CAPITULO 3

2111 Palabras
Llegó al estacionamiento del restaurante y es un alegría volver a verlo se llama Hernández Restaurant  Son las ocho de la mañana y ya están limpiando el lugar. Se comienza a trabajar a las once de la mañana hasta las diez de la noche y es matador estar allí. Aunque yo solo me ocupo de la aparte financiera siempre pasó todo el día aquí. Siempre hay cosas por hacer, hya veces que hasta mesonera me ah tocado ser. Me gusta colabror en todo lo de se pueda y se necesite pues si está a mi alcance lo haré. Entro y todos me comenzan a saludar pues tengo meses sin verlos. —Hola Maite, bienvenida y felicidades por tu cumpleaños. Nos conto tu padre—Añade Gregorio el chef del restaurante  Mi papá ya se dio ese puesto y se dedica a supervisar todo superó hay días en que regresa y se apodera de la cocina. Me acerco a la cocina  —Hola, buenos días. Espero que hoy sea un día muy bueno—Les saludo mientras se encuentra picando todo lo necesario para el menú de hoy. Mientras los miro observó que allí está Rodrigo el novio de mi hermana —Hola, bienvenida y esperemos que se así—Me responde y sigue picando la verdura. Solo le sonrió y me voy a mi oficina. Mientras camino me digo a mi misma —No me sonrías tanto, recuerda que es tu cuñado Llegó a mi oficina, me siento y comienzo a revisar en montón de papeles pendientes que tengo. Al verlos desearía de nuevo estar en Venezuela, disfrutando de la playa y no aquí en un mar de papeles. Tiempo después, dos horas más tarde exactamente escucho que tocan a la puerta —Adelante—Le digo míentras continuo en lo mío pero antes de seguir miro para ver quién es y es Rodrigo —Permiso disculpa te traje café y un cachito. Los acaban de preparar y pensé que quizás te gustaría probarlo —Me dice mientras pasa con la bandeja que contiene un café con leche espumoso y dos cachitos. Al verlos no lo puedo recistir, aunque desayuné ya siento que eso fue hace muchas horas y ya tengo de nuevo hambre. —Gracias, se ven muy buenos. Los comeré y luego te cuento que tal—Le digo mientras le recibo lo que muy amablemente me trajo. —De nada—Me dice y se retira Me causa risa que se haya molestado entrarme algo, mientras lo pienso tomo el cachito y le doy una mordida.  —Mmmm que bueno esta—Resoplo mientras lo pruebo el queso se me cae al moderlo pues parece que como pizza. Los cachitos del restaurante son diferentes, no son de solo jamón sí que también tiene tocineta y abundante queso.  Son exquisitos un verdadero manjar, aunque a esto le hace falta algo y nada más y nada menos que salsa, tal vez una de ajo o una de queso. Al pensarlo me da risa pero es que mi raíz Venezolana siempre está presente. Allá cunado se come empanadas, cachitos, pasteles, tequeños o algo así se acompaña con con salsa y es que hasta en mi casa es así. Son ya las seis de la tarde, me duele todo mi cuerpo. He pasado todo el día sentada aquí arreglando cuentas y calculando impuestos. Tengo los ojos cuadrados y necesito tomar aire, así que salgo de mi oficina y me salgo al restaurante. Cuando salgo veo que mi hermana está llegando —Hola Rebeca—Le digo al verla —Maite ¿Tomando un descanso?—Me preemgunta al verme afuera —Si, tanto número hace que me duela la vista—Le confiezo —¿Que raro? Pues a ti te encantan, ¿Maite no has visto a Rodrigo?—Me dice mientras lo busca entre la gente. —Aqui afuera no, supongo que está la cocina trabajando Rebeca ¿Porque?