— ¿Y qué te trae por aquí? _ le pregunto mi hermano.
—¿A qué te refieres? _ le contesta el a mi hermano, el cual nunca dejara de ser curioso.
—Me refiero a que es extraño que un hombre de ciudad decida venir a vivir al campo.
—No vengo a vivir al campo. _ le contesto, y su respuesta nos impresión a todos.
—¿Cómo dices? _ le pregunte extrañada.
—Digo que no vine a vivir aquí, solo estoy de vacaciones y me iré en más cuantas semanas.
—Es bueno tenerlo aquí_ dijo rápidamente mi padre indicándonos que nos quedemos en silencio y no le preguntáramos más nada.
Yo estoy confundida con esta situación, según entendimos el vendría a encargarse del lugar y sin embargo dice que solo vino de vacaciones.
Todos tratamos de mantenernos lo mas natural posible ante esta situación, ya que me dejo sorprendida y a la ves llego a mi un sentimiento de culpabilidad, porque lo trate mal sin el merecerlo.
Me siento avergonzada por mi comportamiento con el, ahora debo disculparme con él pero no sé cómo hacerlo.
Necesito un poco de aire fresco así que cuando terminé de ayudar a mi madre quien fue comprensible conmigo y no me reprocha mi comportamiento y estoy agradecida por eso, porque si lo hiciera me sentiría más terrible aún de lo que estoy.
Estoy caminando por el jardín que se encuentra detrás de la casa, tengo que pensar en la manera de cono retribuir mi mal comportamiento, simplemente hicimos suposiciones erróneas sobre él y nos no tomamos el tiempo de averiguar si estábamos en lo correcto o no.
—Hola. — escucho que dicen y cuando me volteo para ver quien es me encuentro con él. Anteriormente me había fijado que era un hombre atractivo pero la verdad es que es más que eso.
—Hola. —le contesto algo tímida.
—Disculpa si te molesto, solo paseaba por el lugar no sabía que estabas aquí.
— No está bien sólo estoy tomando un poco de aire fresco.
—Ok. — me contesta y se queda en silencio. Es incómodo estar así y necesito romper el hielo que hay entre nosotros para remediar mi error.
— Y… te gusta el lugar, es decir el campo.
— Es tranquilo y un buen lugar para alejarse de la ciudad.
—Tienes razón, aquí puedes olvidarte del bullicio de la ciudad.
—No conozco bien el lugar y acabo de llegar yo….
—Si quieres mañana te puedo dar un recorrido. — digo rápido sin pensar, pero cuando me doy cuenta de lo imprudente y rápida que fue me siento avergonzada al ofrecerme si pensar en el hecho de que había sido grosera con él y quizás no deseé que yo le muestre el lugar. — si quieres claro está.
—Por supuesto, a qué hora nos reunimos? —me dice y yo me quedo impresionada porque aceptó.
—Ok, entonces que sea a las ocho de la mañana.
—Bien a las ocho te veo aquí o tienes pensado otro lugar donde reunirnos.
—Aquí está bien.
—Entonces nos vemos aquí a las ocho de la mañana.
—Ok.
—Entonces…
—Entonces adiós...— le digo y me voy.
Casi me echo a correr cuando me fui y lo dejé en el jardín.
Braulio.
Quedé sorprendido cuando ella se ofreció a acompañarme para dar el recorrido a la propiedad. Desde que había llegado me trató con indiferencia, pero ahora su actitud era diferente y se veía como una persona amable.
No sé si de verdad ella me va a acompañar mañana a dar el recorrido, pero mañana estaré aquí a las ocho de la mañana esperándola.
Al día siguiente me levanté temprano y a las siete y cincuenta minutos estaba en el jardín esperando a que ella llegara. Quiero ver si de verdad va a venir y cumplir con lo que dijo.
Faltaban dos minutos para las ocho de la noche cuando la vi venir hacia mí, traigo unos vaqueros puestos y un poloche, traía su larga cabellera rubia suelta y en sus manos traía consigo una gorra.
—Hola. — me dijo sonriendo lo que hizo que mi corazón se acelerara.
—Hola. — le contesté y le dediqué una sonrisa también.
—Estás listo para el recorrido.
