Un amor de película.

Capitulo 6

Los dos regresamos a la casa y cuando llegamos entramos y cada quien tomo su rumbo, yo fui al cuarto donde me estoy quedando y llame a Nany para saber cómo se encuentra y lo que ha estado pasando en mi ausencia, no es que tenga mucho tiempo fuera, pero sé que los periodistas deben estar asediando mi casa para obtener información sobre mi rotura con mi más reciente novia.

— Hola. — me dice desde el otro lado del teléfono.

—Hola Nany ¿Cómo estás?

—Estoy bien, ¿Tú cómo estás?

— Estoy bien. Estoy conociendo el lugar y voy a dar un recorrido para conocer los alrededores.

—Eso suena excelente.

— Sí, y estoy conociendo a la familia que está encargada de la casa, al parecer son personas agradables.

— Lo son, y sé que te llevarás bien con todos.

—Eso espero, pero lo que me gustaría saber es si los reporteros están todavía asediando la casa para conseguir una entrevista.

—Han estado en frente de la casa, pero según vallan pasando los días se irán y no serán una molestia.

—Eso espero, porque tendré que regresar dentro de un mes y no quiero que ellos estén detrás de mí.

—Trata de despejar tu mente y no te preocupes por nada, aquí todo está bien y pronto recuperaremos la normalidad.

—Eso espero. Ahora tengo que colgar, pero te llamaré luego.

—Ok. Adiós.

—Adiós. — le digo y cuelgo el teléfono. Veo la pantalla y tengo una llamada perdida de Henry.

Marco su número y espero a que el conteste mi llamada.

—Hola Braulio ¿Cómo estás?

—Yo estoy bien.

—Me alegra escuchar que estas bien, sabes te estaba llamando para recordarte que dentro de dos semanas tienes que venir. Aunque no creo que sea problema para ti venir ya que el campo no es lo tuyo.

—No tienes que recordármelo tengo pendiente que debo ir en dos semanas, aunque lo no se es porque estás tan seguro que el campo no es lo mío.

—Eso es lo que supongo ya que eres una figura pública y una estrella de cine acostumbrado a los lujos y placeres de la ciudad.

—Quizás tu tenga la razón o quizás puede ser de que no la tengas, pero te puedo asegurar que una cosa no te gusta hasta que la experimentas de verdad.

—¿A qué te refieres?

—Me refiero a que este lugar es agradable y me gusta. Pero no te preocupes regresare a la ciudad dentro de quince días.

—Mas te vale que sea así y vengas.

—No te preocupes, hora te voy a dejar tengo cosas que hacer. —le digo a mi amigo y cuelgo la llamada.

Salí del cuarto y fui en busca de Alegra, no sé porque, pero me gusta su compañía.

La busqué por toda patente, pero no la encontré lo que me ha dejado pensativo de dónde puede estar.

Salí a caminar por los alrededores de la casa y vi en el garaje una camioneta cuatro por cuatro de doble cabina y me entró la curiosidad por saber quién era el dueño, ya que dudo que los que viven aquí lo sean.

—Linda máquina. —escucho que dicen y cuando volteo para ver quién es me encuentro con David el hermano de Alegra.

—Si se ve genial. —digo tratando de ser amistoso.

—La acaban de traer hoy, y quiero ser sincero contigo, me encantaría poder dar una vuelta en ella.

—Ok. — le respondo sonriente.

Mi teléfono suena y veo que tengo un mensaje en el buzón de entrada, lo abro y es un mensaje de Henry.

" sé que está lejos y me tomé la libertad de enviarte un transporte por si acaso y no encuentra como ir al aeropuerto dentro de quince días"

La verdad es que mi amigo siempre busca la manera de cómo hacerme cumplir con mis responsabilidades, y a veces me enojo por sus intervenciones molestas en algunas cosas en la que estoy enfocado, pero esta vez tengo que agradecerle que me haya enviado esta camioneta, necesitaba una y la que hay en este lugar no está en las mejores condiciones que digamos.

—Si quieres dar un paseo podemos darlo, pero antes de eso me imagino que el que trajo la camioneta dejó las llaves con alguien de la casa.

—Si así es, la tiene mi padre quien ahora se encuentra en el comedor.

—Genial entonces vamos por ella.

Me dirigí a la casa y fui a donde me había dicho David que estaba su padre y efectivamente ahí lo encontré.

—Saludos señor. — le digo lo más amigable y cordial posible.

—Hola muchacho.