—Le pregunto pues si es algo muy importante podrías interrumpirlo —No por nada, es solo que lo extraño—Me dice Le pongo mala cara pues es estúpido ir a donde trabaja tu novio solo por qué lo extrañas —¿Y es que acaso no puedes esperar hasta la noche para verlo, porfavor solo falta dos horas para que salga y es todo tuyo—Le recuerdo —Sabes Maite creo que estoy enamorada de Rodrigo, lo amo y me ves difícil estar lejos de él. Siempre vengo para verlo y luego lo veo cuando sale—Me comenta —Mierda lo estás hacechando Rebeca, dale espacio. Todos necesitamos un poco de libertad porque si no lo cespantaras—Le afirmó y le hablo muy enserio Yo puedo entender que sea l alrimera vez que se siente así por un hombre pero tampoco se puede enloquecer al punto de estar pegada a él como una garrapata. Eso es horrible, bueno la verdad yo no lo haría al final siempre terminas por aburriste y se muere el amor. —¿Cuanto tiempo llevas con él?—Le pregunto —Cuatro meses—Me afirma —Mierda ¿Porque no me dijiste nada? Yo me fui hace dos meses y ya estabas con él—Le gruño pues nunca anos hemos guardado secretos, siempre nos contactamos todos y ahora ella ni me lo quito comentar. —Maite, no estaba segura de que seguiríamos. Además todo comenzo como una amistad y luego me enamoré de él—Me informa mientras se hace una cola alta Le doy una media sonrisa, pues eso hace que me sienta un poco mal. Yo todo se lo digo a ella y ya sé que no pasa lo mismo de su parte. —Me alegra por ti, se muy feliz Rebeca pero no lo sofoques—Me aconsejó. Mientras estamos afuera era un viejo conocido Raúl, somos amigos desde la preparatoria sé que le gusto y el me gusta pero solo un poco. Raúl es alto, mide un metro ochenta, tiene un cuerpo definido, es piel canela pero muy clara, unos ojos verdes hermosos, el cabello Crespo le gusta usarlo un poco largo y un trasero de dioses. Si no fuera porquel conocí de hace años juraria que se hizo algo para tener ese trasero pues es raro ver a un hombre con una buena retaguardia. Las de el me provocan apretarlas . Se lo he confezado pero solo tengo el valor cuando estoy entusiasmada con unas chelas ya en la cabeza. Solo nos hemos besado y tocado un poco pero el el un caballero. En ese estado no se aprovecha de mi y yo queriendo que lo haga. Pero sobria es otra historia, aunque me atrae nunca hemos terminado de aclarar lo nuestro. —Llego tu dolor de cabeza—Me dice Rebeca al ve que el se acerca Tengo meses sin verlo, osea solo nos vemos por vídeo llamada pero hasta allí en esos dos meses. Rebeca se va a ver a su novio y me deja sola aquí afuera —Mi amor volviste—Me dice Raúl mientras me abraza, me levanta y me da vueltas en sus brazos. Veo que está feliz de verme, yo lo abrazo fuerte para no caerme, me suelta. —¿Cuando llegaste? ¿Porque no me avisaste para irte a buscar en el aeropuerto? Ayer te llamé y no me respondiste, feliz cumpleaños mi amor—Me dice mientras me mira a los ojos y sonrie —Pues porque era una sorpresa, pero ya estoy aquí de regreso—Le digo El se acerca más a mí y me da otro abrazo. —Te extrañe muñeca, que bueno es volver a verte—Me repite mientras me abraza —Tambien te extrañe —Le indico Hablamos un rato y al final me pregunta —¿Puedo ir a verte más tarde? Ya me tengo que ir, solo cruce porque te vi. Pero debo comprar una cosas —Claro que puedes te espero en la noche—Le afirmó y le doy un beso acompaño de un abrazo Se va y me gusta verlo, es decir el es muy guapo. No me ves indiferente y yo tampoco a el pero no hemos dado el siguente pasado, por eso tal vez sea solo atracción física no sé. Me regreso a mi