Un instante después Ana se percata que se trata del año nuevo todos se unen a la cuenta regresiva y en un parpadeo empiezan los juegos pirotécnicos todos los invitados se abrazan y brindan con champagne emocionados, está era la oportunidad de Ana para escapar del agudo interrogatorio de esa elegante dama, Ana da un par de pasos hacia atrás hasta que nadie la note así que simplemente se gira y sale hacia el gran balcón que esta completamente vacío ya que nadie se atreve a salir por la baja temperatura, pero para Ana eso ya no es importante ya que se siente derrotada pensaba que se equivocó, apostó todo a esta noche y perdió y la evidencia más clara de esa derrota es que se encuentra completamente sola mientras que el resto de invitados celebran
Ana cierra los ojos y respira profusamente, se deja caer de hombros perdiendo la postura elegante que mantuvo toda la noche
- maldita sea- grita frustrada
- maldecir no es de una dama- añaden
Ana abre los ojos de par en par y da un pequeño saltito por el sobresalto que acaba de pasar, se gira rápidamente buscando el origen de esa voz profunda y gruesa y en un ricón del balcón pegado a la pared logra divisar una silueta algo difusa por la espesa neblina, lo único que distingue con claridad es una pequeña lumbre de un cigarrillo que alguien sostiene entre sus dedos, su corazón late con tanta fuerza que el sonido retumba en sus oidos, la música dentro del palacio empieza a sonar lo que hice que Ana desvie brevemente su mirada cuando vuelve a mirar hacia delante su respiración se detiene ya que esa silueta difusa se había convertido en un hombre que estaba parado apenas a unos cuantos centímetros de ella sin tener una pizca de respeto por su espacio personal.
Ana finalmente logra ver al desconocido quedándose completamente perpleja al ver que aquel hombre encajaba perfectamente en la palabra hermoso, es un hombre que ronda los 30 años alto, esbelto con un smokin extremadamente elegante evidentemente costoso llevado impecablemente, aquel hombre tiene una espalda ancha y cintura estrecha su cabello n***o como el ébano contrasta con su color de piel que se asemeja a la nieve que no para de caer a su alrededor, su nariz delgada y recta resalta en su rostro pero no tanto como sus labios muy bien definidos de color rojizo intenso que Ana asume que es por el frío de la noche que son rodeados por una pequeña barba muy bien cuidada, su mandíbula muy bien marcada le da una apariencia sofisticada pero a la vez de rudeza, pero lo que mas le impresiona son sus grandes y hermosos ojos grises que parecen no albergar vida en ellos, ni un solo sentimiento, o emoción son fríos, inmutables gélidos como aquella noche
Ana pasa saliva con dificultad y exhala de forma pesada sin poder pronunciar ni una sola palabra pero a la vez sin poder retirar sus ojos de los de el...
- feliz año nuevo- añade así sin más la voz de aquel hombre hace que la espalda de Ana se erice ya que es profunda y gruesa con un tono particularmente encantador que se queda retumbando en sus oídos
para Ana esto era nuevo nunca antes se había topado con un hombre así, así que no sabe que hacer quedándose completamente paralizada y en silencio, una ráfaga de viendo helado los azota y su cuerpo empieza a temblar como si se tratara de un pequeño cachorrito, el hombre al notarlo se retira su abrigo muy caballerosamente y lo coloca suavemente sobre los hombros de Ana lo que el hombre no sabe es que Ana no tiembla por la fria noche
- vamos acompáñame, estas temblando-
Ana con gran esfuerzo apenas si logra asentir con la cabeza no sabía si podría dar un paso, aquel hombre toma suavemente la mano de Ana y la posa en su brazo para guiarla, Ana respira profundamente, le ordena a su cuerpo moverse y gracias al cielo lo logra para ese momento el barullo del año nuevo ya había mermado significativamente así que cuando entran al gran salon la presencia imponente de aquel caballero llama la atención de muchos por no decir de todos
-Aleksander Vasiliev- comenta emocionada la dama elegante caminando rápidamente hacia el, hasta que nota que alguien viene de su brazo levanta la ceja y sin poder ocultar su desdén añade- y nuestra querida Ana- el rostro de la mujer se desfigura por un instante pero rápidamente recobra la compostura y con una pequeña sonrisa en sus labios continua -pequeña escurridiza me preguntaba a dónde corriste a esconderte- el agudo comentario de la mujer no perturba en absoluto a Ana ya que solo hasta ese instante supo el nombre del hombre que venía de su brazo
*Aleksander Vasiliev, Aleksander Vasiliev* retumba en su cabeza una y otra vez
- Roxana un gusto verte, feliz año, y no Ana no estaba escondida estaba a mi lado, logré llegar justo a tiempo para recibir el año juntos y lo de escurridiza tienes razón está pequeña niña tiene una capacidad increíble para escapar de mis manos me tomo mucho tiempo persuadirla para que acepte mi invitación y por si te lo preguntabas el percance que se presentó pude solucionarlo satisfactoriamente
- pues felicidades- es lo único que atina a decir Roxana, aunque lo dice con una pequeña sonrisa entre sus labios es evidente que esta apretando sus dientes molesta
por otra parte Ana esta inmóvil, de sus labios no se escapa ni un pequeño suspiro ya que en su cabeza esta intentado procesar todo lo que esta ocurriendo ante sus ojos.