—Si no me equivoco usted tiene las llaves de la camioneta que acaban de traer verdad.

—Si así es. — se mete la mano en el bolsillo de su pantalón y me pasa las llaves. _ aquí la tiene, el que trajo la camioneta dijo que tiene combustible suficiente.

—Perfecto, muchas gracias. — le digo y me voy a estrenar mi nuevo todo terreno.

Subí al coche y el hermano de Alegra se quedó mirándome

—Bienes o te queda le digo antes de arrancar.

—Voy. — me dice y sube al auto.

—Creo que iremos al pueblo que te parece.

—Me parece bien así recogemos a mi hermana que fue al pueblo por provisiones.

David y yo arrancamos y nos dirigimos al pueblo.

—Oye, ¿acaso eres rico? _ me presta

—Tengo algo de dinero, ¿por qué lo preguntas?

—Solo es curiosidad, me sorprendió mucho que trajeran esta camioneta, para que la uses mientras está aquí en el pueblo.

—Crees que me veo como alguien rico.

—En realidad pareces más como si fueras un deportista o algo así. _ tengo que tener mucho cuidado con lo que diga, porque podrían descubrir quién soy en verdad.

_ He jugado baloncesto, pero me dedico a la industria del entrenamiento. Y tú ¿a qué te dedicas?

—Por ahora estoy trabajo en la ferretería del pueblo, iba ir a la universidad, pero no quise dejar a mis padres solos. El dueño de la casa ofreció una beca para uno de nosotros y yo se la cedí a mi hermana, ella estudia medicina y sé que será una gran doctora.

—Tú ¿Qué es lo que querías estudiar?

—En realidad no me llama mucho la atención pasármela metido en una universidad, y lo que me gustaría es tener mi propio negocio, como el dueño de la ferretería dónde trabajo él es unos de los hombres más ricos del pueblo.

David y yo continuamos hablando durante todo el camino y ahí aproveche la oportunidad para preguntarle algunas cosas sobre su hermana. Cuando llegamos al pueblo estacionamos la camioneta cerca del parque del pueblo.

—Oye iré a comprar algunas cosas, que tal si das unas vueltas y luego como en una hora nos vemos aquí. — me dice.

—Me parece buena idea.

Empecé a recorrer el lugar y me encontré con la cafetería a la que había entrado cuando llegué al pueblo, así que decidí entrar y comer uno de esos pies de mora que preparan aquí. Vi una mesa vacía y me senté, no tardaron mucho en venir hacia mi una mesera y justamente es Nery la misma mesera que me atendió el primer día que vine.

—Que le puedo servir.

—Me gustaría un pie de moras.

—Así que te gusto el pie.

—Así es.

—¿Y te lo comerás solo o pedirás algo de beber?

—Una Coca-Cola estaría bien.

—Entonces, pie de mora y Coca-Cola, enseguida te lo traigo.

En lo que esperaba a que me trajeran lo que pedí decidí revisar las noticias de farándula a ver si se decía algo de mi.

Como suponía todavía es noticia caliente mi ruptura con Elena y solo se habla de eso en las noticias de farándulas.

—No pensé encontrarte aquí. — me dicen y miro inmediatamente a la mujer que me está hablando.

—Enserio. —le digo a alegra que se encuentra frente a mí en este momento.

—Así es, ¿Cómo llegaste si la camioneta de la familia la tengo yo?

—Tengo mis recursos, ahora no solo tú tienes transporte.

—¿Así? — dice mientras toma asiento frente a mí en la mesa.

—Si.

—Y viniste al pueblo a comer pie. —me dice cuando ve llegar a la camarera con mi pedido.

—En realidad quería dar una vuelta por el pueblo y tu hermano me acompaño.

—Y ¿Dónde está David?

—Está comprando algunas cosas y dentro de exactamente cuarenta y cinco minutos me reuniré con él.

—Ok.

—Pensé que me darías un recorrido por el lugar, pero te has desaparecido.

—Si, tuve que salir, pero luego otro día te daré el recorrido.

—Bien. —digo mientras como un poco de pies de moras y ella me observa. —quieres un poco o mejor te pediré uno.

—No está bien, no es necesario que me brinde.

—No lo creo así. — le respondo, y llama a la mesera y le pido una rebanada de pies para alegra y que me prepárame dos pies completos para llevar.

Cuando terminamos de comer salimos del restaurante y los dos dimos una vuelta en el parque.

—Este lugar es hermoso.

—Si así es.