oficina y antes de llegar debo pasar por la a cocina pues está justo antes de mi oficina y veo que Rebeca está allí, haciendo nada. Solo está recostada a una de las mesa de acero y mira como boba a Rodrigo mientras esté este cómo loco preparando platos. —Qje horrible—Pienso al ver esa esena y le pido a Dios —Por favor señor no me quiero ver así—Son súplicas internas a mi creador. Llegó a mi oficina ordenó todo, recojo mi bolso y cierro. No me quedaré hasta tarde y además tengo una visita hoy. Al pensar eso recuerdoa Margoth pues ella babea enserio por Raúl pero él ni la mira. Se que me odia por eso pero yo no tengo la acukoa de eso. El tiempo pasa volando y en lo menos pensado ya estoy en casa esperando a que llegue Raúl, pues según vendrá pero no sé si lo hará.  Mientras esté en mi cuarto Rebeca llega, toc ala puerta pasa y me pregunta —¿Me podrías prestar uno de tus vestidos sexys? La miro extrañada y frunzo el señor —¿Tú y vestido sexy? Hay algo mal en esa combinación le bromeó —Maite, no te burles. Quiero verme muy bonita para Rodrigo y sé que tú tienes vesto muy lindos y sexys—Me susurra con cara de niña buena —Mmmm bueno tengo algunos, ven y los saco. Escoge el que quieras pero cuidalos mira que si lo dañas me tendrás que comprar dos—Le advierto Aunque sé que lo cuidará ella es muy cuidadosa con la ropa pero no está de más recordarcelo. —Lo cuidare no te preocupes pero procura que no sean vulgares—Me réplica Al escuchar eso mi cabeza dio vuelta como la cabeza de linda Blair en el exorcista ¿Yo vulgar? —Solo por ese comentario te prestaré solo los vestidos que no me quedan bien—Le gruño —No, Maite perdón no quise decir que eres vulgar porque no lo eres. Sí lo fueras no vendría a ti a buscar ropa al contrario se que tienes buen gusto y siempre te vistes bien. Resaltas tus curvas y hoy me quiero sentir así bonita, sexy y segura —Me confieza y con eso mis ganas de ponerlo lo peor que tengo en el armario se esfumaron. Le sonrió y le digo —Bueno, bueno aquí tienes seis vestidos que me quedan de muerte y cómo somos iguales también te quedaran de muerte, pruébate los y escoge el que más te guste. Aquí también hay sandalias—Le digo mientras le señalo las sandalias y le paso los vestidos. Mientras le pasó eso escucho que mi mamá me llama —Maite, Maite, llegó Raúl—Me dice mientras entra al cuarto y al vernos añade —Huu ¿noche de citas? —No, a mí solo me visita un amigo mamá—Le respondo —Dejame decirte que un amigo muy guapo. Trajo flores y huele de un bien que infarta—Me comunica Me río al escucharla. Mi mamá es la mejor del mundo la amo por cómo es. —¿Y tu Rebeca? ¿Noche importante?—Le pregunta al verla con mis vestidos en los brazos  —Es solo una cena mamá—Le responde mi hermana  —Mmm que bien, usa condón por favor—Le dice mientras se da la vuelta y sale de la habitación —Mamaaaaa—Gruñe Rebeca y yo me muero de la risa al escuchar esas cosas de boca de mi madre y la cara de Rebeca es un mar de vergüenza. Su cara se volvió roja tanto que parece que se le quedó toda la sangre en el rostro. Mientras me río, Rebeca me mira y me pone mala cara. Esta amolesta pero no puedo dejar de reír.  Cómo extrañaba a mi familia y las ocurrencias de mi madre. Bajo y mi mamá está en la cocina con Raúl la miro y digo —Hay mamá—Poniendo mi cara de "te pasas" ella me regresa la mirada —¿Qué? Tú lo pensaste y to lo dije. Así que no vengas con eso—Me dice y sonríe. No puedo refutar eso pues es cierto.
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