—Claro que lo estoy.
—Entonces vamos. — me dijo y emprendimos la marcha.
Empezamos conociendo los alrededores de la casa. Y pude ver que el tener a esta familia en mi casa fue una buena idea ellos la han cuidado muy bien.
Ella se puso su gorra y se recogió el pelo para que este quedará sujeto con la gorra. Ahora que la observo que aún con la gorra puesta ella es ella es bellísima no sé cómo no me di cuenta de eso cuando la vi por primera vez.
—Cerca de la casa hay un hermoso lago es será nuestro destino ahora.
—Sí estoy ansioso por ir lo a ver.
—Bien entonces vamos.
Continuamos el recorrido y llegamos al lago que sólo está a uno cuantos metros de la casa. Ayer no lo visité porque estaba casándose y cuando me levanté de mi siesta ya era tarde.
—Es bellísimo. _ me dice emocionada.
Pero en vez de mirar el lago que está frente a mi lo que hago es centrar mi sentenció en ella.
—Si lo es. _ contesto con mi vista puesta en ella.
—Espérame aquí regreso en un momento. —y no logré decirle nada porque inmediatamente se fue.
Yo miré el lago y de verdad que es precioso, me senté en una roca que había será de mí mientras esperaba a que Alegra regresará.
Mirando el agua llegó a mi mente la idea de que sucedería si todos aquí se enteraran de quien realmente soy.
Estoy aquí con otro nombre, pero mi rostro es el mismo y el hecho de que no me reconozcan es una suerte. Ser famoso es difícil cuando llega el momento donde quieres tener una vida normal y tener personas sinceras a tu alrededor.
—¿En qué piensas? —me dice Alegra quien acaba de llegar.
—Pensaba en lo bonito y tranquilo que es este lugar.
—Si lo es. Traje algunas frutas y sándwich para que comamos, que dices te apetece comer.
—Claro suena genial—. Tengo que agradecer que ella tuvo esa idea de picnic porque ya empezaba a tener hambre.
Los dos nos colocamos una manta que traje bajo un albor que se encuentra cerca del lago, nos sentamos y ella abrió la cesta con las frutas y la comida.
Ella me sirvió un sándwich con una botella de jugo de naranja.
—¿Esto es jugo procesado? — le pregunto porque no tenia una etiqueta en la botella.
—No, es natural lo preparé y lo puse en estas botellas porque así es mas practico si quiero salir o venir de picnic como hoy.
Bebi un sorbo y estaba muy bueno el jugo al igual que el sándwich que me encanto cuando le di el primer mordisco no pude dejar de comer.
Ambos cuando terminamos de comer recostamos nuestras espaldas en el árbol y fijamos nuestra vista en el lago.
— ¿Has vivido siempre aquí en este pueblo?
—He vivido aquí desde pequeña.
—¿Y no has pensado vivir en la ciudad?
—Vivo en la ciudad.
—Pero acabas de decir que vives aquí.
—Dije que he vivido aquí desde pequeña, pero ahora vivo en la ciudad, estoy estudiando medicina y estoy en mi ultimo año. Pero me tome este semestre libre.
—Te tomaste este semestre libre dices.
—Bueno lo que pasa es que estamos de vacaciones de verano, pero no se si tomare clase este semestre.
—Ok.
—Cuéntame de ti. Has estado interrogándome y no me has dicho nada sobre ti.
—No tengo mucho que contar sobre mí.
—Como es posible, dime a que te dedicas tiene que tener un empleo.
Rayos si hubiera sabido que la conversación tomaría este rumbo no la habría iniciado.
—Me dedico a la industria del entretenimiento y las telecomunicaciones.
—Eso suena interesante.
—Si lo es. Pero lo que me interesa ahora es saber que hacen en este lugar para divertirse.
—Hay muchas cosas que se pueden hacer para pasarla bien y en el tiempo que `permanezca aquí las puedes experimentar una a una.
—Bueno espero con ansías poder disfrutar de lo que este lugar tiene para mí.
Los dos pasamos una mañana agradable conociéndonos y recorriendo el lugar, me pregunto, ¿Qué habrá cambiado que ella ahora no es hostil conmigo?