—Hacía mucho tiempo que no podía disfrutar de la naturaleza en compañía de alguien que no fuera uno de mis dos amigos.

—Porque, no podía hacerlo.

Rayos hable sin pensar tengo que tener mas cuidado a la hora de hablar.

—Es que trabajo mucho y casi no tengo tiempo de salir.

—Ok.

Seguimos caminando en silencio por el lugar. Desde que me volví famoso no he tenido un respiro en mi vida, siempre tengo que estar encerrado y evitando a los paparazis, y si decido salir tengo que disfrazarme para que no me reconozcan, a veces tengo suerte, pero al momento en lo que me descubren y tengo que salir corriendo del lugar donde estoy, aquí es diferente y puedo ser yo mismo sin temor a nada.

—¡Hey! ustedes dos vengan a ayudarme. —escuchamos a David que nos gritaba desde el otro lado de la calle.

—Parece que trae algo muy pesado. —dice alegra y se pone de pie para ir a donde esta su hermano. Yo la sigo.

Cuando nos acercamos me doy cuenta de que trae dos fundas de cemento para piso.

—¿Para qué es eso? — pregunto intrigado,

—La casa necesita algunos arreglos y nosotros arreglamos lo que podemos de vez en cuando.

—Y porque no le dicen al dueño.

—Vivimos ahí sin tener que pagar un solo centavo, y además él paga la matrícula de mi hermana en la universidad, es lo mínimo que podemos hacer. —me contesta y me siento bien al saber que las personas que están viviendo en la casa que mi madre me dejo son las correctas.

—Ven déjame ayudarte a subirlo en la camioneta. — tomo una funda de cemento y nos dirigimos a donde tengo parqueada la camioneta.

—No puede ser, esa camioneta es tuya.

—Si hermanita, se la trajeron hoy.

—En realidad no es mía. —digo apresurado, no quiero que sospechen de mí.

—¿A no? —dice alegra intrigada.

—Mi tía la señora Smith la envió para que la use mientras este aquí, pero esta camioneta es del dueño de la casa.

—Ok.

—¿Y tú lo conoces al dueño de la casa? —me pregunta David mientras pone la funda de cemento que trae en la camioneta.

—Lo he visto un par de veces nada más, él es una persona muy ocupada.

—Ya veo.

—Yo iré en la otra camioneta, la tengo parqueada allá adelante con lo que he comprado.

—Ok nos vemos en la casa. —responde David, y nos subimos a la camioneta a un que en realidad me hubiera gustado que fuera ella la que viajara conmigo y no el.

Alegra.

Cuando llegamos a la casa William me ayudo con lo que traía en la camioneta, y lo llevamos a la cocina, hoy invite a varios amigos del pueblo y haremos una fogata cerca del lago y contaremos historias y acamparemos en el lugar, será una manera de darle la bienvenida a William al pueblo.

—Me alegro de que ya te lleves bien con el joven y se alga aclarado todo. —me dice mi madre.

—Yo también me siento feliz de que todo se aclarara.

—Vas a regresar a la universidad.

—Si, el semestre iniciara dentro de un mes y ya solicité la inscripción.

—Me hace feliz que continues tus estudios, y mas aun que te faltan solo dos años para terminar tu carrera y ser una flamante doctora. Tenemos que agradecer al señor braulio por ser tan generoso y pagar tus estudios.

—si madre.

Mis padres siempre se han sentido agradecidos por la ayuda que hemos recibido por el dueño de la casa, pero no creo que todo lo que el ha hecho sea un regalo si mas bien algo que nos hemos ganado, esta casa la hemos mantenido a flote por nuestro esfuerzo ya que lo que el tiene asignado para el mantenimiento del lugar es muy poco dinero y no da para nada.

—¿A qué hora vienen tus amigos alegra?

—Deben de estar por llegar, le pediré a David y a William que me ayuden a llevar las cosas al lugar donde se hará la fogata.

Sali de la cocina y fui a buscar primero a William, el esta en su cuarto, subiré para ver si está listo.

Toque la puerta y entre de inmediato.

En ese momento la vergüenza me mato. William estaba frente a mi prácticamente desnudo, solo traía puesto un bóxer y nada más. El solo se quedó mirándome sin decir nada y hasta pude ver una sonrisa asomarse en su boca, mientras que yo me puse roja y la cara me ardía de la vergüenza.

Sali inmediatamente del cuarto y baje prácticamente la escalera corriendo. Pero lo que me avergüenza no es haberlo visto prácticamente desnudo si no lo atraída que me sentí por el al verlo así.