Porque aquel hombre desconocido la estaba ayudando y defendiendo de aquella mujer, incluso estaba secundando su mentira al ratificar que el era su acompañante, en ese instante Ana se percata que Aleksander debió estar presente cuando Roxana la abordo con aquel interrogatorio, Ana se da cuenta que Aleksander escucho y observo todo, pero desde cuándo la estuvo vigilando, como es que ella no noto tan imponente presencia, acaso el la estaba vigilando desde las sombras...
- bueno quiero tener mi primer baile de año nuevo con Ana- Aleksander le ofrece gentilmente la mano a Ana para que lo acompañe y ella de manera automática sin pensar mucho en lo que ocurre se deja guiar hasta la pista de baile
Roxana solo logra poner una media sonrisa forzada y se retira sin decir nada más ya en la pista suena un vals y para sorpresas de nadie Vasiliev es un experto bailando guia a Ana en la pista como si fuera una pluma llegando al punto que parecía que los dos estuvieran flotando llevándose los aplausos y la ovación de todos que no les quitan la mirada de encima, y para Ana todo lo que había ocurrido hasta ese momento era una experiencia extra corporea como si estuviera viendo una película desde fuera
- podrías quitar esa expresión y sonreír un poco todos nos están mirando- solo hasta ese momento Ana reacciona y se da cuenta que todo lo que estaba ocurriendo era real
- si lo siento es que todo paso demasiado rápido y yo solo quería agradecerte por.....
- por salvar tu tracero...
Ana levanta las cejas sorprendida de escuchar tal expresión salir de los labios de ese hombre tan elegante y refinado... Vasiliev suelta una pequeña risita ya que para el todo esto le resultaba hilarante...
para cuándo termina de tocar la orquesta Ana tiene una infinidad de preguntás ya que durante ese tiempo ella observo la expresión de los presentes y muchos veían a Vasiliev con respecto y orgullo pero varios lo miraban con recelo y miedo
*pues quien es este hombre* retumba en su cabeza y con todo lo que había pasado el plan de Ana había quedado en el olvido y ahora solo espera que esa noche terminé, ya que se siente extremadamente intimidada por Aleksander desde su apariencia que era exquisita, el porte, el garbo la presencia tan imponente y sobre todo su expresión, esos ojos hipnóticos y hermosos pero a la vez fríos y sin vida
- ya es tarde vamos te llevaré a tu casa- comenta Aleksander sin mayor interés revisando su costoso reloj
- no, no hace falta y yo solo quería....
Vasiliev no deja que Ana termine de hablar poniendo los ojos en blanco como si le resultará aburrido lo que ella tiene que decir y antes de que ella termine de hablar Vasiliev agarra la muñeca de Ana y camina hacia la puerta ante la presencia de todos que se quedan atónitos y a Ana no le queda más que tratar de seguir su paso porque es eso o salir del palacio siendo arrastrada
- vamos sube- ordena con tono frío sin mirarla, Ana con sus piernas temblorosas y titubeante se sube a ese costoso auto Vasiliev azota la puerta apenas Ana sube sus pierna